Maldito. Maldito.
Estaba furioso. Cuando lo volviese a ver, si es que lo haría, juraba matarlo.
Había confiado en él y así lo había tratado. Dejándolo tirado entre contenedores de basura, parecía aquello un vertedero de cadáveres de animales, y ya hacía unas horas que había amanecido y nada, nadie había aparecido en su busca. Mentiroso. Eso es lo que era, un estúpido mentiroso.
Furioso a cada minuto que pasaba, Ryeowook salió de aquel lugar. Se había dormido, aquel olor podía con él y encima era él mismo es que olía en ese momento. Asqueado salió del callejón, la vida en la ciudad había empezado, las calles estaban concurridas de gente y los coches pasaban entre las carreteras, apresurados. Maldita su propia vida. No podía ir por ahí como si nada. Ahora tendría que caminar por oscuras calles. Pero... ¿donde iba? Su casa estaba en la otra punta de la ciudad y ahora no estaba en condiciones de moverse mucho.
Caminaba por lugares apartados de las miradas ajenas, donde nadie lo mirara mucho, o más bien, lo oliera. Era vergonzoso. Horrible. Lo mataría. No se lo perdonaría jamás. Maldito.
Por suerte, ya sabía a donde se dirigía, lo tenía claro. Por suerte para él, a esas horas estaría despierto y le dejaría asearse un poco y algo de ropa. En las condiciones en las que se encontraba, daba hasta pena. Evitaba cruzarse con la gente, se ocultaba como podía. Con sigilo se coló en el interior de un edificio, con un poco de suerte, siempre ha pasado desapercibido para todos y nadie se daría cuenta de que estaba allí dentro. Subió las escaleras, desiertas por cierto, y al llegar al último piso, con falta de aire en los pulmones, tocó a una de las puertas de madera que había. Apoyado en el marco de esta, esperó. Pero no tuvo que hacerlo mucho tiempo.
-No digas nada, ni preguntes.
Fue lo único que murmuró cuando la puerta y vio al rubio, con cara de sueño, sorprendido de verlo allí y una ligera mueca de asco.
-¿Y ese olor?
-No preguntes SungMin, y déjame ropa tuya -Con esas últimas palabras, Wook se introdujo en el interior del baño que comunicaba con el salón de su amigos. Se desprendió de lo poco que llevaba, dispuesto a tirarlo ya la basura, ese olor no se iba a ir con facilidad ya. Tenía el cuerpo magullado de haber estado dormido en aquel horrible lugar, olía fatal él mismo y se sentía muy mal. Cuando la cálida agua caía por su cuerpo, recorriéndole, se sintió más tranquilo. Dejó su mente totalmente en blanco, dejándose llevar por el sonido del agua.
Al salir, SungMin se encontraba ahora, con una taza de café, entre sus manos, sentado en una baja mesa del salón. Había dejado otra para Ryeowook justo enfrente. Lo había preparado tras dejarle ropa limpia en el baño y haber tirado la otra.
El joven se sentó frente a él y lentamente, y con un dulce olor rodeándolo ahora, bebió de su café.
-Creo que debería hablarte sobre esto...
-No tienes anda que decir, Ryeowook.
-¿Cómo que no? Me cuelo en tu casa así... ¿Y no quieres una explicación?
Sungmin negó con la cabeza lentamente. Ryeowook no sabía bien como actuar ante aquello, no se lo esperaba, aún así tenía otra cuestión para su amigo.
-Min...
-Dime.
-No sé si puedo volver a mi casa...
El silencio reinó sobre ellos durante el rato en el que Sungmin, bebía el último sorbo de su café.
-Puedes quedarte aquí el tiempo que necesites.
-Pero...
-El libro que te di ¿Sigue en tu casa? -la mirada de Sungmin se clavó en la de Ryeowook, el cual se estaba empezando a asustar, nunca antes había visto a su amigo así. Lentamente, asintió con la cabeza, sin pronunciar ni una sola palabra.- Bien.
Sungmin se puso en pie y le hizo una señal con la mano a Wook para que lo siguiera hasta la puerta de la casa.
-Vamos a tu casa a por ese libro.
-Pero, Min, no po...
-No te preocupes, Ryeowook, cogemos el libro y de seguida, volvemos -Le cortó hablando, abriendo la puerta, y cerrándola una vez que ambos la habían cruzado.
***
No podía dejar de pensar que su amigo le ocultaba algo. Eso estaba seguro. Había algo que Sungmin sabía, y que Wook no llegaba a comprender el que podía ser, pero lo tenía más que absorto. En cuanto menos se lo esperaba, estaban ambos en frente de su casa.
-¿Cómo vamos a entrar si no cogí llave?
Sungmin no le respondió. Tan solo se acercó a la cerradura, e introduciendo un fino hierro en su interior, consigue abrir la puerta, dejando a Ryeowook atónito ante aquel acto.
-¿pero como...?
-Quédate aquí, entro a por el libro y salgo.
Las palabras del mayor lo dejaron desconcertado ¿como que no podía entrar en la casa, en su propia casa?
Una vez que Sungmin había entrado en el interior de la casa, lo único que pudo ver es que en el interior estaba todo completamente oscuro. Impaciente, se apoyó en la pared, preguntándose como es que parecía que no conocía a su amigo, había cambiado tanto desde todo el tiempo que pasó fuera... Tenía que averiguar, que es lo que sabía y como es que sin pedirle explicaciones ni nada por lo ocurrido, parecía saber más de lo que creía. Su amigo, era toda una caja de sorpresas.
