martes, 23 de agosto de 2016

(BoSom) Summer night -Oneshot-


Título: Summer night

Pareja: BoRa + DaSom (SISTAR)

Tipo: Yuri

Géneros: fluff, romance

Clasificación: G/PG

Descripción: Dasom se encuentra como cada verano en el pueblo viviendo junto a sus abuelos. En esa época, son las fiestas, y por hacer feliz a sus abuelos, ha accedido ir a la fiesta aunque no estaba muy acostumbrada a relacionarse con la gente del pueblo. Sin embargo, la fiesta no acaba como ella pensaba.

Advertencias: Ninguna. ^^

Notas: ¡Hola! ¡Este es el primer oneshot para el evento de verano! Lo he hecho recordando las fiestas veraniegas que se hacen por los pueblos, las verbenas populares donde todo el mundo baila y se lo pasa bien. ¡Espero que os guste y ver vuestro bonitos comentarios! ¡Además saber si os gusta Sistar para traer más historias de ellas!

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   La realidad era que nunca había salido de la casa de sus abuelos, pero en esa ocasión lo haría por ellos.

   Dasom veraneaba cada año en la casa de campo de sus abuelos y había una semana que el pueblo celebraba las fiestas. Hacían juegos, comidas, pasacalles y una fiesta veraniega con fuegos artificiales.

   Nunca pisaba el pueblo, no se relacionan con nadie en ese lugar porque se sentía como una extraña. No lo sentía porque quisiera, y es que cuando empezó a ir de pequeña y salía a jugar o a pasear en bici, los vecinos la miraban como si de un extraterrestre se tratara. Tras ese momento Dasom se prometió a sí misma que no volvería a salir.

   Sin embargo ese año sus abuelos insistieron para que asistiera al baile y disfrutará de la noche en el pueblo. Ella aceptó porque se trataba de un baile de máscaras, por lo que nadie la reconocería. Y porque su abuela ya se había tomado las molestias de comprarle un vestido.

   Un vestido de un tono púrpura. Se ajustaba a su cuerpo en el torso, con escote de pico. A la altura de la cintura, el vestido se abría quedando pomposo y abierto por delante, dejando que se vieran sus esbeltas piernas. Además, la máscara y tacones compañeros.

   -No tenías que haberme comprado nada. Seguro que te ha costado más de lo que os podéis permitir -Regañó a su abuela cuando vio el traje para la fiesta, pero ella hacia aspavientos con una mano para que le quitara importancia.

   -No digas tonterías, hija. Para un día que has decidido salir a una fiesta tienes que ir adecuada y hermosa. Todos van a tener los ojos en ti y mañana estarán frente a la casa buscándote -Su abuela era de lo más feliz con aquello. Si Dasom aceptó fue por eso, porque estuviera feliz.

   -Es un baile de máscaras, nadie va a saber quién soy -Le recordó.

   -Qué más da eso. Yo te voy a ver de lo más hermosa. A bañarse -Con una palmada en un hombro, su abuela la dejó sola para que pudiera arreglarse tranquilamente.

   No le hacía especial ilusión, pero había que hacerlo. Por lo que tomó aire y se desvistió para meterse en la ducha. Cuando se trataba de arreglarse para salir, no solía tardar lo mismo que sus amigas de la ciudad. Ella era rápida porque no se entretiene con nada, es decir, iba directamente a lo que tocaba.

   Bañada, perfumada y vestida, terminó de arreglarse el pelo. Miró la máscara que descansaba sobre su cama. Ni siquiera le haría falta llevarla. Si iba con el rostro descubierto, nadie sabría quién era de todas maneras, pero se la pondría.

   -¡Oh! ¡Estás espléndida, querida! -Su abuela tenía un sensor para saber cuándo aparecer, era muy oportuna-. Desde aquí he visto que la fiesta ya ha comenzado, pero lo mejor se hace siempre esperar.

   Dejó que su abuela le diera un tierno beso en la frente antes de le pusiera la máscara en su lugar.

   No tenía especial ilusión por llegar a tiempo. Era una persona muy puntual, pero no quería estar allí de las primeras. Ni siquiera sabía cuánto tiempo iba a pasar en la fiesta. Lo más seguro es que se tomara algo u observara el ambiente y se volvería a casa. Tal vez intentaría aguantar todo lo posible por sus abuelos y nada más.

   Ya preparada, salió de casa con sus abuelos. El hombre mayor la alagó con piropos, diciendo que había heredado todos sus genes. Le encantaba verlo tan contento y alegre. Ella aguantaría por ellos aunque solo fuera un rato.

   Ellos llevaban también sus máscaras y en cuestión de un agradable paseo juntos, llegaron a la plaza del pueblo donde una banda de músicos tocaban alguna melodía para que allí la gente bailara.

   No es que diferenciara quien estaba allí y quien no, más que nada porque no conocía a casi nadie, pero si podía apreciar que había más personas mayores en la plaza. Los jóvenes estaban algo apartados, bebiendo.

