¿Cuanto tiempo llevaba metida en la cama sin salir? ¿Días? ¿Semanas? A ella le parecían meses, de lo lento que había transcurrido el tiempo. Solo dormía, lloraba y se lamentaba por todo. Le había pedido a su madre que llamara a Zelo para decirle que las clases se aplazarían, no quería salir de la cama, ni de su cuarto, solo para lo necesario.
Un día, se levantó y se acercó al baño. Con sus manos, se echó agua en la cara, agua fría. Veía su aspecto reflejado en el espejo. Su imagen era demasiado triste. Unas marcadas ojeras, adornaban sus ojos, cansados y su piel estaba más pálida e lo que era normalmente.
Suspiró con profundidad ¿Qué clase de vida llevaba? Una demasiado patética. Taemin y su nueva novia se estarían riendo a carcajadas limpias de ella y de lo penosa que podía llegar a ser. Seguro...
Volvió a su habitación, a encerrarse de nuevo todo el día. Se dejó caer sobre la cama, quedando sentada en el filo de esta. Se revolvió el cabello, despeinado desde hace días. Con su mirada recorrió la estancia todo estaba igual que siempre, completamente desordenado. Pero algo le llamó la atención. Había algo en la mesa que no recordaba haberlo puesto ella allí. De un salto, se puso en pie para mirar y descubrió un CD. Al tenerlo entre sus manos, lo pudo reconocer al instante. era el CD del rap que Zelo se había dejado allí y que ya había dado por perdido. ¿Qué estaba haciendo allí? ¿Cómo había llegado a parar hasta su mesa? Había pensado durante todos esos días en él también, esperaba que después de lo que le dijo y de todas aquellas semanas se hubiera olvidado por completo de ella.
Dudando por un momento, sacó el CD de su funda y lo colocó en su pc, una vez que estaba encendido. Esperó un momento que cargara y se pusiera a funcionar, mientras, observaba el suelo, prácticamente con la mirada perdida, sin pensar en nada. Por un momento, contuvo la respiración, cuando la voz de Zelo comenzó a expandirse por su habitación desde los altavoces. Había mejorado muchísimo. Su voz era clara y se le entendía perfectamente. era una voz que se le clavaba en la cabeza y la llevaba a otro mucho al instante. Desde el primer momento que lo escucho, la había sacado de ese mundo. Pero lo que más la dejó impactada, fue la letra del rap. Lo reconocía perfectamente. Era un rap que crearon ellos dos cuando empezaron a dedicarse a rapear, pero esa versión estaba mucho más mejorada, casi perfecta. No se esperaba ni mucho menos aquello, ni el rap ni que la voz de Zelo transmitiera tanto de esa manera.
El rap trataba sobre lo difícil que era la vida, pero que a pesar de eso había que seguir adelante, por muy solo que te encontraras, había que hacerlo por uno mismo. Recordaba con todo detalle las partes que ella debía cantar, perfectamente, pero Zelo lo había hecho incluso mucho mejor.
Se sentía conmovida. Comprobó que le CD tenía más canciones y una vez hecho esto, abrió su ventana para que entrara algo de luz. Se dejó caer en la cama de nuevo, esta vez, tumbada, pero ahora con una sonrisa dibujada en el rostro. Aquel rap le había dado mucho que pensar.
Pasó la mañana en su cuarto, dándole nada más que vueltas a la cabeza. Entonces fue cuando se percató de que había dejado a Zelo colgado con las clases de inglés, así que salió de su habitación.
-¡Mamá! Tienes que llamar a casa de Zelo y comunicarle que ya pueden empezar sus clases de nuevo.
-No creo que le hagan falta.
-¿Por qué?
-Porque a Zelo no le hace falta tus clases -Su madre, parecía o estaba algo seria con ella, por lo que podía notar.
-No te entiendo -Amber no llegaba a comprender lo que su madre le quería decir.
-Hablé con su madre cuando tuve que llamar para decirle que no viniera estas semanas y me contó que fuiste muy cruel con Zelo.
-¿Cruel?
-Zelo no tenía ninguna necesidad de venir a tus clases de inglés, ya que se le da bastante bien, pero él se empeño en venir a que le dieras esas clases, hacerse el tonto, hacerte pensar que no sabía nada, para poder pasar más tiempo contigo.
Amber se quedó de piedra. No se esperaba aquel comportamiento por parte de Zelo. Era un gran actor, eso estaba claro. Pero ¿se había estado gastando dinero y todo su tiempo para estar con ella?
-No sé tú, pero el chico ha demostrado al mundo, mucho mejor que otros, todo lo que le importas...-Amber no le dio tiempo a su madre a terminar la frase. Salió de casa corriendo, lo más rápido que sus piernas le permitían. Su primer objetivo era la casa de Zelo. Tenía que disculparse por todo lo que había hecho pasar, al fin y al cabo, era su amigo, siempre lo había sido, pero como una tonta, no se dio cuenta, hasta ahora. Mientras ella se ceñía al dolor y a la soledad, él había estado tras ella, mostrándole todo su apoyo y que lo que sentía era real. Ella, sin embargo, no se percató de esto en ningún momento.
