jueves, 11 de agosto de 2016

(YeWook) A second chance to make you happy -Serial- Capitulo 8


Nota: JongWoon intenta volver a rehacer su vida sin Wook, tal y como hizo la primera vez ¿Pero será capaz de hacerlo sin problemas o ya es demasiado tarde?

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La música sonaba tan fuerte que apenas podías escuchar lo que te decía la persona que tenías a tu lado. Las luces de colores parpadeaban con tal velocidad que al final hacían daño a la vista y los empujones de la gente empezaban a ser molestos. Estaba desentrenado. Demasiado tiempo sin salir a locales de ese tipo.

Estábamos los cuatro de pie, arrinconados en una mesa alta y pequeña con forma redonda, rodeados de gente dando saltos y pretendiendo bailar bien. Cada uno tenía un vaso de tubo lleno de la bebida que había decidido y dos de nosotros ya iban por la tercera ronda. Otro por la segunda y yo apenas lograba terminar la primera.

HeeChul y YoungWoon se lanzaron a la pista de baile tras esa tercera copa. He de admitir que aquello me sacó más de una carcajada, pues verles moverse de esa forma y saber que encima creían que lo hacían bien era todo un espectáculo.

No me lo estaba pasando tan mal. A ratos, eso sí. Solo podía llegar a disfrutar cuando pasaba algo lo suficientemente entretenido como para hacerme dejar de pensar por un momento. En cuanto volvía a hacerlo, se acababa la diversión.

-¿Estás mejor? -Me gritó JungSoo para que pudiese escucharle entre todo el ruido.

Asentí con una sonrisa fingida, pero no dije nada.

-Quiero hablar contigo, pero aquí no se puede ¿Salimos fuera un momento?

Aquello me costó un poco más entenderlo. Cuando vio mi rostro de confusión, se acercó más a mí y me lo repitió cerca del oído. De nuevo asentí al entender y le seguí hasta el exterior del local, dejando a los otros dos locos allí bailando con las chicas como dos monos en celo.

Una vez ya fuera me sentí un poco mejor. Dentro empezaba a agobiarme y la verdad es que ya necesitaba que me diese el aire en la cara. La música seguía sonando de fondo con fuerza aún estando ya fuera, pero por lo menos ya no teníamos que hablar gritando.

-¿Qué querías? -Le pregunté.

-Sabemos por qué estás así, JongWoon. Nos lo han contado todo. -Me confesó. Su expresión no era del todo buena.

-Ah, bueno... ¿Y qué pasa con eso? -¿No se notaba que no tenía muchas ganas de hablar de ese tema?

-No les digas que te he dicho lo que voy a contarte. -Me dijo. Parecía preocupado.- Hemos dicho que no te comentaríamos nada para no recordártelo, pero creo que necesitas que alguien te diga las cosas tal y como son.

Fruncí levemente el ceño. No terminaba de entender a donde quería llegar.

-A ver, dime.

Antes de empezar a hablar, suspiró. De nuevo esa expresión de preocupación en su rostro.

-No puedes pasarte así toda la vida. Lo sabes ¿Verdad? Tienes que superarlo y conocer a otras personas.

Me reí. No pude evitarlo. Simplemente lo hice.

-Oh, venga. Otra vez la misma historia. -Dije con una sonrisa cínica en los labios.- Os encanta decirme eso. Ve y conoce a más gente ¿Tan fácil es para vosotros hacer eso?

JungSoo me miró como si no creyera mi respuesta.

-Solo intentaba aconsejarte. -Me respondió, no saliendo de su asombro.- Pero eh, que si quieres seguir jodido es tu problema.

-Ya. Todo es mi problema. -Murmuré, mirando hacia otro lado. No estaba interesado en ese tipo de conversación.

-A veces eres un desagradecido ¿Sabes? Hemos venido hasta aquí solo por ti. -Ahora parecía enfadado. Poco me importaba, la verdad.

-Pues no haber venido. Yo no os lo he pedido ¿No? -Le respondí inmediatamente y de muy mala gana. Me molestó que me echase eso en cara cuando no había sido cosa mía.

