domingo, 3 de julio de 2016

(Varias) El instituto de la Muerte -Serial- Capítulo 10

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Notas: cada vez que hablan con el fantasma éste hace todo lo posible por ahuyentarlos y que dejen de buscar a SeHun y ZiTao, pero ellos no van a rendirse por nada del mundo hasta tener con ellos de vuelta a sus amigos.

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SeHun y ZiTao se quedaron muy quietos cuando oyeron aquella noche cómo se abría la puerta del sótano y cuando poco después vieron que se trataba de sus amigos, intentaron llamar su atención, pero el fantasma no los dejó. Generalmente se podían mover más o menos libremente por el sótano, pero en aquellos instantes ni siquiera podían llegar a una fila de cajas para empujarlas y armar ruido para que los demás supieran que estaban allí.

Los chicos vieron cómo trataban con el fantasma, cómo este se colocaba entre ellos y movía el vaso en la dirección que corría, cómo sonreía cínicamente cada vez que los otros se asustaban. Ya no era una sombra solo, ahora tenía forma, la forma de un muchacho de quince años, de piel morena y rasgos bastante exóticos. Además, ya no solo lo escuchaban lamentarse débilmente, ahora sus lamentos eran fuertes y claros y el fantasma no paraba de gritar una y otra vez el nombre de BaekHyun.

SeHun y ZiTao no sabían por qué con el paso de los días el espíritu del chico se hacía más claro y solo esperaban que no fuera porque cada día que pasaba, estaban más próximos a la muerte.

Sus amigos se fueron del lugar, dejándolos solos de nuevo cuando el fantasma los intimidó. Probablemente volverían, así que no desesperaron por aquello. Simplemente pidieron al cielo que regresaran pronto a por ellos porque no sabían cuánto más iban a poder sobrevivir allí.

—ZiTao —murmuró SeHun, llamando su atención—. Nunca hemos hablado de esto porque realmente no era importante... pero creo que ahora lo es —el chico se acurrucó contra el cuerpo del otro—. ¿Tú me quieres?
—Claro que te quiero —respondió ZiTao, sin pensarlo ni un solo segundo.
—¿De qué forma? ¿Cómo un amigo quiere a otro amigo o...?
—Creí que había quedado claro la primera vez que nos acostamos —murmuró el chico moreno—. Te quiero como nunca he querido a nadie, si no, jamás lo habría hecho contigo.



KyungSoo caminaba lentamente hacia su casa seguido de la figura de ChanYeol, que había decidido por su propia cuenta acompañarlo hasta su vivienda a pesar de que esta se encontraba en la dirección contraria a la suya y el doble de lejos del instituto. En parte, el chico agradecía que lo estuviera acompañando aunque nunca le habían dado miedo los peligros de la noche, pero no sabía qué era lo que iba a hacer cuando llegaran. No quería que ChanYeol hiciera el camino a la inversa solo… pero tampoco estaba seguro de que quisiera que se quedara en su casa, con él, en su cama, porque no había más habitaciones y el sofá era demasiado pequeño e incómodo para cualquiera.

La decisión vino sola cuando se encontró frente al bloquede edificios en el que vivía y se giró para ver cómo ChanYeol emprendía el camino de vuelta.

—ChanYeol —lo llamó y el chico se detuvo, quedándose a unos metros de él—. Sube. Es tarde para que te vayas a casa.

KyungSoo esperó hasta que el chico finalmente se giró hacia él con una sonrisa y luego sacó las llaves para poder entrar al edificio. Unos minutos más tarde, ya habían llegado a la habitación de KyungSoo y este cerraba la puerta con cuidado para no molestar a sus padres. Una vez terminó con aquello quiso volverse para buscarle algo de ropa a ChanYeol para que se cambiara, pero unos largos brazos rodearon su cintura desde atrás, dejándolo completamente inmóvil.

—Siento haberte molestado con mi acción de antes —murmuró contra su oído y KyungSoo sintió un escalofrío recorrer su espalda—. No quería que nos sintieramos incómodos y que no nos habláramos más.
—No me ha molestado —susurró—. Solo estoy confuso.

El chico intentó darse la vuelta de nuevo y esa vez pudo hacerlo porque el agarre que mantenía el otro en su cintura se debilitó. Una vez que estuvieron cara a cara, KyungSoo alzó su cabeza para poder mirar a los ojos a ChanYeol, descubriendo que estaban tan cerca que si el otro se agachaba unos centímetros o él se alzaba de puntillas sus labios podrían rozarse por segunda vez en aquel día.

