Notas: La telenovela favorita de las abuelas está de vuelta y trae muchas sorpresitas... ¿BamBam y JiMin serán capaces de mantener oculto su amor al resto del mundo?
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Chapter Five
Is this a secret romance?
Sin embargo, aunque JiMin se sentía un poco decepcionada por no poder ver a BamBam cada vez que quisiera, ella tenía también varias cosas que hacer y que preparar, así que, mantenía su cabeza llena de todo aquello para no tener que pensar en él y cuando el chico pudiera ir a buscarla ya pensaría en él.
Tanto JiMin, como su compañera de grupo YeRin, como su mejor amiga AhYeon, iban a sacar próximamente algunas canciones, por lo que las tres se juntaban para ensayar y para que se les hiciera mucho más ameno el trabajo. Cada una iba a tener un comeback en solitario —aunque todavía no sabían las fechas de cuál iba a salir primero—, pero eso no quería decir que no pudieran estar entretenidas haciendo las cosas en conjunto. Pero además de aquello, en los descansos que hacían de vez en cuando, aprovechaban para hablar de ellas mismas y para ponerse al día de lo que habían hecho en el tiempo en el que no habían coincidido. A JiMin nunca le había importado hacer aquello, pero como en los últimos tiempos, a la única a la que le había sucedido algo medio interesante había sido a ella, el tema exclusivo de los descansos era ella y su relación con BamBam —de la cual le había tenido que dar cuentas a la mayor de las chicas que se encontraban allí un par de días atrás—.
—Tengo una duda que te he querido preguntar desde que me contaste lo que pasó —comentó AhYeon, rompiendo el silencio de la habitación, haciendo que JiMin alzara la cabeza de la partitura en la que estaba escribiendo anotaciones—. En serio, me carcome por dentro, así que, ¿me la podrías responder?
—Depende de la duda que sea —contestó la aludida.
—Eso no me da muchas garantías —sonrió la mayor—. Dime que sí.
—No te voy a decir que sí hasta que no escuche cuál es la pregunta —replicó. Sabiendo perfectamente cómo era su amiga, estaba 100% segura de que le iba a hacer una pregunta incómoda y si le decía que le respondería sí o sí a ella, podía meterse en un gran lío—. Pregunta y veré si contesto o no.
—Bueno… menos da una piedra —dijo finalmente AhYeon, encogiéndose de hombros—. ¿BamBam la tiene grande?
—¡Unnie! —gritaron tanto JiMin como YeRin a la vez.
—¿Qué? Es una curiosidad como cualquier otra —murmuró como si fuera la chica más inocente del universo—. Anda, cuenta.
—No te voy a contestar a eso —respondió JiMin, haciéndose la indignada, aunque realmente no lo estaba tanto… eso sí, no le iba a contestar a la pregunta.
—¿Pero por qué no? —AhYeon hizo un puchero, pero la menor de todas volvió a negar, esta vez con su cabeza—. Bueno… ¿y a si lo hace bien me puedes contestar?
—¡No!
La chica quiso abrir la boca de nuevo para seguir intentando que respondiera a alguna de sus preguntas, pero en ese momento, la puerta de la sala en la que se encontraban se abrió y por ella asomó la cabeza de BamBam, esbozando una sonrisa amplia a pesar de que tenía aspecto de muerto viviente.
—Buenas tardes, señoritas —saludó—. ¿Molesto mucho si me llevo a JiMin unos momentos?
—No, para nada —respondió YeRin.
JiMin se levantó de su asiento y dejó sus cosas sobre la mesa para irse junto al chico y alejarse así de aquella calenturienta de mente que iba a tratar de sonsacarle la máxima información vergonzosa posible para luego usarla en su contra; sin embargo, antes de que ambos pudieran salir por la puerta, la voz de AhYeon se dejó escuchar.
—Oye, BamBam —llamó al chico—. ¿Tú me podrías responder a una duda que tengo? —le cuestionó.
—Sí, claro. Dime —respondió él.
Si las miradas tuvieran la capacidad de poder matar a las personas, con la mirada que JiMin le echó a su amiga, ésta habría sido asesinada al menos mil veces en un segundo, pero ella no se dio por aludida y esbozó una sonrisa pícara antes de abrir la boca para hablar. No obstante, antes de que pudiera decir una sola palabra, la mano de YeRin ya le estaba tapando la boca para que ningún sonido saliera por ésta.