-Que te den, JongWoon. En serio, que te den. -Alzó un poco el tono de su voz al decir aquello. Se veía claramente molesto.

-Pues vale. Venga, buenas noches.

-¿Dónde vas ahora? -Preguntó en cuanto vio que me daba media vuelta y me alejaba caminando del local.

-A mi casa. -Dije sin querer entretenerme mucho más. Ya estaba harto de todo.

Ni me giré a mirar. Simplemente, me fui.


***


Cuanto más se acercaba la fecha de la boda, peor estaba. Sentía que me estaba quedando totalmente solo. YoungWoon intentó hablar conmigo cuando supo que me había ido. Me llamó, pero ni siquiera contesté. No estaba en ese momento en condiciones para hacerlo. Si ya sabía yo que no era el momento de verles.

Pero ¿Y si tenían razón? Si tanta gente intentaba convencerme de lo mismo quizás era porque el equivocado era yo.

Lo cierto es que había estado con otras personas durante aquellos cinco años sin RyeoWook. No es como si hubiera vivido una abstinencia total durante tanto tiempo. Pero nunca fue nada serio porque no terminaba de sentirme a gusto con nadie. No encontraba a esa persona que me hiciera sentir las cosas que hizo él y aunque no quería y trataba de evitarlo con todas mis fuerzas, al final siempre comparaba. Y por supuesto, RyeoWook era el eterno ganador en dichas comparaciones.

Ya no sabía absolutamente nada de él ni exactamente cuanto había pasado ¿Semanas quizás? Dos como mínimo, eso seguro. Me estaba costando más que la primera vez. O al menos, esa era la sensación tenía. Quizás por ser más joven en aquel entonces, por no saber exactamente lo que perdía, por no ser la misma situación... no lo sé.

Un día, en el trabajo, un chico se acercó a donde estaba para pedirme un batido de chocolate. Cuando levanté la cabeza, no negaré que quedé cómo hechizado durante unos escasos segundos. Sus ojos eran bonitos y sus labios también llamaron mi atención. Y al hablarme me dio la impresión de ser una persona bastante alegre.

-Muchas gracias. -Me dijo una vez tuvo lo que quería y había sido pagado. Lo hizo con una tímida y agradable sonrisa.

Nunca le había visto por allí. Eso era extraño considerando que conocía prácticamente a cada cliente, de vista como mínimo. Pensé que seguramente no volvería a verle, pero me equivoqué.

Tres días más tarde allí estaba de nuevo, más o menos a la misma hora.

Pidió lo mismo, me dedicó la misma sonrisa y se fue. Dos días más tarde, volvió. Después pasó a venir cada tarde durante casi dos semanas. El viernes de la segunda semana me atreví a decirle algo más. Aquel chico me causaba curiosidad. Pasé de no verle nunca a hacerlo cada día.

-¿Qué te parece probar hoy algo más calentito? Hace un poco de frío ¿No crees? -Le dije con la inocente intención de ofrecerle un chocolate caliente en vez del batido de siempre.

Los ojos del joven se encontraron con los míos, expresando sorpresa ¿Qué pasaba? ¿Tan raro era lo que había dicho?

-Claro, si tú te lo tomas conmigo. -Dijo, pillándome totalmente por sorpresa. No parecía tan directo antes de hablar.

Ahora era yo quien estaba sorprendido. Tanto que al principio no supe qué responder y se me trabaron un poco las palabras al querer empezar una frase, seguramente quedando como un tonto.

-Los empleados no estamos incluidos en el menú. -Le dije, quizás siendo demasiado brusco.

-Oh... Ya veo. -Parecía decepcionado ante mi respuesta. Su expresión dio un cambio radical y pasó de sonreír a mostrar un desinterés total. O al menos, intentar fingirlo.- Quiero mi batido, por favor.

Esta vez no pagó al momento para después llevárselo, sino que sin decir nada más, fue a sentarse a una de las mesas de la cafetería, junto a una ventana. No le culpaba, aquel día se estaba mejor dentro, a cubierto.

