Notas: ¡Hola! Hoy volvemos con este fanfic en un capítulo con un sorprendente final que dará un importante giro para la trama de la historia. ¿Qué pasará? Tendréis que leerlo para saberlo 😉
—SeungJun... ¡SeungJun! —la alterada voz de JiHun le despertó de su profundo sueño junto a una sacudida en el brazo, asustándole y haciéndole abrir los ojos de par en par en el momento ¿Qué pasaba? ¿A qué venía llamarle de esa forma?
Miró la escena como quien mira a la nada mientras intentaba asimilar lo que estaba realmente veía, todavía medio dormido. Todos estaban en ese mismo dormitorio, con sus pertenencias y una mala expresión.
—¿Qué ocurre? —Trató de incorporarse en la cama para levantarse, sin poder abrir bien sus ojos todavía. A pesar de haber dormido tantas horas, seguiría haciéndolo si tuviera la oportunidad.
—Date prisa y coge tus cosas, venga —dijo YouJin en voz baja desde la puerta, aparentemente alterado.
Empezaba a preocuparse de verdad, por lo que puso más esfuerzo en ponerse en pie e unirse a los demás.
—¿Pero qué pasa? —la preocupación y confusión se hizo visible en su rostro mientras miraba a los otros, suplicando una respuesta.
—Se han escapado nuestros amigos del sótano —dijo HeeJun apiadándose de él, al darse cuenta de que los demás estaban tan nerviosos y yendo de un lado para otro que no se habían dado cuenta de que SeungJun les preguntaba.
—Ah... —el menor pudo contemplar como la piel de SeungJun se volvía todavía más pálida de lo que era. Lo entendía, él también estaba al borde de un ataque de nervios.
SeungJun no era el único recién despierto. JiHun se encontró también con todo aquel percal en el dormitorio, tan de repente. Sus párpados todavía parecían pesar pero como era normal, no tardó apenas unos segundos en despejarse por completo.
—¿Qué hacemos? —preguntó mientras terminaba de guardar en su mochila lo poco que quedaba fuera, sin entretenerse.
—HeeJun ha tenido una idea genial —anunció YouJin a los demás mientras vigilaba por una pequeña rendija que había quedado al juntar la puerta. Las miradas se dirigieron al nombrado.
—Así es —confirmó—. Vamos a incendiar la casa.
Los ojos de SeungJun se abrieron como platos mientras la expresión de JiHun se acercaba más a la fascinación. InSeong, quien extrañamente no decía ni una sola palabra, miró de forma recelosa por encima del hombro, desde una esquina.
—Pero... ¿cómo?
Entonces el menor mostró dos barriles pequeños de gasolina que había encontrado en el garaje de la casa, cuando estuvieron registrando de arriba a abajo en busca de provisiones.
—Pensaba guardarlos para más adelante... pero creo que es un buen momento para darles uso ¿no? —con una pequeña y casi divertida sonrisa en los labios, cruzó la habitación para ir junto a YouJin, cerca de la puerta. Debían prepararse bien para el ataque—. Será mejor que os preparéis para salir por esa ventana que tenéis detrás.
—No me creo la suerte que tuvimos con este chico —dijo JiHun para sí mismo, adorando el ingenio de HeeJun y el hecho de que iba a ser la segunda vez que les libraba de la muerte. Aun así lo dijo lo suficientemente alto para que InSeong lo escuchara y su expresión se convirtiera más todavía en algo sombrío.
—¿Por la ventana...? —pensó SeungJun en voz alta, digiriendo su mirada hacia atrás para mirar hacia aquel rectangular hueco de la pared.
—Sí, se puede bajar más o menos bien —informó, intentando tranquilizar.
SeungJun se asomó curioso y vio que efectivamente, no parecía complicado. No era necesario dar un salto porque uno podía apoyarse en ciertos lugares específicos de la fachada hasta tocar el suelo y aunque eso no fuese así, el salto tampoco habría sido demasiado intimidante. Como fuera, prefería mil veces eso antes que lo otro.