Un golpe le llamó la atención. Provenía del interior de su casa. Un segundo golpe. Al tercero no se contuvo más y abrió la puerta, entrando al interior de la estancia. No veía nada. Tampoco era muy grande su casa y la conocía muy bien. Estiró la mano para encender la luz y poder ver algo, pero al hacerlo, descubrió que la luz no se encendía. La habrían desconectado.
-¿Min...?
Un nuevo golpe sonó en la estancia. Parecía venir de su dormitorio. Dio un par de pasos hasta este, lentamente, cuando sintió un fuerte golpe es su estomago, estampándolo contra la pared. Se llevó un buen golpe en la cabeza, pero por suerte no llegó a perder la conciencia. Sin darle tiempo a moverse, una fuerte mano lo cogió del cuello, levantándolo del suelo, le apretaba con fuerza, le estaba dejando sin respiración...
-Vaya, vaya.. ¿Qué tenemos aquí? El pequeño dueño de la casa -La voz de su agresor sonaba profunda y fría, no era, ni por semejanza, la de Sungmin.- ¿Qué has venido a buscar, eh?
-Sueltalo, es no tiene culpa de nada -Esa si era su voz...
-Min... -Apenas sin poder respirar ya, le estaba costando bastante, sentía sus pulmones arder.
-¡Que lo sueltes, Kyuhyun! -La voz amenazante de Sungmin, hizo que su agresor lo dejase caer al suelo, tosiendo y recuperando todo el aire que le faltaba, Ryeowook seguía sin ver nada, pero prestaba atención a lo que pudiera escuchar.
-¿Por qué este humano tenía ese libro sobre vampiros? -La voz de aquel extraño, seguía sonando profunda, pero esta vez, se notaba más cálida.
-Yo se lo traje.
-¿Y por qué?
-Una adivina predijo que tendría relaciones, frecuentemente, con vampiros, me lo comentó, por no decir que ya tuvo cuando era más pequeño, quería que estuviera informado, a mi me vino bien y pensé que a él también.
-¿Una adivina? ¿Le haces caso a una adivina, Sungmin?
-Adivina que ha acertado, o sino ¿qué hacía tu amigo aquí la noche pasada?
-Estaría buscando una presa y habría tomado a este humano como su presa.
-¿Y porque sigue vivo y tu amigo en busca y captura?
El silenció reinó durante unos momentos tras la pregunta realizada por Sungmin. El tal Kyuhyun no sabía que decir y Ryeowook aprovechó ese momento para incorporarse y ordenas sus ideas. Sungmin parecía conocer a su agresor, por lo visto. Hablaban de vampiros ¿lo era también? Y ese amigo... ¿No sería Jongwoon? Eso de que se colara por la noche, en su casa y que los persiguieran... Eran bastantes casualidades juntas.
Ryeowook sintió unas suaves manos rodeando sus hombros. Por el olor supo que era Min.
-Tengo que hablar con él.
-Kyuhyun, él no sabe nada, busca a tu amigo y sácale esa información que tanto necesitas -En ese momento, Wook notó como Min apretaba aquel abrazo.- Él no entiende lo que está pasando, pero tu tan apreciado amigo, si.
No hubo más palabras entre ambos. Sungmin se llevó a Ryeowook, empujándolo con una mano, mientras que en la otra sostenía el libro que habían ido a buscar. Wook tenía muchas preguntas que hacerle, pero cuando saliera en aquel estado en el que estaba.
***
Nada más cruzal el umbral de la casa del mayor, este agarró por los hombros a Wook. Lo obligó a echar la cabeza a un lado y poder examinar su cuello. Tenía unas horribles marcas rojas que sin duda se quedarían durante días ahí, volviéndose de color morado poco a poco. Sungmin dibujó en su rostro una mueca de disgusto.
-Min...
-Ahora no Wook, primero descansa.
-Pero...
Ryeowook miraba directamente los ojos del mayor, pero entendió que no diría nada, que tenía que irse a descansar, no le quedaba otra opción.
Una vez que estaba sobre la cama del mayor, con los ojos cerrados, quedó completamente dormido.
Soñó con serpientes que devoraban bebés, con gente que se desangraba por todo tipo de heridas, y con los ojos, los labios y las manos de Jongwoon.
Waaaaa me encanto
ResponderEliminarPero q paso con kyu y min?? Ya se conocian?
Esta muy bueno ojala puedas actualizar lo antes posible
Y hacer los caps un poco mas largo por fis :) saludos
Wooo!!! buen capitulo, pero que tienen en la cabeza Yesung, dejo botado al pobre de Wookie en la basura mientras el sabe que tanto hacía con la otra ¬¬ no lo mereces yeyo jajajajaj (yo me quedo con wookie >u<). También esta el asunto de Sungi y de Kyu, quiere decir que le paso lo mismo que a Wookie? mucha intriga, espero sigas con este fic, me gusta mucho, bye ;)
ResponderEliminarholis me gusto
ResponderEliminarme dejo intrigada lo de min y kyu tienen algo???????????
esperare la actualización no tardes plis
cuidate▼
Waaaaaaau esta bueno me encato porfa actualizalo siii =)
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