Mientras le preparaba el batido, estuve pensando. Muchas cosas pasaron por mi cabeza. Puede ser que aquella fuera la oportunidad que todos me decían que debía aprovechar... Miré con disimulo hacia donde estaba sentado y le observé. En un principio me parecía simpático y desde luego, feo no era ¿Debía intentarlo? Seguramente.

Sin querer darle más vueltas, pues si lo hacía no me decidiría, aparté a un lado el batido, busqué un papel y algo con lo que escribir en este. No quería pensar más en el asunto. Nada perdía por intentarlo. Total, a RyeoWook seguramente le importaría una mierda ¿No?

Cuando lo tuve todo preparado fui a servirle el batido, dejando junto a este aquel pequeño trozo de papel doblado. Dentro básicamente le explicaba que si deseaba tomarse aquella taza de chocolate conmigo, debería esperar hasta la hora de cierre de la cafetería. No podía descuidar mi trabajo así. Bueno, menos cuando mi madre me arrastraba a hacerlo.

La cara de confusión del chico al verme dejar el papel fue digna de foto. Pero aún más lo fue la mirada que me lanzó tras leerla, cuando yo ya estaba de nuevo en mi puesto. Por un momento me pareció verle sonreír. A pesar de ello, pagó y se fue. A lo mejor ya no iba a darme una oportunidad tras mi primera respuesta. Si era así, bueno, mala suerte.

La hora de cerrar llegó y yo ya estaba solo, terminando de prepararlo todo para poder irme a casa a descansar. Me encontraba terminando de fregar las cosas que habían sido usadas aquella tarde cuando escuché unos pequeños golpecitos en la puerta. Esta era de cristal así que no me hacía falta abrir para ver quien era. Por un momento me emocioné. No sé por qué, pero lo hice. Hasta que vi que se trataba de aquel misterioso chico. Aquello no me emocionó, pero sí que despertó cierto interés en mí. Al final había venido.

Me sequé las manos con un trapo y fui a abrirle la puerta. Se había cambiado la ropa y olía bastante bien. Entendí que lo que había hecho era irse a casa y arreglarse para nuestra... ¿Cita?

Sonrió con una timidez que no había visto antes y entró. No parecía el mismo chico que me había invitado a tomar algo con tanto descaro.

-¿Creías que no iba a venir? -Preguntó mientras buscaba un sitio donde sentarse. Yo cerré la puerta de nuevo y fui con él. Empezaba el juego, supongo.

-En realidad no me sorprende después de lo directo que has sido esta tarde. -Le dije, siendo sincero.- Siéntate aquí, voy a preparar el chocolate. -Le dije, señalando una de las mesas.

Cuando me alejé, sentí su mirada clavada en mí allá donde me movía. De vez en cuando levantaba la vista para mirarle y le pillaba haciendo lo mismo. A veces desviaba la mirada y otras parecía retarme con ella.

No tardé mucho en terminar y llevar ambas tazas a la mesa. Por fin podía sentarme y descansar un poco. Y quizás fuese a conocer a alguien interesante. Le advertí de que quemaba un poco y enseguida empezó a hablar, una vez ya estaba sentado.

-Me llamo Baekhyun. -Me dijo sin necesidad de preguntarle primero.- Tú eres JongWoon ¿Verdad?

Mis ojos se entrecerraron ligeramente, con desconfianza ¿Cómo lo sabía?

-Ah, escuché a la dueña llamarte por ese nombre. -Se apresuró a decir en cuanto vio mi expresión, riendo con un poco de nerviosismo.- No soy ningún psicópata. -Añadió a modo de broma.

Vale. Reconozco que aquel pequeño momento de confusión me hizo sonreír.

-Sí, soy JongWoon. -Le confirmé.- Y la dueña es mi madre.

-¿Así que trabajas ayudándola? -Preguntó con interés.

-Exacto ¿Y tú? No te había visto nunca por aquí y de repente apareces todas las tardes. -Ahora era mi turno para interrogar.

