En ese mismo instante vi como su rostro empalidecía. No supe muy bien que quería decir aquello por eso no estaba seguro de exigir una respuesta, a pesar de eso lo hice.
- Leah… por favor contéstame… no debí…
- Shhh ….- lagrimas brotaban de sus ojos mientras llevaba su dedo índice hacia mis labios …- por dios … claro que si… pero no sé si esto hace más fácil la situación…- termino de decir a la vez que se secaba las lagrimas.
- Acabas de hacerme el hombre más feliz de la tierra…- la susurre mientras la abrazaba emocionado.
Por un instante permanecimos abrazados, tan solo escuchando el constante sonido de nuestras respiraciones, sabía que no iba a ser fácil nada de esto, pero lo único que quería era estar a su lado hasta el último de mis días. Sabía cuánto nos iba a costar estar separados, pero era algo que tenía que hacer sin posibilidad de poder evadirlo. Pase lo últimos días sin separarme un solo segundo de ella disfrutando de su piel, de su aroma, de su sonrisa, de su cuerpo, de sus silencios, de cosas que en otras ocasiones no hubiese percibido.
Sabía perfectamente las consecuencias que conllevaba todo lo que estaba haciendo, pero aún así quise hacerlo y más sabiendo que no la pasaría nada si no salía del país, los paparazzi no se acercarían hasta tan lejos solo por unas fotos que no tenían ningún valor si yo no estaba en ellas.
- Leah… tengo una última cosa que decirte…- afirme mientras me separaba de ella con mis manos cubriendo sus hombros.
- Junsu… no sé si voy a poder soportar un disgusto más… - me dijo con un tono de angustia en su voz.
- Cuando salga del ejercito, dejare la música…daré un comunicado explicando la situación…- me tome un segundos pues me estaba costando un poco articular las palabras.- Después me vendré aquí, para poder estar contigo …voy a dejarlo todo por ti… y necesito que estés conmigo y me ayudes. Mi amor, no quiero que te sientas mal… lo hago siendo muy consciente de ello y sé que no me arrepentiré porque merecerá la pena…- termine de decir casi con la voz rota.
- Junsu…- Dijo mientras me miraba atónita y con los vidriosos- no puedes dejar tu sueño por estar conmigo… puedo volver…- una lagrima se escapaba de su ojo.
- No, no quiero tener a nadie detrás de nosotros, no quiero esconderme, quiero ser anónimo vivir una vida tranquila a tu lado, pudiendo salir a la calle sin preocuparme de quien me pueda ver, sin preocuparme de hacer daño a mis fans, quiero vivir feliz a tu lado, quiero hacerte feliz sin tener que poner ninguna restricción…- explique acunando su rostro en mis manos.
- Junsu… mi felicidad es tu felicidad… y estaré de acuerdo con todas las decisiones que tomes, aquí hay sitio para los dos y ya estoy deseando que vengas con todas tus maletas para no volver a irte nunca más.- me dijo para dar paso a un tierno beso.
Baje mi mirada hacia su cuello y vi escondida una cadena, la tome con mis dedos y pude observar que era el collar que la regale cuando dejo Corea.
- Veo que aún lo llevas…
- Desde el mismo momento que me senté en el taxi… Junsu te amo y nunca voy a dejar de hacerlo.
- Ven…- la dije mientras la tomaba de la mano y la llevaba a mi habitación.
Bajamos en el ascensor y me detuve frente a la puerta antes de poder entrar.
- Vamos a hacer que mi última noche aquí sea inolvidable…
A continuación, juntos nos adentramos en la habitación para pasar una de las mejores noches que habíamos estado juntos.
***
Había pasado año y medio desde que nos comprometimos y desde que volví para enlistarme. Había pasado año y medio en una base militar, mensajeando cada vez que podía a Leah, llamándola cada vez que se me concedía. Ya solo quedaba medio año y no veía el momento de salir de allí, cada vez que hablábamos me contaba lo mucho que me extrañaba, lo bien que la iba en su trabajo. Me decía que sus padres estaban deseando conocerme y que ya había estado mirando lugares para la boda. Todo eso me hacia tener muchas más ganas de volver pero antes tenía pendiente hablar con la empresa para dejar el grupo, cosa que también me atormentaba, estaba muy seguro pero me entristecía dejar a tras a mis compañeros y a mis padres.
Aún así el medio año paso rápido y ya me encontraba saliendo de la base bajo la atenta mirada de cientos de fans y decenas de caramas bajo el sello de algunos medios de comunicación. Todos me recibieron muy contentos, ajenos a lo que tenía planeado para unos pocos días después.