Tener ese pensamiento hizo que KyungSoo se sintiera todavía más confuso que antes. No quería perder a ChanYeol por nada del mundo porque era muy importante para él, había estado a su lado en aquellos meses tan extraños que había tenido mientras se acostumbraba a dejarlo todo atrás y era un buen amigo, el mejor amigo que jamás había tenido. No quería que dejara de ser su amigo, pero en su interior tampoco quería seguir siendo solo su amigo. Definitivamente, tenía la cabeza hecha un lío.

—¿Puedo hacer algo para intentar que dejes de estar confuso? —cuestionó ChanYeol.

KyungSoo asintió automáticamente a aquello y los labios de ChanYeol se unieron a los suyos en un beso mucho más húmedo y desesperado que el de aquella tarde. El chico no tardó en llevar sus manos a la nuca del más alto para acercarlo más a su cuerpo y hacer así el beso mucho más profundo. En ese momento, KyungSoo se dio cuenta de que no tenía ninguna duda más.



Cuando salieron del instituto, Lu Han se dio cuenta de que no había mirado el móvil ni una sola vez desde que se había ido de casa hacía horas como alma que llevaba el diablo y que lo más probable es que tuviera varias llamadas perdidas de sus padres, además de algunos mensajes. Cuando encendió de nuevo el teléfono, sus sospechas fueron confirmadas y se sintió bastante más por aquello. Sus padres ya tenían a un hijo desaparecido, su tarea era hacer todo lo posible para traerlo de vuelta y no preocuparlos a ambos más de lo que seguramente ya lo estaban. Por ese motivo, no perdió ni un segundo más en llamarlos.

—Lu, cariño, ¿dónde estabas? —escuchó preguntar a su madre con voz preocupada y se mordió el labio inferior levemente—. Saliste tan repentinamente y no has dado señales de vida. ¿Estás bien? Tu móvil estaba apagado.
—Sí, mamá, no te preocupes. Estoy bien —le dijo con la voz más tranquilizadora que pudo poner—. MinSeok me llamó que tenía un problema bastante gordo y salí en su ayuda. El móvil se quedó sin batería y no me di cuenta hasta hace unos momentos.
—Oh… —murmuró su madre—. ¿Y tu amigo está bien?
—Sí. Ya está todo solucionado —contó—. Me quedaré en su casa porque ya es tarde. Mañana volveré a casa.
—Claro hijo. Nos vemos mañana.

Lu Han colgó y se sintió miserablemente mal por tener que mentirle de esa forma a su madre, pero aquella era la única manera que tenía de que no se preocupara aún más con todo lo que estaba pasando.

—¿Estás bien? —escuchó que le preguntaba MinSeok y se giró hacia él esbozando una sonrisa cálida.
—Sí, tranquilo —dijo—. Vámonos a casa.



—¿Tienes frío? —le preguntó JongDae—. ¿Quieres que te abrace?

Sus manos viajaron por su cintura en busca de un lugar prohibido para él aquella noche y JunMyeon rápidamente las cogió antes de que pudieran llegar fácilmente a su destino. JongDae bufó detrás de él y el chico maldijo el momento en el que le había pedido que se quedara con él aquella noche porque tenía miedo de que el fantasma fuera a por él y le hiciera daño. JunMyeon sabía que lógicamente era imposible… pero había una ínfima posibilidad de que sucediera y él la sentá demasiado real.

—Estate quieto, JongDae —murmuró—. Estoy bien, no necesito que me toques para entrar en calor. Eres un horno.

Escuchó la risa de su chico detrás suyo y sintió su cuerpo vibrar contra su piel, además de su aliento en su nuca y algo comenzó a despertar dentro de él. Sin embargo, a pesar de que una parte de JunMyeon quería dejarse llevar, su parte racional le decía que ni hablar. Estaban en su casa y su padre siempre había tenido un oído ecepcional, así que no quería por nada del mundo que lo escuchara teniendo sexo con JongDae.

—Me calientas… —le susurró su novio y él no lo pudo aguantar más.

JunMyeon se intentó incorporar de la cama para alejarse pero JongDae lo retuvo antes de que pudiera llegar muy lejos, apretando su agarre sobre su cintura y haciendo que volviera a la posición en la que se encontraba antes.

—JongDae…
—Lo siento. Me quedaré quieto —dijo—. Prometo ser bueno y dormir. Solo déjame abrazarte.
—Está bien…

Ambos se acomodaron sobre la cama hasta encontrar la posición en la que estaban mejor y después se rindieron a los brazos de Morfeo.



A YiFan le costaba un poco adaptarse a la vida en la casa de YiXing porque todo era… curioso. Las tres personas que allí vivían eran bastante especiales, únicas y, sobre todo, olvidadizas a más no poder. YiFan todavía no entendía cómo no habían salido ardiendo ni una sola vez porque ya los había visto haciendo cosas bastante peligrosas con calor y cerca de otras cosas sumamente inflamables. Así que, allí dentro, se sentía bastante agobiado y en constante tensión por si finalmente sucedía una desgracia y le tocaba socorrer a YiXing, DongHai y SooYoung.