-Me independicé hace poco y me mudé a un piso cerca de aquí. -Me explicó.- Estuve dando un paseo para ver qué tenía alrededor y vi esta cafetería. Entonces te vi a ti y ya terminó de convencerme.

De nuevo esa seguridad y descaro a la hora de hablar.

-Así que... ¿Has estado viniendo por mí? -Pregunté en broma antes de probar un poco del chocolate.

-Sí. Así es. -Wow. Era muy directo.

-Tú tampoco estás mal. -Comenté, no queriendo quedarme atrás con los piropos. Al fin y al cabo, para eso estaba allí. No es como si hubiese quedado con él con la intención de tener solo una amistad.

Noté como se ruborizaba y desviaba con disimulo la mirada de mí. Al mismo tiempo, bebió un poco de su taza.

-Hmm, está muy bueno. -Comentó antes de relamerse el labio superior para limpiar el rastro de chocolate que había quedado en este.- Tanto como la persona que me lo ha servido.

Madre mía. Aquel chico iba a saco a por mí. Me iba a costar seguirle el ritmo teniendo en cuenta mi situación. Le miré de reojo mientras probaba de mi propia taza, pensando una buena respuesta.

-No te gusta irte mucho por las ramas ¿Verdad? -Le dije con una media sonrisa en los labios.

-A mí las cosas claras, por favor. -Respondió a la vez que me devolvía la sonrisa.

-Eso está bien.

Fue en aquel punto de la conversación donde empecé a dudar ¿Estaba haciendo lo correcto? Seguramente sí, pero yo era demasiado tonto para verlo y creérmelo.

Pero es que en realidad no le conocía de nada. Lo había visto cada día durante alrededor dedos semanas, sí ¿Pero qué sabía de él? Se llamaba Baekhyun y se había mudado allí hace poco ¿Y qué más? Tampoco quería lanzarme a la piscina sin saber si estaba lo suficientemente llena.

Además, algo me decía que Baekhyun no estaba buscando precisamente algo serio. Pero eh, a lo mejor era lo que me hacía falta en esos momentos. Y pasar de todo.

-¿Estás bien? Te veo muy distraído de repente. -Escuché.

Llevé la mirada a él y fingí una sonrisa inmediata.

-No pasa nada. Solo me quedé pensativo un momento.

-¿Y en qué pensabas? -Me preguntó, muy interesado.

¿Qué me inventaba yo ahora?

-En todo lo que tengo que hacer mañana por la mañana. Es un poco tarde y irme ya debería descansar.

-Oh, venga ya. Lo estamos pasando bien ¿No? -Parecía que mis palabras no le habían sentado demasiado bien.

-Sí, sí. Ojalá pudiese quedarme más rato hablando contigo. -Le mentí.

-Bueno... -Aquello pareció convencerlo, por suerte.- Pero volveremos a quedar ¿No? Te dejo mi número. A ver, déjame tu móvil un momento.

No me dio tiempo a extender la mano para acercarle mi teléfono. En cuanto lo saqué del bolsillo y vio que lo desbloqueé, me lo arrebató de la mano y empezó a guardar su número en la agenda de este.

-Eah, ya está. Pero llámame, eh. Recuerda que sé donde encontrarte. -Rió por lo bajo como si su propio comentario le hubiese hecho gracia. A mí no mucha, la verdad.

Diez minutos más tarde yo ya estaba solo de nuevo en la cafetería, deseando con toda mi alma terminar de hacer lo que debía antes de irme a mi casa y echarme en la cama. Es que no tenía ni ganas de cenar. No hacía más que añadirme problemas. O no. Eso solo el tiempo lo diría.

2 comentarios:

  1. No, no, no con ese chico no te metas Jongwoon ese te va a terminar de arruinar la vida o quizas le haga a Ryeowook abrir los ojos.

    Gracias por la actu. Bye

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    Respuestas
    1. Ya queda menos para que termine esta historia así que pronto se sabrá si las cosas terminan de estropearse o algo lo cambiará todo para bien. Gracias a ti por comentar ^^

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