Llegue al apartamento deseando quitarme el uniforme de camuflaje para llamar a Leah desde casa tranquilamente sin tener que estar pendiente de la hora, ya que en la base teníamos una hora para comunicarnos con quien fuese.
- Buenos días nena…- La dije nada más respondió a la llamada.- Estoy en casa… ya he salido… pronto volveré a verte mi amor…- termine de decir casi con lagrimas en los ojos.
- Junsu…- me dijo entre sollozos- Por fin… mi vida… ¿Estás bien?- pregunto aliviada.
- Claro que lo estoy… ¿Podrás esperarme un poco más…?.- Sentí como si estuviese pidiéndola el alma- Tengo que solucionar cierto asunto… pero en estos días comprare el billete…- termine de decir para tranquilizarla.
- No veo el día de volver a tocarte… - Dijo con nostalgia.
- Nena ya queda muy poquito, te lo juro. Acaba de llegar el manager… voy a hablar con él… luego te llamo… ¡Te amo!- Termine de decir pues quería zanjar el asunto con la empresa cuanto antes.
Me dirigí al salón donde estaban todos incluidos el manager, quien se acercó a darme un abrazo.
- Bienvenido de nuevo Junsu… te hemos echado de menos…- Me dijo mientras me revolvía el pelo.
- Y yo a vosotros… veréis chicos… quiero deciros algo… quizás es un poco pronto pero no puedo esperar más tiempo.
- Junsu…- Dijo Taek temiéndose lo peor.
- He estado mucho tiempo pensado lo que os tengo que decir…y… he tomado una decisión…- Tuve que parar pues aún me costaba decirlo del tirón.- Quiero dejar el grupo… y dejar Corea también…- termine de decir cabizbajo.
Me tome unos segundos para volver a alzar la cabeza para encontrarme que todos tenían cara de incredulidad mientras ahogaban un grito, sabía que ninguno estaba asimilándolo.
Era consciente de lo mucho que iba a repercutir y del daño que estaba causando a mis compañeros, esos mismos compañeros que dejaron de serlo para pasar a formar parte de mi familia. Con aquella decisión aceptaba dejar atrás a toda mi familia por estar sólo con Leah, para formar una nueva familia junto a ella, daba por hecho que echaría en falta a todos y que volvería a verlos de vez en cuando. Por un momento mi padre invadió todos mis pensamientos, no me perdonaría si algo le pasase en mi ausencia, por un momento dude, pero no tarde mucho en volver a estar firme en mi decisión.
- Chicos… de verdad que no sabía cómo decirlo… lo siento… Leah y yo nos hemos comprometido y no puedo casarme con ella si cada día tengo cientos de periodistas pegados al trasero. Quiero casarme con la mujer que amo y tener una vida completamente normal…- trague saliva- Chicos quiero que todos vengáis a mi boda, quiero tener noticias vuestras y por supuesto no voy a dejar de seguiros hagáis lo que hagáis…- Respire hondo- Manager… por favor prepara una conferencia para mañana por la mañana… vamos a anunciar mi salida del grupo.- Dije finalmente con un nudo en la garganta.
Nada mas callar todos se acercaron para abrazarnos, sabía que se alegraban por mí pero al mismo tiempo era duro, toda despedida lo es.
Antes de la conferencia hable con el CEO, quien ya había tramitado la rescisión de mi contrato y a continuación fuimos al salón de actos del edificio de la empresa, donde había periodistas y dos decenas de cámaras pertenecientes de medios de comunicación, incluso se había hecho eco en Japón y China. Procedí a dar el comunicado con ayuda del manager y el CEO, no quise ser muy escueto en la explicación de porque lo dejaba, pues después llegaron treinta minutos de preguntas ininterrumpidas por parte de los medios de comunicación.
Salí de allí bastante cansado de tanta pregunta, tan solo quería llegar a casa y comenzar a preparar mi equipaje para estar con Leah cuanto antes. Pero antes tenía mucho que hacer, sobre todo con mis padres, no estaban preparados para algo así y tenía que hacerlo con tiento.
***
Unos pocos días después de la conferencia visite a mis padres angustiado por como se lo fuesen a tomar. Como siempre mi madre se abrazo a mí como si no hubiese un mañana y mi padre me recibió sentado en su sofá, donde yo le abrace y le bese la frente.
- Junsu al fin has salido de la base…- dijo mi madre mientras ambos tomábamos asiento frente a mi padre.
- Si mama, un poco más y me vuelvo loco… - intenté bromear para que asimilasen lo que se avecinaba.