—No es nada, BamBam —le dijo al chico—. Podéis iros, que no tenéis mucho tiempo para pasarlo juntos.
—Oh… vale —murmuró él—. ¿Vamos entonces? —le dijo a JiMin.
—Sí, claro.
El chico se adelantó y salió de la sala, momento en el que JiMin aprovechó para hacerle la mirada del tigre a AhYeon y para susurrar un “Gracias” a YeRin antes de cerrar la puerta y dejar a las dos chicas peleando cariñosamente para acompañar al chico hasta el lugar que éste hubiera escogido para poder estar un rato a solas sin que nadie los molestara. Apenas caminaron durante unos minutos por los pasillos de la empresa para poder llegar a una sala que en aquel momento se encontraba totalmente vacía y en la que no iban a ser molestados por ninguna persona, ya que se encontraba un poco alejada de donde se concentraba el ajetreo en aquel edificio.
Apenas la puerta había sido cerrada tras ellos con cuidado para no formar ningún ruido que alertara de su presencia allí, JiMin se vio encerrada entre la pared a su espalda y los brazos de BamBam. No pudo evitar sonreír porque el chico no había perdido el tiempo y un segundo después, sentía los labios de este sobre los suyos, buscando un contacto que, al parecer, ambos habían ansiado demasiado. La realidad para ellos era que no podían desaprovechar el poco tiempo que pudieran sacar entre unas cosas y otras para poder verse, hablar, besarse, lo que fuera, así que, solo cuando se quedaron sin oxígeno fue cuando se separaron.
—¿Cómo lo llevas? —le preguntó JiMin, todavía sintiendo el aliento cálido del chico chocar contra sus labios de lo cerca que estaban.
—Cansado —respondió él, besándola durante algunos segundos—, pero cuando estoy contigo se me pasa todo y tengo ganas de marcha —le reconoció, alzando levemente una de sus cejas.
La chica no pudo evitar reír porque acababa de salir de una situación embarazosa por las preguntas de AhYeon y ya entraba a otra en la que BamBam le estaba diciendo, aunque no de forma clara, que quería hacer algo indecente dentro de las paredes de la empresa. Quizás fuera un poco tentador lo que le proponía, pero no tenían mucho tiempo como para poder llevarlo a cabo y tampoco es que fuera un lugar demasiado cómodo… aunque morboso lo era un rato. No obstante, el riesgo de ser encontrados en alguna situación comprometedora era demasiado alto como para que siquiera lo consideraran.
—Me gustaría… —respondió ella—, pero aquí no.
—Mmm… vale… —susurró BamBam, resignado—. Me conformaré con solo besarte hasta que pueda hacer una noche libre y pasar por tu piso.
—Eso estaría bien —murmuró JiMin, iniciando ella el siguiente beso.
♬♬♬
BamBam apenas podía encontrar momentos en los que poder estar junto a JiMin con todas las cosas que debía de hacer, pero los pocos ratos que sacaba para ir a algún lugar tranquilo junto a la chica y poder estar con ella, ya fuera hablando o besándose, eran demasiado preciosos para él y aunque generalmente fueran breves, los disfrutaba muchísimo porque eran los únicos momentos que tenía para poder estar junto a ella y para desconectar de todo aquello que tenía que hacer y el poco tiempo que tenía para todo ello. Porque el chico, además de estar agobiado con aquello de que iban su primer concierto a una cantidad ingente de fans y que encima iban a hacer una gira por medio mundo, no sabían si aquello lo iban a tener que hacer sin su líder, debido a que éste se había estado quejando de dolor de espalda en los últimos días y la cosa parecía que iba a ser grave.
Quizás no iban a poder realizar los conciertos junto a él y eso sería un golpe bastante duro, ya que sin su líder iba a ser más duro para todos, pero sobre todo para los otros tres mayores, que se iban a tener que encargar de muchas más cosas. BamBam, por una vez, agradecía ser de los pequeños porque las responsabilidades nunca llegaban hasta él… aun así, trataría de ayudar en todo lo que pudiera si finalmente JaeBum no era capaz de participar en los conciertos que tenían en solo unos días.