Su teléfono móvil comenzó a sonar, sacándolo repentinamente de aquellos pensamientos. El chico miró la pantalla y descubrió en ella la foto de su madre, así que simplemente descolgó.

Hi, mommy.
Are you okey, my baby? —cuestionó ella.
Don’t call me like that —YiFan se llevó una mano a la cara intentando ocultar su vergüenza—. I’m not a baby anymore.
Sure, sure —rió ella—. Answer me.
I’m fine. They are nice with me —respondió.
When do you come back home?
Father…
He’s angry yet —contestó su madre.
I’m going to stay here, then.
Okey. Take care of you.
Yes, mommy.

YiFan esperó a que su madre finalizara la llamada para despegarse el teléfono de la oreja. En ese momento, se dio cuenta de que no se encontraba solo en el salón, sino que YiXing había entrado y lo miraba interrogante. No había usado palabras enrevesadas cuando había hablado con su madre, pero su chico estaba muy verde en inglés.

—Era mi madre —le aclaró—. Quería saber si estaba bien.
—¿Y qué le has dicho? —cuestionó acercándose.
—Que me tratáis muy bien —YiXing esbozó una sonrisa encantadora y en ese momento, YiFan recordó lo mucho que se parecía a la que le había dedicado cuando le pidió salir el año anterior en su cumpleaños.



No podía creerlo. Sencillamente no podía creerlo.

ChanYeol se encontraba en un estado de cierto estupor desde que KyungSoo lo había besado, desde que le había dicho que durmiera con él, desde que lo había dejado abrazarlo y desde que le había asegurado segundos antes que no qería ser solo su amigo.

—¿Lo puedes repetir, por favor? —le pidió, pero KyungSoo negó.
—No he nacido para decir cosas cursis —le respondió, sentándose en la cama a su lado—. Ya lo he dicho una vez y estoy seguro de que lo has entendido perfectamente. No por nada tienes estas dos antenas parabólicas —el chico le tiró de la oreja que tenía más a mano y ChanYeol se quejó levemente.
—Vale. No te haré repetirlo —dijo—, pero es que no me lo puedo creer.
—Pues créetelo.

KyungSoo se tumbó en la cama y ChanYeol vio en aquello una clara invitación a que se tumbara a su lado, así que lo hizo y le pasó un brazo por el abdomen para atraerlo más a él.

—No me había dado cuenta cuánto me gustabas hasta ahora —murmuró ChanYeol—. No quiero perderte por nada del mundo.
—Yo tampoco —susurró KyungSoo y ChanYeol imagió que sus mejillas se ponían rojas al decirlo, así que sonrió y se pegó a su cuerpo.



MinSeok estaba terminando de fregar los platos que habían utilizado en el almuerzo cuando de repente sintió unos brazos rodeando su cintura y una barbilla instalándose en su hombro. Su madre acababa de salir por la puerta, así que no podía ser otra persona más que Lu Han.

—¿Pasa algo? —preguntó y notó cómo su chico movía la cabeza de forma negativa—. ¿Entonces?

Lu Han se tomó unos momentos para responder, así que MinSeok supuso que se estaba pensando bien su respuesta.

—Quiero volver al insituto esta noche —le dijo—. Quiero hacer todo lo que esté en mi mano, todas las noches, hasta que podamos sacar de allí a mi hermano.
—¿Y a ZiTao? —cuestionó MinSeok, haciéndolo bufar.
—Qué remedio. Habrá que sacarlo a él también —contestó, haciéndolo reír.
—¿Quieres que avise a los chicos yo o lo haces tú?
—Lo hago yo —declaró—, así te dejo fregar los platos tranquilo.

Y tras plantarle un beso en el hombro, se fue de la cocina, dejándolo solo con su tarea.



La tarde del domingo habían quedado todos en el parque que había cerca de la escuela para intentar hallar una solución al problema que se les había planteado la noche anterior. El fantasma había estado bastante comunicativo, pero también susceptible y aquello se debía a que el tema de su muerte le causaba un verdadero dolor. Ellos tenían que averiguar por qué le causaba tantísimo dolor aquello antes que nada porque si no no podrían ayudarlo y no podrían hacer que dejara libres a SeHun y ZiTao.

YiXing estaba jugando con sus manos mientras esperaba a que los demás llegaran, incapaz de tenerlas quietas ni un solo segundo, poniendo probablemente de los nervios a YiFan, que tuvo que cogérselas y guardarlas con las suyas en los bolsillos de su abrigo.