- Siéntate hijo...- ordeno mi madre. – ¿Donde está aquella chica?… como se llamaba… aah! Si!.. Leah!...- Terminó exclamando.
- Veras… sobre eso quería hablaros… Ella ahora mismo no está aquí… dejo el país… empezamos a salir juntos y…- por el rabillo del ojo pude ver un atisbo de felicidad en el rostro de mis padres. - bueno… los medios nos descubrieron y las fans se pusieron muy molestas… por eso ella decidió dejar el trabajo. – De nuevo por el rabillo del ojo vi como sus rostros ya no parecían tan felices.
- Pero… ¿sabes algo de ella?... ¿ya no es tu novia?...- Preguntó mi madre saltando como un resorte.
- Si…Antes de alistarme… fui a verla y podemos decir que somos novios oficialmente…- Tomé aire unos segundos.
- ¡Pero eso es magnífico hijo! – Interrumpió de nuevo mi madre.
- Pero no solo eso…hay más… voy a dejar de mi carrera de cantante… - de pronto note como mi padre me observaba con total desaprobación, algo en mi se estremeció por aquella mirada pero seguí, estaba bastante seguro de lo que quería hacer.- De hecho dejare el país para casarme con Leah…- Mi madre no pudo aguantar las lagrimas, mientras mi padre se levanto de el sillón para dejar la habitación. – Lo siento mama…- termine de decir con lagrimas en los ojos.
- No te preocupes hijo… acabará entendiéndolo…- contestó mi madre entre lagrimas.
- No quería haceros daño… no puedo irme sabiendo que estáis mal…- dije cabizbajo.
- Junsu… hijo mío… tu padre también tuvo que dejar muchas cosas por mi… tranquilo… se le pasara…- Mi madre respiró unos segundos.- Estoy muy feliz por vosotros… te merecías alguien como ella hijo mío… ven aquí…- Abrió los brazos para estrecharme entre ellos.
En cierto modo ese abrazo me hizo saber que estaría todo bien en un futuro, finalmente bese en la mejilla y mi madre y me dirigí a comprar el billete para volver junto a Leah.
***
Unos pocos días después ya estaba estrechando a Leah entre mis brazos, contándola todo lo que me había pasado en estos días.
- Ya he visto el revuelo que se monto… después de la conferencia…- dijo perdiéndose en mi mirada.
- Preferí no ver mucho sobre ello…- de pronto ella me miró asustada.
- ¿Qué sucede mi amor?...- Leah me conocía demasiado bien.
- He vuelto y ni siquiera sé si mi padre acepta esto que estoy haciendo…
- Junsu… debemos volver ahora mismo…- dijo rápidamente.
- No… Leah… no por el momento… necesito que mi padre acepte esto y asuma que es una decisión muy meditada… quiero darle tiempo…- La explique.
Ella no volvió a contestar tan solo beso mis labios con fuerza como si fuese la primera vez.
Nunca había protagonizado una historia así, yo la amaba más que nada y del mismo modo me sentía más que correspondido, jamás nadie me había mostrado tanto amor desinteresadamente, por eso de ningún modo podía arrepentirme de la decisión tomada, cada día me quedaba más claro que nuestro amor era eterno y tan intenso como el primer día.
***
Pocos meses después comenzamos con los preparativos de la boda y al mismo tiempo recibí una oferta de la empresa para trabajar como compositor para 2pm a distancia, tal noticia me hizo más feliz aún y rápidamente se lo conté a Leah y a mis padres. Claramente sin pensarlo acepté. Mi padre me felicitó por ello y al mismo tiempo yo interprete que su enfado ya era agua pasada. Desde entonces me sentí mucho más feliz al saber que iba a tener una boda inolvidable junto a mis padres y mis amigos.
Una vez cerrado el día de la ceremonia, buscamos el lugar del banquete, donde haríamos también la ceremonia , ambos elegimos un castillo en un enorme paraje con un lago en el centro, a continuación mandamos las invitaciones y comenzamos a ultimar detalles con el banquete y nuestros vestidos.
***
Ya había pasado un año desde que había vuelto del servicio militar y tan solo que quedaban unos días para nuestra boda, ambos estábamos muy nerviosos y tanto mis padres como mis compañeros del grupo ya estaban en la ciudad preparándose para la boda, al mismo tiempo estábamos muy felices de volver a estar juntos. Los chicos estaban muy contentos al volver a vernos y no paraban de preguntar a Leah como había estado y cuál era el secreto para haberme hecho cambiar de vida. Ella nunca contestaba a esa pregunta pero ella sabía que era el amor por ella lo que me llevo a ello.