   -Querida, nosotros vamos a bailar un poco. Ve y busca novio, que te hace falta -Murmuró su abuela a su oído. Sus palabras no la animaban en absoluto.

   Lo mejor era que se buscase un lugar tranquilo, apartada de todos donde pudiera pasar la noche hasta que llegara el momento adecuado para volver a casa y meterse en la cama.

   Con la mirada terminó de recorrer la plaza. No era muy grande y la gente estaba muy agrupada en esta. Mejor que se alejara de allí, donde nadie pudiera verla.

   Cuando comenzaba a moverse entre la gente, una bonita canción para bailar en pareja comenzó a sonar. Era la canción de sus padres, la que bailaron en su primera vez como novios. La conocía, porque ellos siempre habían hablado de ella y su madre la tarareaba cuando cocinaba.

   Sin quererlo, se dejó llevar por la música. Sus pasos iban casi acorde. Nadie la veía, nadie sabía de quien se trataba. Giró sobre sus pies, como si se encontrara en otro mundo, hasta que acabó en los brazos de otra persona.

   -Oh, lo siento, disculpa, estaba distraída -Haciendo varias inclinaciones, ni se atrevió a mirar a la otra persona. Luego recordó que llevaba la máscara y que no descubrirían quien era, por lo que se atrevió a levantar la mirada.

   -No pasa nada, se te veía que estabas disfrutando de verdad de la canción -Se trataba de una joven muy bonita, que lucía un traje negro muy ajustado que dejaba entrever el hermoso cuerpo que tenía y una máscara a juego. Su sonrisa la cautivó al momento.

   -Lo siento mucho de verdad -Se sentía avergonzada, pero la chica no se lo tomó a mal.

   -¿Te gusta esta canción? Para mi es una de mis favoritas.

   -Sí, la llevo escuchando desde que era pequeña por mis padres -Dasom asintió varias veces con la cabeza. La chica estaba siendo muy cortes y amable con ella, mientras que solo pensaba en cómo irse.

   -Entonces baila conmigo -La petición por parte de la chica, la dejó muy descompuesta.

   -¿Quieres que… baile contigo?

   -Sí, eso quiero -La muchacha, le tendió una mano para que la sostuviera. Dasom vaciló, ella no quería eso. Solo deseaba ocultarse ante la mirada de todos, pero tampoco le quería hacer el feo a una persona que no se había molestado cuando chocaron.

   Con algo de torpeza y timidez, tomó la mano de la chica. En seguida esta la atrajo, posando una de sus manos sobre su cintura, haciendo que ella pusiera una de las suyas sobre su hombro, como si se tratasen de una pareja de enamorados que bailaban juntos.

   Pasos lentos, pausados, fue como empezaron a moverse. La verdad es que Dasom no tenía ni la más remota idea de bailar, nunca lo había hecho. Pero no le resultó nada de complicado dejarse llevar por esa extraña chica.

   Tenía la sensación de que nadie estaba pendiente de ellas, de cómo bailaban esa hermosa canción en medio de la gran multitud de gente. Suerte, que además, llevaban esas máscaras y nadie sabría quiénes eran.

   Sin embargo, era algo malo ahora. Ella quería saber quién era esa misteriosa chica, a la que nunca antes había conocido y que no se atrevía a preguntar por su nombre.

   La canción había acabado, dando paso a otra, pero ambas chicas seguían bailando en mitad de fiesta, con el calor veraniego tan característico por las noches. Dasom no era consciente que estaban bailando otra música, solo se de dejarse llevar por los sutiles movimientos de su compañera de baile.

   Se había atrevido a mirarla directamente a los ojos. La máscara dejaba que se le viesen, y a pesar de tener poca claridad y luz, pudo observar que eran negros, pero que le brillaban con la poca luz que tenían.

   Ya se había olvidado completamente de mover un pie y luego otro, no escuchaba qué había a su alrededor y tampoco era ya consciente de que estaba rodeada por mucha gente que bailaba al igual que ellas.

   Para Dasom en ese momento solo estaba con aquella muchacha que le robó hasta el último de su pensamiento. Tan ensimismada se encontraba, que ni siquiera se percató cuando ambas se alejaron del bullicio de la gente y la música apenas se escuchaba ya.

   -No eres del pueblo ¿Verdad? -Sus palabras rompieron el encanto que la tenían en otro mundo.

   -Eh, yo… No, no lo soy… Si no se me ve la cara ¿Cómo lo sabes? -Dasom comenzó a ponerse muy nerviosa. Se soltó del agarre que tenía para bailar y su mirada se volvió a recorrer todo menos a mirar a la chica directamente.

   -Por tu voz. Nunca antes la había escuchado -Con un tono suave y ahora mucho más claro debido a que la música no las rodeaba, Dasom pudo apreciar que su voz era realmente hermosa-. ¿Has venido a veranear a este pueblo?

   -En realidad… -Dudó por unos instantes en si estaba bien ser sincera con ella o dejarlo correr. Pero no parecía ser una chica que la fuese a tratar mal-. Mis abuelos viven aquí, y en verano me vengo con ellos para que no estén solos.

