Pareja: ShinMi (WooShin + Somi) [UPIOITION – UP10TION + I.O.I]
Tipo: Hetero
Géneros: AU | High school | Romance | Drama | Fluff | Humor
Clasificación: PG–13
Número de drabbles: 10 drabbles
Descripción: tras el regreso de Somi de Canadá, WooSeok y ella siguen afianzando su relación a través de adorables citas en las que van descubriendo más cosas el uno del otro.
Advertencias: Si tenéis la glucosa alta, os recomiendo que vayáis con mucho cuidado a la hora de leer este fanfic porque tiene tanto azúcar que podría ser perjudicial para vuestra salud.
Notas: esta historia es la continuación/segunda parte innecesaria pero bonita de este fic. Antes de seguir leyendo, si no habéis leído el otro, os recomiendo encarecidamente que lo hagáis.
June 29th, 2018
First Lovely Date
Somi todavía seguía
sintiendo que no era real que se hubiera graduado finalmente del instituto y
que incluso fuera mayor de edad, de hecho, a pesar de llevar en Vancouver casi
dos años, todavía seguía pensando que todo aquello era un sueño y que algún día
se despertaría en su casa, saldría a la calle y se encontraría a WooSeok
esperándola para ir juntos al instituto. Pero nada de aquello era un sueño,
estaba preparándose para salir con sus amigos después de la cena que había
tenido con su familia tras la graduación y antes de que terminara el verano
volvería a Corea, aquella vez definitivamente.
La chica estaba dándose
los últimos retoques cuando el timbre de la puerta de su casa sonó de forma
repentina y la sobresaltó un poco. Miró la hora en su reloj de muñeca pensando
que quizás se le había pasado un poco la hora y que sus amigos ya habían
llegado a recogerla, pero se dio cuenta de que todavía era un poco pronto para
eso, no había llegado la hora en la que le había dicho YuGyeom que iría a
recogerla. Sin embargo, se apuró un poco en tratar de dejar la sombra de ojos
igual para los dos ojos para no hacer esperar a su amigo.
—¡Somi,
cariño! —escuchó que la llamaba su madre desde la planta de abajo—. ¡Han venido
a recogerte, termina pronto!
—¡Cinco
minutos! —gritó ella de vuelta—. ¡Dame cinco minutos!
Su
madre ya no le contestó a aquello, pero supuso que lo tenía que haber
escuchado, así que, aligeró todo lo que pudo en terminar de prepararse. Se
colocó los pendientes que había sacado anteriormente y que le había comprado su
padre como regalo por haberse graduado y después se puso los zapatos de tacón.
No eran demasiado altos porque la chica todavía no sabía manejarse demasiado
bien con tacones, pero sí eran lo suficiente como para hacerla un poco más alta
de lo que ya era —algo que le venía de lujo yendo al lado de YuGyeom, porque
éste era demasiado alto—.
Una
vez se dio el visto bueno en el espejo de su habitación, la chica cogió su
bolso y metió en él el pintalabios y algunas cosas más para poder retocarse más
tarde si lo necesitaba y después salió pitando escaleras abajo. Quizás no fue
lo suficientemente rápida porque tuvo que ir agarrándose a la barandilla, pero
al menos había sido más rápida de lo que acostumbraba con los tacones.
Somi había ido
mirando los escalones mientras bajaba, por lo que no se había dado cuenta de la
figura que la esperaba justo al final de la escalera, por lo que cuando alzó su
cabeza para darle la bienvenida a YuGyeom y se encontró allí a otra persona, no
pudo evitar abrir los ojos como platos porque para nada se esperaba que
estuviera allí. La chica parpadeó un par de veces rápidamente y después hizo el
amago de refregarse los ojos con las manos, pero menos mal que recordó a tiempo
que llevaba los ojos pintado y no lo hizo. Sin embargo, Somi seguía sintiendo
que aquello tenía que ser alguna clase de broma o algún sueño —seguro que se
había emborrachado más de la cuenta, se había quedado dormida y ahora estaba
soñando que quien se encontraba frente a ella, el día de su graduación del
instituto, era su novio Kim WooSeok—.
—Estás preciosa,
Somi —le dijo él, mirándola de arriba abajo con los ojos brillantes—. Bueno,
siempre has sido preciosa, pero hoy estás espectacular —se corrigió.
—Estoy soñando,
¿verdad? —preguntó ella, en un susurro.
—No. No lo es
—respondió WooSeok, abriendo sus brazos—. Si no lo crees puedes comprobarlo.
El chico apenas
había terminado de decir aquellas palabras cuando Somi ya se había lanzado a su
brazos, sintiendo el cuerpo cálido de su chico contra el suyo y notando cómo
sus brazos la rodeaban, apretándola fuertemente contra su cuerpo. Seguía sin
creerse que estuviera allí, era algo demasiado inverosímil, pero tenía que ser
cierto porque lo sentía todo tan real que era imposible que fuera simplemente
un sueño.
—Estás aquí…
—susurró ella.
—Estoy aquí…
—respondió WooSeok.
—¿Cómo? —le
cuestionó, alejándose un poco para poder mirarlo—. ¿Cómo puedes estar aquí?
—He estado hablando
con tu madre y con tu hermana —contestó con una gran sonrisa—. Ellas me han
dado todas las claves para poder venir en el momento indicado… y bueno, he
estado trabajando desde que me gradué para ahorrar y poder venir hasta aquí… y
no me arrepiento, porque estás preciosa.
—Tonto —murmuró
ella, pegándole levemente en el pecho.
—¡Au! —se quejó él,
pero con una sonrisa enorme en su rostro y Somi no pudo evitar inclinarse hacia
delante para salvar la poca distancia que los separaba y besar sus labios
levemente, todavía sin poder creerse de que WooSeok estuviera allí con ella.