No podía parar de pensar en cómo reaccionaría al verla con el vestido de novia y menos en el momento en el que ponga el anillo en su mano y sepa que mi vida es su vida para siempre.
***
Finalmente el día de la boda llegó y los nervios me comían, sólo deseaba que todo saliese a la perfección y que todos disfrutásemos de ese día.
Llegué tres cuartos de hora antes al castillo no aguantaba más quería verla ya y darla el sí quiero.
Poco a poco comenzaron a llegar lo invitados, los primeros fueron mis compañeros.
- Nuestro líder se casa, que rápido has crecido Hyung…- Gritó Chansung abriendo sus brazos para abrazarme.
- Gracias…- dije sonriendo nervioso.
- Junsu Enhorabuena… tu y Leah os lo merecéis…- dijo Taek para nuevamente recibir otro abrazo.
Todos me felicitaron, estaban muy felices por mí.
A continuación llegaron mis padres y mi madre nada mas verme comenzó a llorar mientras me abrazaba, en cambio mi padre sonrió orgulloso.
- Mi niño… jamás pensé que este día llegaría… estas guapísimo…- dijo sollozando.
- Felicidades hijo… estoy muy orgulloso de ti…- Dijo mi padre abrazándome mientras me daba palmadas en la espalda.
- Gracias mama…. Gracias papa… os quiero…- dije aún más nerviosos.
Cuando todos llegaron, un Chevrolet impala del 67 negro apareció y una preciosa pierna salió de él, era mi Leah. Llevaba un precioso vestido de corte sirena en color marfil, con escote corazón y la espala al aire rodeada de encaje, sin velo con el pelo recogido pero con un precioso ramo en forma de cascada hecho de cristales.
En ese preciso momento empalidecí, estaba preciosa, era como un ángel. No podía parar de sonreír, era como si estuviese soñando, no podía creer que fuese real, íbamos a decirnos Si quiero en unos instantes y yo solo podía mirarla embobado.
- Estas… preciosa… - susurré cuando llegó a mi lado.
- Tú tampoco estas nada mal… te amo…- susurró ella también sonriendo dulcemente.
Los chicos nos dedicaron unas palabras antes de oficiar la boda.
- Este es el sueño que comparten… El que desean cuidar a través de los años… El que hablará por ellos, más que toda palabra… El que los reencontrará a través de cualquier distancia… Este es el sueño que comparten, y se llama Amor.
Leah estaba muy emocionada ante tan bonitas palabras y yo no paraba de sonreír.
A continuación el alcalde pasó a oficiar la boda.
- Hoy vamos oficiar el enlace entre estos dos jóvenes, toda unión es siempre una alegría y por ello os hago esta pregunta… Junsu… ¿quieres a Leah como esposa?
- Si… quiero… y prometo amarte todos los días de mi vida y cuidarte hasta que no me queden fuerzas.. Dije mientras la ponía el anillo tan ilusionado como un niño en navidad.
- Leah ¿ Quieres a Junsu como esposo?
En ese momento mis nervios iban a causarme un paro cardiaco.
- Por supuesto que quiero… y voy a quererte hoy mañana la semana que viene… y el resto de mi vida. – Dijo mientras introducía el anillo en mi dedo y un par de lágrimas se la escapaban de los ojos.
En ese mismo momento note como si me quitase un peso de encima.
- Si así es, podéis besaros y comenzar una bonita vida juntos.
La acune entre mis brazos para darla un apasionado beso que fue alabado con aplausos y gritos por todos los invitados. Cuando la incorporé no pude evitar volver a dedicarla unas lindas palabras, esta vez en su oído.
- Te amo tanto que no soy capaz de decirlo con palabras…- me susurró ella antes de que pudiese arrancarme.
- Mi amor… te juro que hoy es el día más especial de mi vida… juro que jamás volveré a hacerte llorar, pienso amarte, cuidarte y protegerte hasta quedarme sin aliento eres mi vida, mi corazón y mi alma son tuyos para toda la vida… Te amo.
Nunca iba a olvidar ese día, ninguno que pasase junto ella, jamás pensé que una historia de amor podía ser tan grande como la nuestra, Leah fue, es y será mi gran amor, nunca podre describir con palabras el amor que siento por ella.
“Todas las historias de amor son bonitas… pero la nuestra es mi favorita… por siempre tuyo… Junsu.”
Sandy.
Bella historia con su final feliz, aunque si esto pasara me daria una tristeza que deje el grupo, solo eso. No me importaria en lo mas minimo que se casaran, que tuvieran hijos y demas...solo doleria que alguno abandonara la musica y al grupo. ...pero esto es solo una historia linda y ficcionada.
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