   -Oh, eso dice mucho por tu parte -Una pequeña sonrisa apareció en sus finos labios-. Yo sí que soy de aquí y me alegra mucho haberte encontrado esta noche, creo que nunca antes te he visto por el pueblo.

   -Eso es porque… no suelo salir por lo que puedan decir de mí.

   -Que digan lo que quieran, lo que importa es lo que pienses de ti misma -Su sinceridad y la amabilidad que estaba teniendo con ella, ganaba por momentos terreno en su corazón ¿Eso estaba bien o no?

   Dasom estaba a punto de abrir la boca para pronunciar algo, cuando sintió sus finos labios sobre los de ella. Un beso fue lo que la silencio ¿La estaba besando de verdad? ¿Y sin conocerla?

   Pero cuando decidió no pensar y sentir el beso, descubrió un cosquilleo en su cuerpo, una sensación de gusto y tranquilidad y la dulzura que sus labios le transmitían.

   Tal y como lo sentía dentro, de fondo a esa escena, una serie de fuegos artificiales llenaron el cielo de diferentes colores, iluminándolas así.

   Cuando separaron sus labios, volvió a cruzar su mirada con la de ella. Entonces fue cuando entendió algo. Necesitaba saber quien era o por lo menos saber cómo encontrarla al día siguiente. No podía dejarla allí, después de la noche que habían vivido juntas.

   -Espero haber hecho de esta noche una muy especial para ti -Susurró la chica sobre sus labios, provocándole un escalofrío que le revolucionó todos los sentimientos.

   -Sinceramente, esperaba una noche más tediosa y aburrida, pero gracias a ti… ha sido mágica -Dejó a un lado la timidez y se expresó como ella sabía, desde lo más profundo de su corazón.

   -Me alagas con esas palabras. Yo solo he visto a una chica en apuros y me decidí a hacerla disfrutar de esta noche que es tan bonita ¿no lo crees? -La hizo tornar la cabeza para ver como los fuegos artificiales reinaban en el cielo.

   -Creo que no lo sería si no estuvieras aquí -Dasom se sorprendió a si misma hablando como una enamorada, como si llevara mucho tiempo prendada de esa chica.

   -Espero que la noche siga así -Volvió a escucharla hablar. Dasom fijó su mirada en su rostro y se propuso preguntarle su nombre y como podía contactar con ella, pero no tuvo tiempo ni lugar, ya que volvió a sentir sus labios sobre los de ella.

   En el mismo momento que la besó, Dasom no dudo en corresponderla. Fue un beso más seguro y tierno que el anterior, un beso sincero.

   -Bora -Escuchó que la chica murmuraba cerca de su oído, cuando su beso finalizo ¿Aquel era su nombre? Le resultó semejante a una soplo de aire fresco, que la hacía sentirse calmada y bien.

   Después de eso, no sucedió nada más. La chica desapareció y ella volvió a casa de sus abuelos con el corazón encogido y deseosa de que llegara pronto la mañana para averiguar cómo contactar con Bora.


***


   Había planeado levantarse temprano después de fiesta, pero era el mediodía cuando despertó. Algo apresurada se metió en la ducha y se puso una ropa cómoda. Bajó las escaleras de la casa corriendo para llegar donde sus abuelos descansaban.

   -Sí que has dormido ¿lo pasaste bien anoche? -Le preguntó su abuela con una amplia y satisfecha sonrisa en los labios al pensar que su nieta había disfrutado aunque solo fuera por una noche.

   -Sí, pero abuela ¿Conoces a una chica que se llama Bora de aquí del pueblo? -Habló apresuradamente, necesitaba saberlo.

   -¿Bora? No me suena ese nombre, querida ¿es de una amiga que hiciste anoche? Oh, que feliz me haces -Su abuela le dio varios besos en una mejilla, pero eso no era lo que necesitaba.

   -Tengo que encontrar a esa chica como sea -Dijo, cuando el timbre de la puerta de la casa sonó-. Voy a abrir.

   Dasom dejó a sus abuelos expectantes por su insistencia en querer saber quién era una chica que conoció en la fiesta y fue a abrir la puerta, algo que no era muy normal en ella.

   Para su sorpresa, se quedó sin palabras cuando vio a una hermosa chica de melena oscura sobre los hombros que sonreír ante ella.

   -Tú debes ser Dasom ¿No es cierto? -La voz, era su voz la que la delató.

   -Eres… ¿Bora? -Preguntó, casi sin creérselo. Que fácil había sido dar con ella.

   -Mi padre es el nuevo panadero del pueblo. Es mi primer año aquí y no quiero ser… Una relación solo de verano, ya sabes -Bora le guiño un ojo, con una divertida sonrisa posada en sus labios.

   -Por supuesto…

   Por fin, la desdicha de aquel pueblo en verano acaba para Dasom, ahora tenía alguien, mucho más que una amiga. Mucho más.



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