July 1st, 2018
Second Lovely Date
Se habían pasado toda la mañana visitando
todos y cada uno de los lugares visitables de la ciudad en la que se encontraban
y Somi le había llenado la cabeza de información cultural que olvidaría en el
momento en el que acabase el día, pero al menos habían podido pasar así el día
juntos sin que tuvieran que estar soportando la mirada penetrante de su padre
sobre él, como si lo estuviera retando a algo. Ya hacía mucho tiempo que
estaban saliendo juntos y ya hacía también bastante que todos lo sabían, pero
el padre de Somi seguía sintiéndose como que le estaba quitando a su querida
niña, por lo que nunca había terminado de encajar su relación —WooSeok
suponía que aquello cambiaría poco a poco con el tiempo, aunque esperaba que
fuera más temprano que tarde porque Matthew Douma imponía una barbaridad—.
Después
de la visita guiada por la ciudad, habían almorzado en un lugar que Somi le había
dicho que le encantaba y más tarde habían ido a descansar a un parque que
quedaba cerca de su casa para esperar allí hasta la hora en la que habían
quedado con los amigos de la chica, porque Somi quería presentarle debidamente
a todos ellos porque el día de la graduación de la chica finalmente no habían
salido de su casa, se habían quedado toda la noche en el salón, hablando de
todas las cosas que no habían podido decirse por Kakao ni por Skype.
—Es
una ciudad muy bonita —le dijo en el momento en el que comenzaron a moverse de
nuevo para reunirse con los amigos de la chica—. Aunque tú eres más bonita…
—¿Quién
te ha enseñado a decir estas cosas? —le preguntó ella, en tono de queja, pero
WooSeok había visto perfectamente el sonrojo que le había provocado.
—He
estado viendo muchos doramas
últimamente y me he quedado con todas las líneas cursis que decían para ir
soltándotelas de vez en cuando —le replicó—. Tengo una lista bastante extensa,
así que prepárate.
—De
verdad… qué tonto eres —dijo ella, con una sonrisa que le contagió al chico.
Se
pasaron todo el camino chinchándose el uno al otro, aunque éste no fue muy
largo, porque en apenas unos veinte minutos habían llegado a la cafetería en la
que habían quedado con los amigos de su chica. WooSeok estaba un poco nervioso
por conocerlos porque solo había oído hablar levemente de ellos en las
conversaciones que había tenido con su chica en el año y medio que había estado
fuera de su alcance y no sabía cuánto les había hablado ella sobre él. Al chico
le estaban sudando las manos, a pesar de que en aquel maldito país en verano
seguía haciendo fresquito.
—¡Chicos!
—gritó Somi en cuanto entraron en la cafetería y una mesa en la que se
encontraban cinco personas, se giraron para mirarla—. Ya estoy aquí.
Tras
aquello, la chica salió corriendo y fue a abrazar a todos y cada uno de ellos,
incluso con el chico alto y visiblemente asiático que se encontraba en aquel
grupo, visiblemente asiático y visiblemente guapo. A WooSeok le ardió un poco
la sangre, pero trató de calmarse porque Somi era su novia y aquel tipo solo
era su amigo, así que puso buena cara y saludó a todas y cada una de las
personas que su chica le presentó, incluso a aquel tipo llamado YuGyeom. No
obstante, su expresión se fue agriando a medida que la tarde fue avanzando y el
sol se fue ocultando sin que él pudiera evitarlo.
Somi
se comportaba de forma especial con aquel chico llamado YuGyeom y éste era el
único que la llamaba por su nombre coreano, mientras que todos sus demás amigos
y amigas la llamaban Ennik, su nombre canadiense. Quizás en todo el tiempo que
habían pasado separados WooSeok se había vuelto algo paranoico, porque Somi era
muy guapa y encantadora y estaba seguro de que muchos chicos habrían tratado de
conquistarla. No obstante, él siempre había confiado en ella… hasta ese momento
siempre lo había hecho, pero viendo la forma en la que se comportaba con aquel
tipo, ya no estaba tan seguro de nada.
WooSeok
se sentía muy estúpido, pero no podía evitar sentir celos. Celos porque él no
había estado con Somi en los anteriores años y porque el otro había estado a su
lado todos los días, celos porque aunque él estaba allí, su chica estaba siendo
más cariñosa con su amigo que con él, celos porque por primera vez en su vida,
sentía que alguien le podía arrebatar de verdad a la persona que más quería.
July 4th, 2018
Third Lovely Date
Somi había notado raro a WooSeok desde que
se lo había presentado a sus amigos, pero no entendía qué era lo que podía
haber pasado para que no se estuviera comportando de la manera que siempre
solía hacer. La chica había pensado que quizás no se sentía del todo integrado
porque sus amigos contaban historias sobre ella que él no había vivido y
algunas de ellas ni siquiera se las había contado porque eran totalmente
irrelevantes, pero aquello tampoco podía ser tomado tan a pecho, al menos, ella
no se tomaba tan a pecho cosas como aquella cuando iba a Corea en los veranos y
los amigos que compartían contaban cosas que habían pasado en el instituto y
que ella no había vivido. Por este motivo, ella sabía que tenía que ser otra
cosa, pero no entendía el qué podía haber sido, no al menos hasta que éste
explotó un día y se lo echó en cara.
—¿Qué?
—preguntó ella, sin poder creerse que lo que había escuchado fuera cierto.
—Lo
que has oído —respondió él.