El plan se puso en marcha rápidamente, en cuanto los recién despertados terminaron de reunir sus cosas. Primero lanzaron cualquier objeto que quisieran llevar con ellos por la ventana. Con suerte al ser las mochilas y poco más, no harían mucho ruido.
—Yo me quedo —aseguró JiHun en un susurro, acercándose a la puerta con YouJin.
—No, vete con los demás. Yo me encargaré de todo —YouJin iba a seguir insistiendo en ello, pero eso a JiHun le importaba lo que venía siendo nada.
—Ni en broma. No voy a dejarte solo. Necesitarás a alguien que te cubra si algo sale mal ¿no? —su mirada fue directa a los ojos del mayor, mostrándole a través de esta lo seguro que estaba de lo que decía.
Mientras hablaban, los otros tres fueron bajando lo más rápido posible desde el dormitorio, uno a uno. Tomaron las cosas y se alejaron con el conocimiento de que de un momento a otro empezaría a arder.
—¿Y JiHun? —preguntó HeeJun, agachado entre los hierbajos cercanos a la casa—. ¿Por qué cojones no sale? —se empezaba a poner nervioso ¿es que acaso algo no iba bien allí dentro?
—Vamos, será mejor que nos alejemos —habló InSeong de mala gana. En realidad, lo decía más por SeungJun que por el otro. Si por él fuera, HeeJun podría quedarse atrapado dentro de la casa mientras esta se consumía por las llamas.
Los tres cargaron con todo lo que pudieron sin entender por qué su compañero no se había unido a ellos; sin embargo debían seguir con el plan establecido. Se alejaron lo suficiente para no correr peligro por el fuego que iba a crearse de un momento a otro y rezaron porque todo saliera bien.
—¿Por qué no ha salido...? —se preguntaba SeungJun, mostrándose como el más nervioso de los tres. Lamentaría profundamente la pérdida de YouJin pero si encima también perdía a JiHun... ¿qué sería de él?
Quedaron en total silencio, observando la vivienda. La tensión era tal que casi parecían no respirar. Por favor, que saliera bien.
—Me siento como un completo inútil aquí —se quejó InSeong al verse oculto entre los árboles junto a HeeJun y SeungJun, siendo ignorado por ellos. Él no estaba hecho para huir. Su plan habría sido salir allí y reventar cabezas con un bate como mínimo ¿pero prender un fuego y salir corriendo? Malditos gallinas.
¿Cuánto tiempo habría pasado? Allí no ocurría nada.
—¿Seguirán vivos? —preguntó HeeJun con inquietud.
—¡Pues claro que sí! —SeungJun no estaba seguro de si quería convencer a HeeJun o a él mismo. Estaba temiendo por la vida de sus amigos más que por cualquier otra cosa en ese instante.
Un humo negro, denso, comenzó a escapar por las ventanas abiertas de la primera planta. El olor a quemado se apoderó del ambiente, al igual que la calor. A pesar de haberse alejado, parecían ir a abrasarse en cualquier momento.
—No salen… que no salen… —SeungJun se estaba impacientando conforme pasaban los segundos y por aquella ventana no aparecía nadie. El fuego había comenzado, sí ¿pero y si habían quedado atrapados entre las llamas? ¿y si no eran comidos pero en cambio morían allí, quemados? Por su mente no hacían más que pasar terribles opciones.
Se escuchó un bufido a su lado, a HeeJun se le estaba contagiando el malestar. InSeong por su parte permanecía quieto, mirando la casa con los ojos fijos en esta, como una estatua. Qué malditamente sádico, pensó HeeJun.
El humo era cada vez más abundante e incluso el fuego empezaba a verse a través de algunas ventanas. Los dos chicos ya estaban a punto de salir corriendo hacia allí para socorrer a sus amigos cuando dos cuerpos cayeron juntos entre las altas y secas hierbas del jardín.