Todo aquello que sucedía, hacía que los momentos que compartía con JiMin fueran cada vez más y más escasos y que cuando se podían ver, éstos apenas duraran unos minutos, minutos que BamBam aprovechaba para descansar más que para disfrutar el tiempo con ella porque apenas podía mantener los ojos abiertos en esos momentos. JiMin no parecía molesta por aquello, era más, lo entendía perfectamente porque aquella también era su profesión y sabía lo cansada que podía llegar a ser algunas veces, pero al chico no le gustaba dormirse cada vez que por fin podían verse unos instantes.
Por eso, BamBam había decidido que trataría de mantenerse despierto cuando estuviera con ella, al menos para poder observar su rostro y su encantadora sonrisa y que éstas le dieran un poco de ánimo para poder seguir adelante. Entonces, aquel día, cuando fuera a verla, sería lo que haría, pero todos sus planes se truncaron en el que su cabecita morena asomó por el quicio de la puerta en un momento en el que todos andaban tirados por los suelos, justo después de terminar de ensayar una de las canciones a la que le habían agregado un baile recientemente.
—¿Puedo pasar… o estáis ocupados? —preguntó ella.
—Todavía nos quedan un par de canciones más por ensayar… —murmuró JinYoung, aunque no parecía muy convencido de lo que estaba diciendo.
—Traigo pollo —susurró JiMin, mostrando unas bolsas que hasta entonces había escondido tras sus piernas—. Soy vuestra sunbae y me debo de preocupar de que comáis bien y no os dé nada en el escenario… aunque lo he traído a escondidas.
Inmediatamente después de que dejara de escucharse la voz de la chica, todos los que se encontraban en la sala se levantaron como si tuvieran un resorte para poder ir hasta ella y hacerla entrar al lugar, cerrando la puerta en el proceso para que nadie los molestara hasta que hubieran terminado de devorar aquella deliciosa comida porque llevaban demasiado sin hacer una comida en condiciones —y aunque aquella no fuera demasiado buena para la salud, el pollo era algo a lo que no se podía renunciar—. BamBam buscó la mirada de JiMin y cuando sus ojos conectaron, se dedicaron una sonrisa amplia. El chico sintió el impulso de besarla, pero aquello era algo que no podía hacer delante de los demás miembros de su grupo, sobre todo, no podía hacerlo delante de Jackson o podía acabar muy mal parado.
—Es por cosas como estas que te queremos tanto —dijo Jackson, cogiendo las bolsas y dejándolas en el suelo antes de darle un abrazo a la chica—. Gracias, JiMin.
Le revolvió el pelo tras aquello y después se sentó junto a las bolsas y comenzó a abrirlas para sacar la comida y que cada uno se fuera sirviendo. Los otros cinco miembros de GOT7 que allí se encontraban —su líder no había podido ir aquel día a la empresa porque se encontraba visitando al médico para que éste viera el daño que tenía en la espalda y cuál era la solución a ese dolor punzante— le dieron las gracias uno tras otro a JiMin y se sentaron en círculo alrededor de la comida. BamBam fue el último y también le dio un abrazo, tal y como había hecho Jackson anteriormente.
—Me alegra tanto poder verte —susurró en su oído—. Gracias por la comida.
—Disfrutad de esto, yo ya me voy para no molestar —dijo ella, dirigiéndose a todos, pero ellos negaron.
—Quédate y come un poco con nosotros —le pidió YuGyeom. El chico sabía perfectamente que aquella podía ser la única ocasión que sus dos amigos podrían verse en aquel día, por lo que BamBam agradeció infinitamente que la invitara—, después de todo has sido tú quién ha comprado todo esto.
—Sí, quédate y nos haces un poco de compañía —comentó Mark, que ya estaba atacando un muslo del pollo.
—Bueno… si insistís… —murmuró ella.