Somi
no sabía si echarse a llorar o a reír porque aquello era tan absurdo y tenía
tan poco sentido que no sabía cómo el chico podía estar molesto por algo como
aquello. WooSeok estaba celoso de su amigo YuGyeom y pensaba que entre ellos
dos había algo y que estaba jugando con él y Somi solo quería gritarle que no
podía ser más tonto y solo tenía ganas de pegarle una y otra vez a ver si
espabilaba y entendía las cosas.
—¿Estás
celoso de Kim YuGyeom? —le cuestionó. Él no dijo nada, pero se le veía
perfectamente en la cara que lo estaba, que estaba totalmente celoso de aquel
chico—. A veces quiero pegarte, WooSeok —dijo—. De verdad que quiero pegarte.
—¿Por
qué? ¿Por qué quieres pegarme? —cuestionó él. Estaba arrancando hierba del
suelo del parque en el que estaban sentados y ya había hecho un hueco, dejando
a la vista la tierra marrón.
—Porque
eres muy tonto —le respondió—. No estoy saliendo con YuGyeom, estoy saliendo
contigo, tú más que nadie deberías saber lo mucho que te quiero.
El
chico abrió sus ojos, sorprendido, y la miró a la cara por primera vez de desde
que le había soltado que estaba celoso del otro. Somi seguía sin creerse lo
tonto que estaba siendo su novio, pero muy en el fondo entendía cómo se podía
sentir porque ella misma había tenido el mismo miedo a que en cualquier
momento, WooSeok le dijera que había encontrado a otra chica y que ya no la
quería. Ambos habían experimentado aquello debido a su relación a larga
distancia, pero la chica creía que después de tanto hablarlo una y otra vez, había
quedado totalmente claro que se querían y que nadie se interpondría entre su
relación.
—Reconozco
que soy un tonto —dijo él—. Un tonto enamorado y con mucho miedo de que alguien
te aleje de mí.
—Pero
no tienes por qué estar celoso de YuGyeom, cariño —contestó Somi, suavizando su
tono y acercándose a él para acariciarle el rostro—. No he tenido nada con él y
no lo tendré, así que no tengas miedo.
—Aunque
me lo digas yo… —comenzó, pero ella lo cortó.
—Te
voy a dar una razón de peso para que me creas totalmente, ¿vale? —dijo—. Kim
YuGyeom es gay y ya está saliendo con alguien.
Su
novio abrió sus ojos como platos y Somi aprovechó que parecía haberse quedado
totalmente pillado para tomar su móvil y buscar el Instagram de su amigo, donde
tenía un montón de fotos con su chico y en la mitad de ellas aparecían
besándose. Apenas tardó unos momentos en encontrarlo y en ponerle el móvil en
la cara a WooSeok para que este viera el perfil de su amigo.
—El
chico del pelo que cambia de color en cada foto es BamBam, su novio. Llevan
juntos tres años y no tiene pinta de que YuGyeom vea en las mujeres algo que no
vea en él —comentó—. Me comporto de manera especial con él porque él fue el
primero en acercarse a mí, el que me ayudó a desempolvar mis conocimientos de inglés
y quien ha estado conmigo desde el momento en el que llegué aquí, no porque
estemos saliendo juntos —WooSeok dejó de mirar el móvil con la boca abierta y
la miró a ella—. Solo te quiero a ti.
—Lo
siento —fue lo primero que dijo el chico, en un susurro apenas audible—. Lo
siento mucho.
—Aish…
ven aquí.
Somi
se acercó a él y lo envolvió entre sus brazos para darle ánimos. Aquella era la
primera pelea seria que habían tenido en casi dos años de relación, aunque
hubiera sido por una gran tontería, pero lo habían podido solucionar hablando y
eso era algo reconfortante.
July 25th, 2018
Fourth Lovely Date
—Quiero montar en
esto y en esto y en esto también —decía Somi, señalando todas y cada una de las
atracciones que estaban señaladas en el mapa que habían cogido de la entrada
hacía apenas solo unos segundos—. Oh, oh, oh, ¡y en esto por supuesto que
quiero montar!
WooSeok
miró detenidamente el lugar que estaba señalando el dedo de su chica y trató de
leer en su mente varias veces el nombre porque estaba en francés y él no tenía
ni idea de francés, bastante que había aprendido un poco de inglés con los años
en el instituto.
—¿Ednör
– L'Attaque? —leyó finalmente, no estando muy seguro de haberlo pronunciado
bien.
—¡Sí!
—gritó ella de alegría—. Es una montaña rusa en la que giras 360 grados y tiene
que ser totalmente magnífico, así que quiero subirme ahí sí o sí.
—Ajá…
Aquello
fue lo único que pudo decir WooSeok antes de que Somi comenzara a hablar con
sus padres de que ellos dos iban a ir por un lado mientras que su familia, con
su hermana menor Evelyn que no se podía montar en ninguna atracción peligrosa,
se irían por otro, además de orquestar una hora y lugar de encuentro para al
terminar el día poder volver a casa.
Cuando
Somi le había dicho que lo quería llevar al parque de atracciones más
alucinante del mundo unos días atrás, el chico no se esperaba que fuera tan
pronto, debido a que todavía les quedaba verano por delante antes de volver a
Corea —esta vez ambos— para comenzar el primer semestre de la universidad en
Sempriembre. WooSeok no era demasiado aficionado a los parques de atracciones,
aunque no le desagradaban, pero todo lo que había en aquel lugar le parecía tan
grande y peligroso y sabía que en algún momento iba a empezar a sentir que iba a
echar hasta su primera papilla… pero viendo la emoción de su chica, lo
encantada que estaba por haber podido ir allí con él y todo aquello, WooSeok
había decidido hacer tripas corazón y aguantar lo mejor que pudiera. Se lo
debía por haber puesto en duda su relación y por haber causado aquella pelea
entre ellos por un tío que ni siquiera era heterosexual.