Cansada de correr, ya se encontraba frente su casa. Asfixiada, con falta de aire en sus pulmones, llamó a la puerta, y al rato apareció la madre del chico.
-¿Y Zelo? Necesito hablar con él.
-Lo siento, salió fuera hace horas diciendo que iba a practicar, no dijo nada más.
-¡Gracias! ¡Y disculpe las molestias!
Amber volvió salir corriendo, pero ¿a donde se dirigía ahora? Lo que más cerca le pillaba era el instituto de Zelo. Fue directa en esa dirección, pero, mientras lo hacia, gotas de lluvia empezaron a caer sobre las calles. La chica maldició por dentro, lo oportuna que había sido la lluvia, ya que empezó a ser cada vez más fuerte, las gotas eran más frecuentes. Poco a poco estaba completamente empapada, pero no le importaba mucho.
Al llegar al instituto, lo recorrió entero, de arriba abajo, pero no había señales de que Zelo anduviera por allí, ni de que hubiera estado. ¿Ahora a donde iba? salió fuera del edificio, corriendo de nuevo, directa a las pista de skate, donde solían ir con anterioridad a practicar y donde muchas veces veía a Zelo con sus amigos. Pero al llegar, vio el lugar desolado, desierto.
Recorrió varios lugares más, pero nada, ni rastro de Zelo por ningún lado. Agotada de correr, solo le quedaba un sitio al que acudir a mirar. El campo de fútbol. No le hacía mucha gracia ir hasta allí, ya que le traía recuerdos de Taemin, pero lo tenía que intentar.
La lluvia seguía, constante, cuando subía por las gradas del campo. Una vez que tuvo vista de todo el campo, pudo ver, bajo sus pies, a Zelo. Suspiró aliviada al haberlo encontrado. Se encontraba, bajo la lluvia, entrenando con un balón. Era bueno con el balón también. Amber sonrió inconscientemente al ver su pelo totalmente húmedo, pegado a su rostro, pero a pesar de la lluvia, seguía allí ¿por qué se esforzaba tanto por ella?
Bajó hasta el campo, procurando que no la viera. Cuando estuvo lo suficientemente cerca de él, vio como se le escapa el balón en su dirección. Con un pie, lo paró y se quedó, mirándolo, como si lo estuviera retándolo a quitársela.
-Vamos a comprobar si has mejorado, enano -La chica le dijo lo mismo que años antes le decía, su mote, el que le puso, debido a que Zelo era menor que ella, por lo tanto más bajito, a pesar, de que ahora superaba un poco su altura.
El chico sonrió al escuchar sus palabras y sin decir nada se lanzó directo a robarle el balón. Ambos reían, a la vez que jugaban a adueñarse de la pelota, unas veces ella, otras él. esa situación les recordaba a cuando eran niños y se pasaban horas y horas jugando, la diferencia, es que la mayor posesión del balón antes era de Amber, ahora, lo era de Zelo.
Derrotados, se dejaron caer sobre el césped, totalmente mojado. Los dos respiraban con dificultad, felices.
-Perdóname -Murmuró de pronto Amber.
-¿Por qué? -Zelo no entendía a que se refería ella.
-Por como te he estado tratando todo este tiempo, he sido una completa estúpida.
-No te preocupes, lo que haya pasado, se queda como pasado.
Por unos segundos, en silencio, ambos cerraron a la vez sus ojos, sin decir nada más de aquello, escuchando llover sobre ellos, llenos de barro por la tierra. Pero, de nuevo, Amber, rompió el silencio.
-Oye, viniendo hacia aquí, vi que en unas semanas hay un concurso de rap.
-Sí, eso me ha parecido ver estos días.
-¿Te vas a apuntar?
-Es en parejas.
-Oh vaya...
-Pero tú te vas a apuntar conmigo.
-¿¡Qué!?
-Será bonito, los dos juntitos sobre el escenario.
-Ni lo sueñes, Zelo.
-El premio es bastante dinero y una skate de última generación -Las palabras del chico, callaron por un momento a Amber.
-Zelo.
-Dime.
-¿Nos apuntamos? -La chica se incorporó para ver a un Zelo sonriente. La había convencido, y ahora rapearía con Amber.
-¡Síi! -El chico se abalanzó sobre ella, rodando los dos por el césped, quedando manchados completamente por el barro.
-Te lo he dicho para disfrutar los dos de ello, no para que me acoses -Bromeaba Amber.
-Me da igual, estoy muy feliz -Zelo abrazaba con mucha fuerza a la mayor, sin querer soltarla, estaba recuperando a su Amber poco a poco.
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