BamBam sonrió y la llevó de la mano para que se sentara junto a él en aquel círculo, para comenzar a atacar la comida mientras entre todos se ponían al día de lo que estaban haciendo. La conversación fue bastante agradable y fluida a pesar de que la mayor parte del tiempo fue JiMin la que estuvo hablando porque ellos estaban demasiado concentrados en comer y respirar. La chica, después de todo, era la que más cosas tenía que contar porque ellos solo podían hablar de lo poco que estaban haciendo con sus vidas en aquellos días. BamBam estuvo concentrado en lo que decía y de vez en cuando participaba en la conversación o le daba algunas piezas de pollo a JiMin para que también comiera algo.
—Y bueno, tampoco tengo mucho más qué decir —dijo ella finalmente, cuando ya casi se acababa la comida—, solo que espero que para cuando mi CD salga podáis estar ya aquí de vuelta.
—¿Para cuándo saldría? —preguntó YoungJae—. Dependiendo de la fecha lo mismo podemos que lo mismo estamos todavía de gira.
—No hay fecha todavía —respondió ella—, lo único que es seguro es que saldrá en los próximos meses, antes de que vosotros hagáis vuestro siguiente comeback… y probablemente sea AhYeon unnie quien saque primero su CD, porque es quien más tiempo lleva sin presentar canciones.
—Si estamos aquí no tengas dudas de que te apoyaremos —dijo finalmente JinYoung.
—Sois un encanto —sonrió ella—. Bueno… si habéis terminado de comer me llevo las cosas y os dejo tranquilos para que podáis seguir.
—Tú sí que eres un encanto —respondió Jackson—. Muchas gracias por la comida.
Todos volvieron a agradecer y en ese momento comenzaron a recoger toda la basura para poder volver de nuevo al trabajo, ya que el descanso se había alargado más de lo que debería. Una vez todas las bolsas estuvieron llenas, JiMin las cogió y se dirigió hacia la puerta, despidiéndose de todos ellos, pero antes de que pudiera alcanzarla, BamBam había ido tras ella para llevar una de las bolsas.
—Tengo que ir al baño —anunció—, así que ya te acompaño para que no cargues con todo.
JiMin le sonrió de una forma encantadora y después dejó que cogiera algunas bolsas antes de salir por la puerta. Ninguno de los dos quería que los minutos que habían pasado juntos —aunque también habían estado con los demás— terminaran todavía, así que, caminaron lentamente por los pasillos hasta salir del edificio por la puerta trasera y echar las bolsas al contenedor que allí se encontraba. Tras esto, regresaron de nuevo al interior y, desafortunadamente, tuvieron que separarse para que BamBam pudiera volver a la sala de ensayo.
—Gracias por la comida y por venir a verme hoy —murmuró él—. Ha sido un rato muy agradable y al menos no me he quedado dormido.
—Eso es todo un logro —sonrió ella—. Y no ha sido nada, porque ya no nos vamos a poder ver hasta después de vuestro primer concierto, así que, tenía que aprovechar un buen rato para estar junto a ti. Buena suerte.
Se dieron otro abrazo y después de aquello, se despidieron, siguiendo cada uno su camino. BamBam estaba asustado porque su concierto era en apenas unos días y no quería que llegara ese momento… pero también estaba expectante porque el día llegara lo más pronto posible debido a que así podría ver de nuevo a JiMin.
♬♬♬
JiMin se había pasado las últimas horas vibrando junto al público que había asistido al primer concierto en Seúl de GOT7. A pesar de todos los problemas que habían experimentado en los últimos días y lo cansados que estaban porque habían tenido que modificar algunas cosas debido a que su líder finalmente no había sido capaz de asistir debido al problema con su espalda, todo había salido maravilloso e incluso la chica había llorado al unísono con las ahgases cuando la canción que cantaban YoungJae y JB comenzó a sonar y solo uno de los dos estaba presente. El concierto había sido una pasada, pero ella solo quería que acabara lo más pronto posible para poder ver a BamBam y pasar un rato junto a él.