Por
eso, en el momento en el que Somi lo dejó todo atado con sus padres y pudieron
comenzar con su ruta, se dejó guiar por ella y se subió a todo lo que su chica
quiso sin poner ninguna pega —aunque por dentro se estuviera muriendo—.
Para
media tarde, todas las atracciones en las que la chica se quería montar
finalmente se habían acabado y ambos por fin se dejaron caer sobre un banco
para descansar un poco antes de seguir su rumbo, esta vez hacia atracciones que
no hicieran que se les disparara la adrenalina. Ese momento de descanso fue el
que aprovechó WooSeok para sacar de su mochila una pequeña cajita que había
comprado unos días atrás —con la ayuda de la madre de Somi— y disimuladamente
la abrió, tomando el fino colgante de plata de su interior y mostrándoselo a
Somi, haciendo que una expresión de confusión y sorpresa apareciera en su
rostro.
—¿Qué
es esto? —le cuestionó ella, tomando el colgante entre sus manos delicadamente,
como si se fuera a romper si lo cogía un poco más fuerte.
—Mis
más sinceras disculpas por haberte dado un mal rato el otro día —respondió él—.
Te quiero y tú me quieres y nada más debería de importar.
Somi
intercaló su mirada entre el colgante y su rostro un par de veces antes de
esbozar una gran sonrisa y pedirle que se lo pusiera para ver si le quedaba
bien. WooSeok luchó durante unos minutos con el cierre del collar porque nunca
se le habían dado bien las cosas como aquella, pero cuando finalmente lo logró
y le pidió a su chica que se girase para ver lo preciosa que estaba con él,
sintió que había merecido la pena todo el esfuerzo que había realizado y la uña
partida porque Somi estaba radiante.
August 14th, 2018
Fifth Lovely Date
Somi estaba muy acostumbrada a viajar en
avión porque desde muy pequeña, había estado viajando de un lado a otro, por lo
que había hecho el trayecto desde Canadá a Corea del Sur y viceversa, un montón
de veces. Por este motivo, aunque fuera sola, sabía perfectamente qué era lo
que tenía que hacer en cada momento y cómo lo tenía que hacer, así que, para
ella era todo muy automático. No obstante, WooSeok había viajado poco y era
bastante lento con todo, por lo que Somi había tenido que ayudarlo en todo
momento para aligerar y que no se les acabara haciendo tarde para coger el
avión. Viéndolo de aquella manera, la chica no entendía cómo había podido
llegar hasta Quebec sin ayuda de nadie, pero suponía que aunque fuera lento con
todo, acababa haciéndolo, sino, no habría podido llegar hasta ella.
Un par de horas más tarde
de haber llegado al aeropuerto, por fin embarcaron en el avión que los iba a
llevar hasta Seúl —aunque en realidad antes de llegar a Seúl
iban a tener que hacer transbordo en Montreal y luego en Toronto, antes de
partir definitivamente para Seúl— y la chica se relajó en el asiento que daba a
la ventanilla, cerrando sus ojos y preparándose para dormir, mientras esperaba
al despegue del avión. Sin embargo, solo hacía cinco minutos que había cerrado
sus ojos cuando escuchó la voz de WooSeok.
—De
verdad no sé cómo puedes relajarte —fue lo que dijo.
Somi abrió un ojo y
lo vio agarrado a los reposabrazos de los asientos como si le fuera la vida en
ello y le recordó a cómo solo unas semanas atrás hacía lo mismo en las
atracciones. Al pobre no se le daban muy bien aquellas cosas que le levantaban
los pies del suelo, pero él lo intentaba y seguramente lo pasaría muy mal cada
vez, pero lo hacía por ella y Somi se sentía entre halagada y preocupada por
él. Halagada porque WooSeok estaba preparado para hacer absolutamente todo lo
que ella le pidiera, preocupada porque algún día, si seguía de aquella manera,
le daría un infarto o algo siguiendo su ritmo.
—Me encantan los
aviones —le contestó, poniendo su mano izquierda encima de la derecha de su
chico—, por eso puedo relajarme en ellos, pero veo que a ti no te gustan
demasiado.
—Los tolero
—susurró él—, pero no, no me gustan. Y menos esto de tener que hacer mil
escalas y volar sobre kilómetros y kilómetros de agua —WooSeok se giró hacia
ella y en sus ojos pudo ver perfectamente lo angustiado que estaba—. El Océano
Pacífico es muy grande.
—¿Cómo lo hiciste
para venir hasta Quebec en junio? —cuestionó Somi.
—Me tomé tantas
pastillas que fui medio drogado todo el camino —reconoció el chico—. No sé cómo
no acabé en Chihuahua en vez de llegar bien a mi destino.
Al escucharlo decir
aquello, Somi no pudo evitar soltar una carcajada porque no se había esperado
para nada aquella respuesta, aunque en realidad tenía bastante sentido. Solo
paró de reírse cuando escuchó por megafonía cómo hacían las indicaciones de las
medidas de seguridad y las salidas de emergencia y se puso seria, agarrando
fuertemente la mano de su chico para darle ánimos.
—No tienes nada de
lo que preocuparte —le dijo, entrelazando sus dedos—. Estoy aquí contigo, así
que, si tienes miedo o quieres gritar o lo que sea, apriétame fuerte la mano y
estaré justo aquí para calmarte, ¿vale?
El chico no parecía
muy convencido de que aquello fuera a hacer efecto, pero asintió y después se
cercioró de tener el cinturón bien apretado, tal y como habían dicho desde los
altavoces. Somi no pudo evitar sonreír en aquel momento y no pudo parar de
sonreír durante todo el viaje porque, a pesar de que al final no pudo dormir
nada, lo pasó realmente bien tranquilizando a su asustadizo novio dándole besos
en el cuello y en los labios para que se olvidara de las leves turbulencias o
agarrándolo fuertemente de la mano cada vez que un avión despegaba y
aterrizaba.