—¡Ah, ya! —exclamó HeeJun emocionado mientras veía como se levantaban con dificultad y corrían también hasta los árboles, entre tos y cojera.
SeungJun salió de detrás del árbol y fue hacia ellos lo más rápido que pudo, sin pensarlo dos veces. Dios, ni siquiera sabía a quien ir primero.
Al final se reunieron todos en un lugar más o menos oculto entre la maleza mientras de fondo la casa ardía por el gran incendio causado. Una pena en realidad, no era un mal lugar después de todo.
—Menos mal que dijiste que era imposible que escapasen… —le recordó JiHun al mayor mientras se recuperaba, apoyado en uno de los tantos árboles por los que eran rodeados.
—Y lo sigo pensando. Es imposible que lo hayan hecho —se defendió rápidamente YouJin tras beber un trago de agua de la que tenían guardada para consumo. Estaba sentado en el suelo, a los pies de JiHun.
—Pues ahí los tenías, paseándose felizmente por la casa —ahora se lo tomaba mejor, pero en su momento al enterarse, tuvo ganas de estrangular a YouJin por primera vez desde que se conocieron.
—Pero no pudieron hacerlo ellos solos —su voz se volvió realmente seria cuando dijo eso, clavando su mirada en el suelo, concentrado en sus pensamientos. Es que era realmente imposible que esas cosas hubieran salido por sus propios medios del sótano. Alguien tuvo que abrirles la puerta… ¿pero quién?—. Además… —recordó.— Yo estuve despierto casi en todo momento. Habría escuchado los golpes, la puerta cayendo, algo… y nada. No hubo nada.
El silencio se hizo entre ellos y las miradas fueron de unos a otros, con sorpresa y sospecha ¿Acaso YouJin estaba insinuado que uno de ellos les había dejado escapar a propósito?
—Pues está claro quién ha sido ¿no? —exclamó InSeong cuando nadie más se atrevió a decir nada. Su forma de romper el silencio atrajo todas las miradas hacia él—. Os he estado diciendo que era sospechoso desde el principio y no habéis hecho más que adorarle.
—Oh, claro. Tenía que ser yo —HeeJun sonrió de forma sarcástica cuando escuchó esa acusación que claramente, iba por él.
—¿Y quién si no eres tú iba a hacer algo así? —InSeong vio la necesidad de levantar un poco más el tono de su voz. No le gustaba que insinuaran que era un mentiroso.
—¿Tú, quizás? Por dios, está claro —no pensaba dejarse achantar de nuevo por ese psicópata—. No has tardado mucho en acusarme ¿era esto lo que querías? ¿Que me echen creyendo que yo hice algo así? —no dudó en acercarse más y encararse al mayor ¿él quería discutir? bien, iban a discutir.
—Va… tampoco es necesario. Puede que me equivoque —como siempre, YouJin intentó intervenir. Esta vez fue totalmente ignorado.
—¿Pero de verdad vais a creer a este niñato? —InSeong buscó apoyo en los otros tres, quienes miraban la escena de forma analítica—. ¿En serio?
—Bueno… últimamente estás un poco raro —JiHun se atrevió a hablar, ya que nadie más lo hacía—. Puede que sí te vea un poco capaz de hacer algo así por deshacerte de él.
InSeong no podía creer lo que estaba escuchando. Era lamentable.
—¿De verdad? ¿Me vais a hacer esto a mí? ¿A mí? —cada vez estaba más alterado, se veía. Hablaba prácticamente a gritos y de forma nerviosa, mirando a unos y otros.
—HeeJun no nos ha dado ningún motivo para dudar de él… —Esta vez fue SeungJun quien dijo aquello, en voz baja y tono intimidado. Aun así, no quería quedarse al margen y no opinar.