El tiempo se le pasó muy rápido y cuando el concierto terminó, apenas pudo esperar para acercarse hasta el backstage, lugar en el que encontraría a los chicos, y sobre todo, lugar en el que encontraría a BamBam. Caminó por todos los entresijos del estadio en el que se había celebrado, llevada por un par de guardias para que la guiaran de forma segura hasta los camerinos debido a la acreditación que portaba para poder hacerlo. A su alrededor todavía había gente del staff del concierto corriendo de un lado para otro para dejarlo todo a punto para el día siguiente y aquello le recordó totalmente a cuando se celebraban JYP Nation y ella participaba en ellos. JiMin no pudo evitar sonreír porque la empresa había anunciado que prepararían un JYP Nation antes de que finalizara el verano, lo que significaba que GOT7 tendría que estar ya de vuelta en casa cuando eso sucediera, y así podría ver a BamBam durante algún tiempo.
Tras algunos minutos recorriendo el recinto, por fin el guarda se detuvo frente a una puerta y llamó a esta antes de abrirla y asomar su cabeza, diciendo que JiMin se encontraba allí y preguntando si podía pasar al interior. La chica no escuchó lo que se dijo dentro porque había un poco de alboroto, pero fuera lo que fuera, el señor que se interponía entre ella y GOT7 se apartó y le indicó que podía pasar. Ella le agradeció que la hubiera acompañado y se dispuso a entrar para darles la enhorabuena a los chicos que acababan de tener un concierto y que había sido un éxito total.
Dentro había bastante jolgorio y los chicos parecían bastante hiperactivos porque no paraban de saltar de un lado a otro y de gritar, probablemente liberando de esa forma toda la tensión que habían acumulado en las últimas semanas. JiMin se unió a toda aquella fiesta y se echó varias fotos con los chicos para conmemorar el momento hasta que finalmente, terminaron de recoger todas las cosas y el staff de la empresa comenzó a decir que debían irse a casa para descansar porque al día siguiente tendrían otro concierto. Fue en ese momento, cuando por fin JiMin pensó que tendría la oportunidad para estar un rato a solas junto a BamBam.
—¿Te vas a casa? —le preguntó a él, pero en voz alta, haciendo que todos se volvieran hacia su conversación—. ¿Entonces cuándo voy a poder cobrarme la apuesta?
—¿Apuesta? —BamBam la miró sin entender, probablemente demasiado cansado como para darse cuenta de que JiMin estaba intentando crear una oportunidad para salir solos de allí sin que nadie los molestara.
—Claro, como la perdiste ya no te acuerdas de ella —la chica hizo un mohín y se cruzó de brazos—. Me prometiste que me invitarías a comer si yo ganaba —y tras decir aquellas palabras le guiñó un ojo sutilmente, haciendo que por fin el chico entendiera.
—Bueno… es que hoy estoy muy cansado y… —comenzó él a actuar también.
—Pero siempre estás ocupado o cansado y ya hace casi un mes desde que me lo prometiste —replicó JiMin.
Aquella conversación hizo que todos los demás se metieran en ella y tildaran a BamBam de tramposo y de no cumplir sus promesas. Diez minutos después, ambos salían juntos y solos del estadio y tomaban un taxi para dirigirse al apartamento de JiMin, lugar en el que podían también pasar el tiempo en total soledad porque YeRin había ido a visitar a su familia —por recomendación de la menor, para que luego no le echara en cara que no pudiera dormir—.
No es que JiMin esperara que entre ellos fuera a suceder algo aquella noche —aunque quizás en lo más profundo de su ser sí que lo esperaba—, pero toda precaución que pudiera tomar era poca y sobre todas las cosas, no quería que su compañera de grupo escuchara algo, si es que algo iba a suceder aquella noche. De hecho, la chica no esperaba que con aquel absurdo teatrillo sobre que BamBam no estaba cumpliendo con los términos de su apuesta los hubieran dejado ir tan fácilmente, pero Jackson y YuGyeom se habían puesto rápidamente de su parte aunque sabía perfectamente que el mayor no tenía ni idea de lo que pretendía, y los demás poco a poco habían acorralado a BamBam hasta que éste había dicho que cumpliría su promesa. Había salido bien después de todo, pero había tentado bastante a la suerte.