September 3rd, 2018
Sixth Lovely Date
WooSeok estaba terminando de prepararse
para salir a dar una vuelta por MyeongDong con Somi cuando se desató el caos en
su casa. Lo primero que escuchó fue cómo alguien llamaba al timbre, lo segundo,
a su madre abriendo la puerta y lo tercero, la voz irritante de su primo
ChanHee anunciando que se iba a quedar con ellos una buena temporada porque se
había peleado con sus padres y no pensaba volver. En ese momento, WooSeok
lamentó enormemente no haber quedado con su chica diez minutos antes, porque
sabía que su primo se les iba a emperchar en la cita por mucho que él se negara
a que lo hiciera.
—¡Primo!
—lo saludó cuando iba bajando por las escaleras, tratando de ser un gato
sigiloso—. ¿Dónde vas tan arreglado?
—Tu
primo ha quedado con su novia —comentó su madre—. Voy a llamar a mi hermano y
le voy a decir que estás aquí para que venga a llevarte de vuelta a casa de las
orejas.
—No,
no, tita —le rogó ChanHee—. No lo hagas, prometo que me portaré bien, solo deja
que me quede aquí unos días sin decirles nada.
Mientras su primo y su
madre discutían sobre aquel tema, WooSeok trató de usar todos sus poderes
ninjas para terminar de bajar las escaleras y salir de la casa sin que ninguno
se diera cuenta de que lo hacía. Estaba a punto de abrir la puerta, cuando dejó
de escuchar las voces y supo que no tenía escapatoria.
—¡Primo!
—volvió a decir el otro, haciendo que WooSeok no tuviera más remedio que
girarse hacia él—. Ibas con tu novia, ¿no?
—Sí.
Tengo una cita con ella —el chico remarcó la palabra cita para ver si así su
primo captaba que no tenía que meterse en medio, pero el otro pareció no captar
aquella sutileza.
—Entonces
me voy contigo, que quiero verla en persona, a ver si es tan guapa como lo
parece en las fotos —dijo.
WooSeok
miró a su madre desesperado en busca de ayuda, pero ésta solo se encogió de
hombros y se fue del lugar, dejándolo solo con ChanHee. Su primo era tres años
mayor que él, pero se seguía comportando como si fuera un adolescente y si le
decía directamente que no iba a armar follón, por lo que no tuvo más remedio
que asentir y salir de la casa, siendo seguido por su primo de cerca. Solo
tardó un par de minutos en llegar hasta la vivienda de Somi, donde ella ahora
vivía con sus abuelos maternos, y donde ya lo estaba esperando fuera.
La
chica tenía una sonrisa preciosa en su rostro hasta el momento en el que vio a
ChanHee tras WooSeok y el chico se sintió muy culpable, pero ya la
recompensaría por aquello de alguna manera. Caminó rápidamente hasta ella,
dejando atrás a su primo un poco y se acercó para darle un beso corto en los
labios antes de explicarle brevemente la situación.
—Es
mi primo ChanHee —comenzó en un susurro—. Se ha peleado con sus padres y se ha
emperchado en mi casa y a nuestra cita porque no tenía otra cosa mejor que hacer.
He querido dejarlo atrás, pero tenía demasiado interés en conocerte, así que no
he podido hacerlo. Lo siento.
—Si
no hay más remedio, no pasa nada —respondió ella, resignada—. Pero me lo va a
tener que compensar.
—Lo
que quieras.
Somi
le dedicó una sonrisa enorme y después le guiñó el ojo antes de dirigirse a su
primo para presentarse. WooSeok no pudo evitar sonreír también porque su chica
era un verdadero encanto y no se la merecía.
September 16th, 2018
Seventh Lovely Date
Después de pasar una tarde agradable con
todos sus amigos de Corea, WooSeok y Somi decidieron con una mirada que aquel
día no había terminado todavía, al menos no para ellos ni para YeIn, que se
había pasado todo el rato callado y pensativo, algo totalmente raro en él, que
no se callaba ni debajo del agua. Por ese motivo, ambos habían decidido que
debían sonsacarle qué era lo que le pasaba para estar así, porque no querían
que su amigo lo pasara mal si ellos podían evitarlo —o
al menos tratar de ver si su problema tenía alguna solución—. Así que, tras
despedirse de todos, se unieron a YeIn en su camino aunque éste no los dejaba
cerca de sus casas para poder hablar con él.
—¿Qué
es lo que te sucede? —le preguntó WooSeok al chico, porque siempre había sido
más amigo de YeIn que ella—. Te has pasado la tarde suspirando.
—¿Qué
tonterías dices? No me pasa nada —replicó el otro.
Pero
obviamente le pasaba algo. En todos los años que Somi conocía a YeIn éste jamás
se había comportado de aquella manera, por lo que algo gordo tenía que haberle
sucedido. Mientras WooSeok seguía tratando de que el chico soltara prenda, Somi
comenzó a cavilar acerca de las opciones que tenían para ver si algo de lo que
se le ocurriera tenía relativamente sentido si se aplicaba al chico. Problemas
familiares era imposible porque su familia siempre había estado muy unida, con
los estudios tampoco porque siempre había estado en los primeros puestos en el instituto,
con sus amigos no había tenido ningún problema y en el amor…
La
chica se quedó clavada en el sitio durante unos segundos mientras los otros dos
seguían caminando porque creía que aquella era la clave. Nunca había visto a
YeIn enamorado, nunca lo había visto suspirar por nadie, nunca lo había visto
estar totalmente en las nubes sin prestar atención a nada más por pensar en
alguien… al menos hasta aquel día.