—Estate quieto —le pidió en tono bajo—. Me pones de los nervios.
—Lo siento, pero no puedo —le respondió—. Estoy ansioso por intentar conocer por qué Kim JongIn quiere vengarse de todos los homosexuales, por qué quiere hacerlos sufrir.
—Probablemente él sufriría mucho cuando murió —comentó su chico—. Encontraron los dos cuerpos maltratados.

Tras escuchar aquellas palabras, algo hizo clic en la cabeza de YiXing y poco a poco juntó todas las piezas del rompecabezas. Era solo una posibilidad lo que se le había venido a la mente, pero no podían tener ninguna certeza, así que podía ser cierto como incierto.

—¿Y si quienes les pegaron le hicieron daño a BaekHyun delante suya sin que él pudiera hacer nada por evitarlo? —murmuró—. Probablemente el chico muriera en su brazos y se habría sentido muy impotente por no poder hacer nada.
—¿Qué insinúas? —cuestionó YiFan, sin parecer entenderlo.
—Probablemente el incidente ocurrió la noche del 31 de octubre... pero JongIn no murió hasta el 5 de noviembre —dijo—. Estuvo cinco días encerrado en el sótano sin poder salir y sin poder pedir auxilio y probablemente con el cadáver de su chico. En los archivos ponía que Byun BaekHyun era un chico de constitución débil y si le dieron una gran paliza no podía haber sobrevivido.
—Podrías tener razón... —comentó YiFan—, y si es así... solo tendríamos que apelar al recuerdo de BaekHyun para hacerlo entrar de nuevo en sus cabales.



JongDae y JunMyeon llegaron al parque en el que habían quedado los últimos y se encontraron a sus amigos haciendo un círculo para no dejar pasar el aire frío, teniendo una pequeña reunión. JongDae apretó la mano de JunMyeon que tenía en el bolsillo de su abrigo y se dirigieron a aquel corrillo. Una vez estuvieron integrados en él, pudieron captar la conversación que se estaba produciendo.

—¿Entonces qué es lo que propones? —preguntaba Lu Han.
—Creo que lo único que podemos hacer es tocarle la fibra sensible nombrándole a BaekHyun —le respondió YiFan—. Eso es lo que ha pensado YiXing antes que puede funcionar.
—Si de verdad estaba enamorado del chico podría funcionar —intervino ChanYeol.
—Entonces decidido —dijo YiXing—. Haremos eso

JongDae era un chico listo, tenía un ranking bueno en el instituto, pero con aquella conversación no se había enterado de una mierda, así que no pudo evitar preguntar:

—¿Qué es lo que vamos a hacer?
—Vamos a volver a hablar con Kim JongIn.

mrs daisy

2 comentarios:

  1. Me gusto que escribieras el panorama un poco desde la perspectiva que tenían SeHun y ZiTao en el momento que sus amigos estaban invocando a nuestro malvado fantasmita. Me imagino el miedo y la impotencia que debieron pasar viendo a sus amigos y sabiendo que no les queda mucho tiempo.
    Me engaño KyungSoo al final del capi anterior, pensé que ya lo tenia resuelto pero no...necesito un mas que insinuado empunjoncito de ChanYeol para terminar enredados.
    Lo que me hiciste reír con el canchondeo de JongDae, fue muy divertido el dialogo. JunMyeon lo contuvo como pudo. Y muy buenas todas las situaciones cotidianas, por cierto doy gracias a dios que mi ingles no esta tan verde como el de YiXing jajaja.

    Bueno, vuelven a la carga nuestros chicos, es muy buena la estrategia que tienen pensada, podría funcionar o quizás eso podría poner de peor humor a JongIn al sentir que tocan algo tan sagrado para èl...o podrían invocar a BaekHyun también, porque no. tendré que esperar, no hay otra.
    Pero ansiosa de saber como esta historia llega a su final.

    PD: JongDae en que andará pensando...

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    Respuestas
    1. La verdad es que lo están pasando muy mal, porque no pueden hacer nada ellos mismos y solo pueden esperar a que los demás los ayuden...
      Jajajajajajaj XD Necesitó un poquitín más, pero ¿quién no cae ante los encantos de ChanYeol?
      JOngDae nunca puede mantener sus manos alejadas del cuerpo de JunMyeon, pero no solo éste JongDae, el de verdad tampoco XD
      Mi inglés está muy oxidado, no podía hacer algo demasiado complejo XD

      Quizás les funcione, quizás no... es algo que se desvelará en el próximo capítulo, porque ya estamos poco a poco llegando al final ^^ Este finde y ya no habrá más ;;_____;;

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