No tardaron demasiad tiempo en llegar al apartamento de JiMin porque el tráfico a aquellas horas de la madrugada era bastante fluido en la ciudad de Seúl, así que, simplemente le pagaron al taxista el importe que éste les había indicado y después caminaron tranquilamente hacia su hogar. Ambos miraron en varias ocasiones en una y otra dirección para asegurarse de que no había nadie que los estuviera siguiendo y que pudiera descubrir al mundo que ambos estaban saliendo juntos, pero a pesar de que se aseguraron una y mil veces, JiMin no estuvo totalmente tranquila hasta que la puerta de su apartamento se cerró tras sus espaldas.
—¿Quieres un café o algo para beber? —le preguntó a BamBam y éste negó con la cabeza—. También tengo té de frutos silvestres, por si quieres algo más relajante.
—No quiero nada de beber —le respondió—, estoy bien sin nada… pero hay algo que sí que puedes darme…
—Dime qué es —pidió ella.
—¿Puedes darme tu cuerpo? —preguntó él y JiMin sintió que el latido de su corazón súbitamente se detuvo—. Creo que es lo único que necesito para relajarme por completo.
JiMin no esperaba que BamBam se lo propusiera, no lo esperaba realmente… pero después de aquella primera vez que todo lo había comenzado y después de que ambos comenzaran oficialmente a salir juntos, lo había estado queriendo, sobre todo cuando los besos se les iban de control y los dejaban sin respiración durante los breves momentos en los que se encontraban en la empresa, pero realmente no había esperado que él, después de todo el cansancio que había acumulado en todo aquel tiempo, quisiera hacerlo de nuevo y que quisiera hacerlo justo en aquel momento.
—¿No estás cansado? —le preguntó ella, queriendo asegurarse de que estuviera bien—. Podemos dejarlo para otro momento cuando no vayas a morir en el proceso.
—No soy un anciano, JiMin —fue lo que BamBam respondió—. Estoy un poco cansado, pero creo que puedo manejarlo perfectamente —le sonrió—. Entonces… ¿nos ponemos a ello?
—Estaría bien… —contestó JiMin.
Y aquella noche, a pesar de que ninguno de los dos pudo dormir absolutamente nada, sabiendo que eso les iba a pasar factura, realmente no les importó, porque las horas que necesitaron para recorrer sus cuerpos y para recordar todas y cada una de las cosas que hacían a estos especiales, mereció realmente la pena.
♬♬♬
BamBam todavía seguía en una especie de nube de felicidad en la que todo le parecía absolutamente maravilloso y no cuestionaba absolutamente nada de lo que la gente que lo rodeaba pudiera decirle. El chico supuso que sus compañeros de grupo no le preguntaban qué era lo que le había pasado porque lo estarían achacando a que todavía tenía el hype del concierto del día anterior y éste agradecía que no estuvieran todo el rato encima suyo para preguntarle qué era lo que le estaba pasando, porque si alguno le hubiera preguntado aquello, no sabía si hubiera podido contestar algo que tuviera sentido o algo que no pusiera en problemas su relación oculta con JiMin.
JiMin. JiMin era la causa por la que estaba de aquella forma. JiMin. La chica de la que cada día estaba más enamorado a pesar de que apenas podían verse por incompatibilidad con sus horarios. JiMin… quien la noche anterior le había entregado su cuerpo y su alma para que BamBam los atesorara en lo más profundo de su corazón y quien había calmado su espíritu con sus caricias y con sus besos.
El chico suspiró y llamó la atención de YuGyeom, quien se encontraba junto a él en el salón, esperando a que YoungJae saliera del paño para poder darse una ducha e irse a dormir hasta que el mundo dejara de ser mundo —o al menos hasta que su mánager lo despertara a la mañana siguiente para que siguiera con el horario que tenía programado para ese día—.
—¿Qué es lo que te pasa que llevas todo el día perdido en tu mundo? —le cuestionó el menor—. Te lo quería preguntar hacía un buen rato, pero no hemos tenido ningún momento a solas y siento que tiene que ver con algo que pasó anoche y que nada tiene que ver con el concierto y mucho que ver con Park JiMin.
Lo primero que hizo BamBam al escuchar lo que su amigo había dicho fue echarse sobre él para taparle la boca y chistarle porque había dicho aquello en voz alta y, aunque los demás se habían ido a dormir, el sitio en el que vivían era bastante pequeño y todo podía escucharse desde cualquier lugar, incluso con el ruido del agua de la ducha cayendo de forma incesante.