—¿Cómo
se llama? —preguntó, haciendo que tanto YeIn como WooSeok se giraran hacia
atrás. Por la expresión que puso el chico, Somi supo perfectamente que había
dado en el clavo y dio algunas zancadas para acercarse a ellos—. ¿Cómo se llama
la persona de la que estás enamorado?
—¿Cómo
lo has sabido? —cuestionó YeIn.
—Intuición
femenina —respondió con una sonrisa—. Ahora explícanos quién te hace suspirar.
—Está
bien… —murmuró el chico.
Y
comenzó a hablar de que había una chica en algunas de sus asignaturas en la
carrera que era muy lista y encantadora y que desde el primer momento le había
llamado la atención, pero ya había pasado casi un año y todavía no había podido
hablarle correctamente, así que, se sentía muy mal por ella, porque casi
siempre acababa huyendo avergonzado de ella y probablemente pensara que le caía
mal cuando era todo lo contrario. A Somi le dieron ganas de darle unas
palmaditas al chico, pero se las dio WooSeok en su lugar, sabiendo leer el
ambiente.
—Ya
no eres un adolescente, YeIn —le dijo el chico—. Tienes que dejar atrás el
miedo a hablar con las chicas y poder decirle algo para comenzar a acercarte a
ella.
—Ya…
¿Pero el qué? —murmuró el otro y Somi decidió intervenir.
—No
llevo más que unas semanas en la universidad, pero sé que los apuntes son la
clave —empezó—. Dices que es muy lista y tú también lo eres, así que puedes
decirle que te gustaría comparar tus apuntes con los suyos e intercambiarlos
para así poder tener toda la información y también le puedes pedir “citas”
yendo a la biblioteca a ampliar información.
—Eso
es una magnífica idea, cariño. Eres la mejor —comentó WooSeok y alzó su mano
para que Somi la chocara, algo que por supuesto hizo.
—Sí…
pero…
—Nada
de peros, solo tienes que acercarte y decirle… ¿cómo se llama, por cierto?
—YuNa.
—Decirle…
YuNa-shi, me gustaría poder intercambiar mis apuntes contigo para así tener
toda la información que ha dado el profesor X, ¿te importaría? Yo te pasaría
los míos, por supuesto… y podríamos ir y ampliar información juntos en la
biblioteca, dos cabezas brillantes piensan mucho mejor que una, ¿qué te parece?
Una
vez Somi terminó de hablar, se hizo el silencio porque ninguno de los dos
chicos parecía tener la capacidad de hablar y solo unos interminables segundos
después, fue WooSeok el primero en decir algo.
—Ahora
tengo miedo de dejarte en clase por si utilizas esa sabiduría tuya para ligar
con alguien más guapo que yo.
—Tonterías
—murmuró ella—. Yo te quiero a ti.
—Somi…
—comenzó YeIn, sacando su teléfono móvil—. ¿Podrías repetir lo que has dicho
mientras te grabo? Es para estudiármelo y así no cometer ningún error cuando me
acerque a ella.
—Por
supuesto —accedió con una sonrisa.
September 21th, 2018
Eighth Lovely Date
WooSeok había planeado una noche de peli
en su casa, aprovechando que no iba a haber nadie en ella y había invitado a
todos sus amigos porque era viernes, la noche era joven y tenían todo un fin de
semana por delante… pero al final solo se había presentado Somi a la quedada y
el chico estaba en parte decepcionado porque todos los demás lo habían dejado
tirado, pero feliz porque iba a estar solo con su chica. Desde que habían
comenzado las clases en la universidad no podían verse cada día, pero teniendo
en cuenta que durante los años anteriores prácticamente no la había podido ver,
aquella situación era un regalo divino. No obstante, había días en los que la
echaba muchísimo de menos y agradecía poder vivir a escasos cinco minutos de
ella para así verla aunque fuera un rato.
Pero aquella noche que
WooSeok había planeado para ver películas se tornó en otra completamente
diferente.
Apenas llevaban una hora
de la película que habían decido ver cuando el chico sintió cómo Somi comenzaba
a darle besos en el cuello y en la línea de su mandíbula, siendo al principio
solo roces cariñosos que lo hacían sonreír como el tonto enamorado que era;
pero poco a poco, aquellos besos rápidos comenzaron a ser un poco más lentos y
su chica empezó a usar su lengua y dientes también en ellos, buscando
probablemente dejarle tantas marcas que tuviera que ir el lunes siguiente a
clase tapado hasta las cejas. WooSeok trató entonces de alejarse un poco de
ella, pidiéndole con la mirada que no siguiera por aquel camino, pero lo único
que consiguió con aquello fue una sonrisa pícara de parte de su chica.
—Estamos
viendo una película muy interesante sobre… —comenzó a decir, mirándola
fijamente, pero ella lo calló con un beso en los labios y WooSeok pensó que
dejar de ver la peli y abandonarse a las atenciones de Somi no estaba tampoco
nada mal, aunque no fuera aquello que había planeado.
—¿Quieres
seguir viendo la película? —le preguntó ella, aun contra sus labios—. ¿O
prefieres hacer otra cosa mucho más interesante?
La
chica le guiñó un ojo y WooSeok se perdió totalmente, por lo que asintió con la
cabeza a su última pregunta, sintiendo repentinamente la boca muy seca. Somi
sonrió y volvió a besarlo en los labios, pero esta vez de una forma lenta y
tortuosa, haciendo que el chico se volviera completamente loco por ella. Una
vez acabó ese beso, la chica se levantó de su asiento en el sofá y se acomodó
sobre sus muslos, pasando una pierna a cada lado de su cintura y haciendo que
todo lo que WooSeok pudiera ver y sentir fuera ella.