—Dí que sí —dijo HeeJun a SeungJun en cuanto escuchó la defensa—. ¿Qué he hecho yo para que ellos duden de mí? De hecho ¿qué he hecho para que tú dudes tanto de mí desde el primer maldito momento, eh?
—Te lo noto. Estás loco, ¡loco! —le gritó al menor casi a la cara, descompuesto.
—¿Loco? —HeeJun no pudo más que reír—. ¿Me llamas loco? ¿Tú?
—Va, ya está bien —JiHun tomó a HeeJun del brazo para echarle hacia atrás y separarle de InSeong. De un momento a otro esos dos iban a pegarse.
Todo cambió cuando, de forma totalmente inesperada, InSeong sacó su pistola y apuntó a HeeJun con ella. Ninguno podía creer que eso estuviera pasando realmente.
—¡Eh! ¿qué te crees que haces? Baja eso ahora mismo —de nuevo, JiHun trató de evitar que todo fuera a más. Se les estaba yendo totalmente de las manos.
—¿Me vas a disparar? Va, hazlo. Demuestra que tengo razón y estás como una puta cabra —HeeJun ya no podía parar. Había aguantado durante días el desprecio de InSeong sin ningún motivo y ahora se las iba a hacer pagar todas.
—¡No le piques más! —le gritó JiHun. El mayor estaba actuando de forma exagerada, pero el otro no estaba comportándose mucho mejor.
—Ya está bien. InSeong, basta —aquellas fueron las últimas palabras que pudo pronunciar YouJin antes de, tras meterse entre ellos en un momento tan inoportuno, recibiera el disparo que iba directo al pecho de HeeJun.
—¡YouJin! —gritaron todos prácticamente al mismo tiempo. Todos menos InSeong, quien había pasado a estar en shock tras apretar el gatillo y mantenía la pistola entre sus manos mientras observaba la terrible escena que había creado.
No le había dado en ningún lugar mortal, por suerte. Sin embargo fue suficiente para hacerle caer al suelo y empezar a perder sangre desde el costado izquierdo. HeeJun se tiró al suelo y sostuvo a YouJin como pudo, asustado, mientras sus manos se llevaban de la sangre del mayor. SeungJun se tiró junto a ellos sin saber qué hacer, conmocionado y mirando la escena como si viera la peor de las películas de terror.
JiHun por su parte, no fue con ellos. Su mente se centró en el culpable.
—¿Qué coño has hecho? —se acercó a InSeong y le dio un empujón bastante fuerte en el pecho, enfurecido. Este dejó caer el arma, mirando a JiHun como quien acaba de ver un fantasma, aterrado—. Vete de aquí ¡Vamos! ¿No has hecho ya suficiente? Sabía que no estabas bien de la cabeza ¿pero cómo te atreves a disparar a alguno de nosotros?
—Necesitamos tapar la herida… como sea… —se escuchaba de fondo. YouJin se resentía en el suelo junto un preocupante charco de sangre, cerca de perder el conocimiento. HeeJun y SeungJun hacían lo posible para que eso último no ocurriera ¿pero ellos qué sabían de medicina? Para colmo, el miedo que les invadía impedía pensar con claridad.
InSeong desvió su mirada de JiHun a los otros tres y después, de nuevo a JiHun ¿Qué había hecho…? Esa no fue su intención… él no quería… ¿o sí?
—¡Que te vayas! —le gritó el menor junto un nuevo empujón. Normalmente no sacaba ese lado de sí mismo pero la situación no podía ser más tensa. Ni él mismo podía pensar con claridad. Solo podía centrarse en el horrible hecho de que InSeong había disparado a YouJin.
InSeong abandonó la escena corriendo, confuso y aterrorizado de sí mismo. ¿Dónde iría? No tenía la más mínima idea. En ese momento lo único que ocupaba su cabeza era el alejarse de ellos lo máximo posible, para no hacer más daño.
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