—Shhhh… ¿Qué te pasa? —le cuestionó—. No pueden enterarse de esto o si no me la voy a cargar… ¿qué digo? No me la voy a cargar, pero Jackson hyung sí que me va a matar como se entere de esto.
—Pero hyung ya está durmiendo y no creo que escuche nada de esto —replicó YuGyeom.
—Aunque esté durmiendo… es mejor no tentar a la suerte —respondió BamBam.
Se miraron a los ojos durante algunos segundos, tratando de determinar quién tenía la razón o no si alguno de ellos apartaba la mirada antes que el otro. Finalmente, fue YuGyeom quien la apartó contra todo pronóstico y solo resopló, haciendo que BamBam se alejara un poco de él y volviera a acomodarse sobre el sofá.
—Entonces… ¿tengo razón o no? —murmuró el menor—. ¿Es por ella por lo que estás tan feliz?
—¿Para qué voy a negártelo? —contestó él en un tono bajo para que nadie más que YuGyeom pudiera escucharlo—. Es obvio que es por ella por lo que estoy feliz, se me nota demasiado en la cara de idiota con la que llevo todo el día… no sé cómo no se ha dado cuenta nadie de nada antes.
—Para mí era más o menos obvio —respondió YuGyeom—, pero para los demás, que no saben nada de este asunto, no es tan obvio. De hecho, me han preguntado si yo sabía si te había pasado algo especial y les he tenido que decir que era porque todavía estabas flipándolo por el concierto —añadió.
—¿Y se lo han creído?
—Supongo que sí, porque no me lo han vuelto a preguntar.
—Eres un buen amigo, tío —comentó BamBam, agradecido con el chico.
—Por encubrirte me deberías de dar un sueldo extra —propuso el menor, pero BamBam simplemente negó con la cabeza.
—No se puede traficar con la amistad —replicó—. Eres mi amigo a tiempo completo y además gratis, como yo contigo.
—Buff… —se quejó YuGyeom—. Pues vaya asco que es la amistad.
—Un poco.
Ambos sonrieron, porque sabían perfectamente que los dos estaban hablando de broma y que en realidad eran los mejores amigos que podían tener y que en asuntos delicados como aquel, podían confiar el uno en el otro sin ninguna reserva. Durante unos momentos, ambos se quedaron callados, disfrutando del silencio de la noche, dándose cuenta en aquel momento de que a YoungJae no le debería de quedar demasiado en el baño porque ya no se escuchaba correr el agua del grifo.
—Y bien… ¿qué es lo que sucedió con JiMin para que estés de esta forma? —le preguntó YuGyeom.
—Anoche nos acostamos otra vez —respondió—. Y esta vez fue muchísimo mejor y creo que después de esto estoy más enamorado de ella.
—¡Qué tonto que eres! —exclamó en voz baja el menor.
—¿Y yo qué le puedo hacer a esto si estoy enamorado hasta las trancas de JiMin? —cuestionó.
—Y tú eras el que hasta hace nada decías que no sabías qué era lo que sentías por ella y que no querías perderla como amiga…
—Anda, cállate.
BamBam le tiró uno de los peluches que rondaban por el salón y que casi los invadían porque las fans no paraban de darles muñecos y después se levantó del sofá para dirigirse al baño. La puerta de éste solo había sido abierta unos segundos antes por YoungJae, así que ya era su turno para poder ducharse con agua calentita para destensar sus músculos y después echarse a dormir. Sin embargo, antes de poder entrar al baño, el chico se encontró de golpe con Jackson, que parecía salir de la cocina con un vaso de agua y los ojos medio cerrados. Durante unos segundos, BamBam temió que el mayor hubiera escuchado la conversación que acababa de tener con YuGyeom sobre JiMin, pero teniendo en cuenta que éste no se le echó al cuello nada más verlo, sino que solo le dijo un “buenas noches” escueto con la voz ronca, era poco probable que hubiera podido escuchar algo.
El menor lo observó durante los momentos que el chico tardó en desaparecer dentro de la habitación que ahora compartía con JB y después negó con la cabeza y se metió en la ducha. Era totalmente imposible que los hubiera escuchado. Totalmente imposible.
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