—¿Dónde
has aprendido a ser tan atrevida? —le cuestionó, sin poder evitarlo.
—He
estado viendo muchas películas —respondió ella con una gran sonrisa—. En
Occidente hacen muchas películas con escenas de sexo y hay muchas cosas que no
censuran.
Somi
se inclinó sobre él para poder besar sus labios de nuevo y WooSeok aprovechó la
posición en la que se encontraban para colocar sus manos en la cintura de la
chica, por dentro de la camiseta ancha que vestía y recorrer con sus dedos
después toda su espalda, buscando a tientas su sujetador mientras trataba de
ganar la batalla de lenguas que había comenzado en sus bocas. Sin embargo, no
había hecho más que rozar el sujetador de su chica cuando escuchó el sonido
metálico de la verja de su casa siendo abierta. Ambos se quedaron totalmente
estáticos en ese momento y durante unos segundos siguieron así, hasta que
escucharon las voces de los padres de WooSeok y rápidamente Somi se bajó de sus
piernas y se sentó en el sofá a su lado.
El
chico sentía que el corazón le iba a mil por hora cuando sus padres entraron a
la casa y se asomaron al salón al ver las luces de la televisión y escuchar los
ruidos de la película que seguía reproduciéndose. Tanto él como Somi trataron
de aparentar calma mientras saludaban a sus padres para que no se dieran cuenta
de que hacía un momento estaban haciendo otras cosas y no viendo la película.
Sin embargo, probablemente, la madre de WooSeok se dio cuenta de que ambos
tenían los labios hinchados y rojos y que en el cuello del chico había unas
marcas oscuras que cuando había salido un rato antes no se encontraban allí.
October 8th, 2018
Ninth Lovely Date
Aquel día, hacía dos años que salían
juntos.
Para Somi era todo un poco irreal porque
todavía no era capaz de procesar que llevara ya dos años saliendo con WooSeok
porque recordaba perfectamente el momento en el que ambos habían quedado para
hablar en el parque que había cerca de sus casa y el chico le había dicho que
había dejado de verla como a una amiga y que la estaba comenzando a ver como
algo más. Somi recordaba perfectamente lo feliz que se había sentido en aquel
momento porque también hacía tiempo que ella había dejado de ver al chico como
un amigo más y había empezado a mirarlo con otros ojos.
Dos años atrás todavía eran dos
adolescentes en el instituto con muchas hormonas y todas revueltas que no
sabían nada del mundo que les esperaba y que solo pensaban en el momento, pero
poco después habían tenido que separarse y, aunque habían tenido sus más y sus
menos y sus micro peleas, habían sobrevivido a una relación a larga distancia
de más de un año, algo que no muchas personas adultas podían decir. Somi se
sentía muy orgullosa por aquello porque realmente quería a WooSeok y porque el
esfuerzo realizado por ambos había merecido la pena.
Y ya eran dos años los que llevaban
juntos, pero aquel era el primer aniversario que podían celebrar porque el del
año anterior él lo había pasado en Corea mientras que ella lo había hecho en
Canadá. Por eso, aquel año habían decidido tirar la casa por la ventana y
celebrar su primer y segundo aniversario en un restaurante italiano bonito —y
también un poco caro—, vestidos para la ocasión y disfrutando de una velada
adulta debido a que ambos eran ya universitarios y no niños de instituto.
Cuando Somi salió
de su casa para encontrarse con WooSeok, éste ya se encontraba esperándola al
otro lado de la calle, ataviado con unos pantalones oscuros y un jersey
amarillo que hizo que la chica sonriera porque ella también se había puesto una
falda de color oscuro y había elegido una camisa amarilla. Parecía que se
habían puesto de acuerdo antes de salir, pero no lo habían hecho y eso
demostraba lo mucho que se conocían y se complementaban. WooSeok también rio al
verla, pero no tardó nada en acercarse a ella.
—Parece que no se
va a esconder el sol en toda la noche porque estás radiante —le dijo, dándole
un beso—. Estás preciosísima.
—¿Por qué eres tan
cursi? —replicó ella.
—Porque no te puedo
decir de forma normal estas cosas o me moriría de vergüenza —contestó—. Pero de
verdad que estás preciosa.
—Tú también vas muy
guapo —respondió Somi—. Bueno… ¿preparado para la cena?
—Preparado para la
cena —dijo, tendiéndole el brazo para que ella se agarrara—. Y preparado para
pasar contigo todo el tiempo que tú me dejes.
La chica agradeció
el gesto porque aunque el restaurante no estaba demasiado lejos, todavía seguía
sin manejarse bien con los tacones y también se sintió feliz por aquellas
palabras. WooSeok era un gran chico y había formado parte de los momentos más
maravillosos de su vida hasta el momento, así que la chica quería que siguiera
formado parte de ellos, que siguiera formando parte de su vida, que estuviera a
su lado por todo el tiempo que fuera posible.
February 12th, 2022
Tenth Lovely Date
WooSeok cogió el ramo de Somi, además del
suyo propio después de que les tomaran las pertinentes fotos con ellos y con
los diplomas para que su chica pudiera manejarse con mayor facilidad y luego la
siguió, alejándose de todo foco de atención. En aquel lugar había un montón de
gente, algo que era muy normal porque se estaba celebrando la graduación de la
universidad de un montón de personas, entre ellas, la de WooSeok y Somi.
Durante los años de
universidad habían pasado por tantas cosas, habían tenido sus más y sus menos,
peleas, reconciliaciones, momentos en los que habían sido totalmente dichosos y
otros en los que estaban tan estresados que no habían podido disfrutar ni un
mínimo de sus vidas. WooSeok lo había pasado fatal en algunos momentos de
aquellos años, pero tras llegar hasta donde había llegado, todavía disfrutando
del amor de Somi a pesar de todo lo que había sucedido, sentía que no cambiaría
absolutamente nada porque todo había sido experiencia para los dos. Una
experiencia que los había hecho crecer y madurar y que había hecho a su
relación mucho más fuerte de lo que ya lo era en el pasado.
Somi se detuvo bajo la
sombra de uno de los árboles del patio del campus y se quedó allí esperando a
que WooSeok fuera con ella. En aquel lugar ya no había demasiada gente, como sí
que la había dentro del edificio, por lo que podían estar tranquilamente sin
sentirse agobiados por la superpoblación de la facultad ese día. El chico le
dedicó una sonrisa encantadora y luego fue hasta ella, colocándose a su lado y
observándola de reojo. Somi estaba radiante, como siempre, y a él le encantaba
aquella felicidad que irradiaba.
—Ahora…
¿qué vamos a hacer? —murmuró la chica—. Ya hemos terminado la universidad y nos
vamos haciendo viejos…
WooSeok
no pudo evitar sonreír ante aquel comentario. Ya habían terminado la etapa
universitaria, al igual que años atrás habían acabado el instituto, y en
aquellos momentos les tocaba comenzar otro tiempo, otro tiempo en el que al
chico le gustaría que pudieran seguir juntos a pesar de estar separados porque
ambos habían estudiado cosas diferentes y, en su vida profesional, no iban a
cruzar sus caminos. No obstante, WooSeok sí que quería que en su vida personal
pudieran estar juntos todos los días.
Por
aquel motivo, durante los últimos meses había estado dándole vueltas una y otra
vez a si debería hacer la locura que se le había ocurrido o no después de la
última reconciliación. Finalmente, había decidido que las locuras siempre
estaban para hacerse y que probablemente si no lo hacía en aquellos momentos,
no iba a tener la oportunidad de hacerlo hasta mucho más tarde, si es que ese
“más tarde” llegaba a producirse en sus vidas.
—Yo
quiero estar contigo —fue lo que le dijo, respondiendo a la pregunta que la
chica había hecho antes—. Aunque nuestros caminos sean diferentes quiero estar
contigo para siempre.
Somi
lo miró, algo confusa porque seguramente no entendía dónde quería ir a parar.
WooSeok le sonrió y después tomó aire para poder calmarse porque sentía que su
interior era un manojo de nervios.
—Me
gustaría poder estar contigo toda mi vida, por lo que quiero pedirte que te
cases conmigo —susurró—. No tengo un anillo porque quería comprarte algo
perfecto y el presupuesto no me daba para eso todavía, pero sí que tengo todo
mi corazón para entregarte.
Quizás había sido un poco
cursi y quizás por eso mismo, en vez de decirle que sí, Somi le pegaría y le
diría que si se lo pedía de esa forma jamás aceptaría, pero en cambio, la chica
sonrió ampliamente y se lanzó a sus brazos. A WooSeok apenas le dio tiempo a
quitar de su camino los ramos de flores que habían recibido por su graduación
para que no los aplastara, pero la recibió en sus brazos sintiendo cómo su
corazón iba a estallar de felicidad.
—A
mí también me gustaría poder pasar contigo el resto de mi vida —susurró Somi,
haciéndolo el chico más feliz del mundo.
Notas finales:
—Todos en Canadá
llaman a Somi, Ennik, que es su nombre canadiense, menos YuGyeom que la llama
Somi porque le es mucho más cómodo ya que él es también coreano. Uno de los
motivos por los que WooSeok se pone celoso del otro es por esto mismo, porque
ve que él la llama de otra forma con respecto al resto. Los demás amigos de
Somi son gente sin nombre porque me daba pereza ponerme tanto a buscar idols con los que se llevara bien, como
inventarme nombres random para ellos.
—Cuando estaba
escribiendo las primeras escenas de esta historia estaba un poco emo porque acababa de salir la noticia
de que WooShin y Somi dejaban de presentar The
Show y mi corazoncito estaba mal.
—Aunque no la
nombro, la ciudad en la que Somi vive es Quebec, Canadá, porque Goblin ha hecho mucho daño. Quería hacer
que volviera a su ciudad natal, pero puesto que he stalkeado toda la
información que he podido sobre ella y no he encontrado la ciudad en la que
nació, decidí que me podía tomar esta mínima licencia.
—El parque de
atracciones “La Ronde” se encuentra en Montreal, que no está a una distancia
disparatada de la ciudad de Quebec, por lo que se puede ir hasta allí de muchas
formas. Además, el nombre en francés del que hablan los protagonistas se
refiere a una de las atracciones que se encuentran en este parque. Para más
información (aquí).
—Para la escena de
lo del avión estuve mirando en páginas de vuelos cuáles eran las escalas para
poder ir desde Quebec a Seúl, así que son las que he nombrado las que hay que
hacer.
—Si habréis
pinchado en la foto de la escena del primo os habréis dado cuenta de que este
es ChunJi de TEEN TOP, sino, os lo digo aquí.
—En la primera
parte de esta historia, lo dije, pero por si no os acordáis. YeIn es el nombre
real de SunYoul, compañero de grupo de WooShin en UP10TION que también tiene la
misma edad que él.
—La chica llamada
YuNa no es otra más que YuJu de GFIREND. Desde que a inicios del año pasado
hicieron esta
colaboración, no he podido evitar estar shippeandolos muchísimo porque son dos
ratitas monis, así que, ella es la chica de la que está enamorado YeIn
(SunYoul).
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