sábado, 16 de noviembre de 2013
(ZeBer) Teacher -Serial- Capitulo 2
-Buenos días, dormilona.
Su madre la despertaba. Acababa de llegar de trabajar, ya la noche había caído, y se encontró a su hija totalmente dormida en el sofá.
-Me he dormido.
-Ya lo puedo ver ¿has dado tu clase o estabas dormida?
-Sí, mamá -Amber se incorporó como podía algo somnolienta. Se preguntó a sí misma como se había quedado dormida y fue cuando se percató que tras darle aquella clase a Zelo, se quedó esperando a Taemin, pero este no apareció en ningún momento.- ¿Por que no me comentaste que era Zelo a quien le tenía que dar la clase de ingles?
-Me pareció divertido, seguro que te sorprendiste al verlo, habría que haber visto tu cara.
-No, mamá, no es divertido para nada.
-¿Por qué no le das una oportunidad al pobre chico.
-Porque es mucho más pequeño que yo, y eso no puede ser.
-El tiempo lo dirá -Con esas palabras misteriosas y una sonrisa pícara, su madre la dejó sola con sus pensamientos. Estaba exhausta. Se ducharía, cenaría algo para no morir de hambre y se volvería a ir a la cama, porque a pesar de haber pasado parte de la tarde durmiendo, aún seguía con sueño.
Pasaron los días y solo veía a Zelo por allí, el cual venía sin falta a todas sus clases. A Amber no le molestaba, ni mucho menos, pero seguía con la esperanza de que Taemin apareciese por allí, por ese mismo motivo, cuando veía a Zelo, se desanimaba bastante. Las semanas pasaban y veía que el chico era torpe con el idioma, que no se le quedaban las cosas en la cabeza y no pronunciaba bien. Le costaba mucho aprenderse todo lo que le explicaba, parecía que estaba en otro sitio cuando le hablaba, le desesperaba, pero él seguía sonriendo y sé preguntaba porque. A decir verdad, la simple presencia del chico la tranquilizaba y alegraba, haciendo que olvidara durante ese rato a su ex novio, pero en cuanto se iba, la incertidumbre de pensar en Taemin volvía.
Una tarde que tenía libre, decidió salir a pasear y despejarse de todo, de no pensar más ni en Taemin ni en Zelo ni en inglés. A fuera, hacía algo de frío, corría una suave brisa fría, pero no le molestaba eso, al contrario, le agradaba. Sin un lugar exacto al que dirigirse, caminaba sin sentido. Veía pasar a la gente, rápidos o tranquilos, de diferentes edades, todos con sus propias vidas, sin interesarse de los demás.
Al acercarse a un parque pudo ver a un grupo de muchachas, que por su apariencia, parecían tener la edad de Zelo. reían y cuchicheaban entre ellas, pero a Amber no le interesaba lo que estuvieran diciendo, solo se sentó en un banco que se encontraba cerca de ellas. Se dedicó a observar el paisaje, a los niños jugar, parejas paseando agarradas de la mano y el olor de la naturaleza. Eso la tranquilizaba bastante. Le relajaba.
Recostada en el banco y relajada, una voz chillona nombró el nombre de Zelo. Al mirar, vio que el grupo de chicas estaban hablando de él. Sin poder evitarlo, pegó el oído para escuchar y prestar atención a lo que estaban comentando de él.
-Hoy le he visto saliendo de los vestuarios, con todo su pelo húmedo.
-¡Que suerte!
-¡Sí! Estuvo jugando al fútbol, lo estuve observando también, cada día lo hace mejor.
-Yo me lo crucé viniendo para acá, iba montado en su skate, tan hermoso como siempre.
-No sé como hace para ser tan bonito.
-El otro día una chica fue a pedirle ser su novia, obvio ¿quien no quisiera?
-¿Y que le dijo?
-Espero que no.
-Exacto, se negó, como siempre.
-Es verdad, nunca lo he visto detrás de ninguna chica.
-Yo he oído que a Zelo le gusta una chica desde hace mucho y por eso no quiere estar con ninguna chica que no sea esa.
-Pero que romántico es este chico.
-Tan tierno.
-Sí, pero no tendremos ninguna oportunidad.
-Eso no nos importa, lo seguiremos intentado, siempre.
-¡Sí!
Amber no daba crédito a lo que escuchaba ¿Zelo también jugaba al fútbol?¿Tan hermoso lo veían los demás?¿Por qué sentía celos de que otras chicas se fijaran en él?¿negaba a otras chicas que le confesaban su amor por ella? Si lo pensaba detenidamente, era un chico realmente hermoso, la verdad. Su rostro era lindo, fino y tierno. Se sentía algo mal. A pesar de que siempre la buscaba, lo ignoraba, le había dejado claro que no conseguiría nada, así que lo que pasara con él era tan solo cuenta suya. Pero una mínima parte de culpa se hallaba en su corazón.
Cansada de escuchar gritar a las chiquillas esas, locas por Zelo, se marchó de allí lo más rápido que pudo. No quería seguir escuchando hablar de Zelo. Volvería directamente a casa, sin detenerse en ningún lugar. Prefería no pensar en anda más, si había salido para no pensar, encima tenía que hacerlo, pero durante el camino, intentaba mantener su mente en blanco.
Entonces, cuando paró frente a un semáforo para cruzar a la otra calle, fue cuando vio a lo lejos a Taemin, sí, e iba agarrado de la mano de una chica. Por un momento apararon y se besaron, unieron sus labios prácticamente justo delante de Amber. Lo veía todo perfectamente.
Con el corazón encogido por el dolor, cruzó la carretera con la cabeza agachada y los ojos bordados con lagrimas. Corría por las calles, sin pensar, solo corría hasta agotarse y no poder más. Pero debido a que no podía ver al tener los ojos negados en lagrimas, tropezó con una loseta que estaba levantada del suelo, cayendo de bruces al suelo. . Se quedó un momento allí. Volviendo a la realidad, a la cruda realidad. No quería levantarse del suelo, solo quedarse allí y morir. Pero sintió unas manos sobre su espalda ¿alguien la estaba ayudando?
-Amber ¿está bien?¿Te has hecho daño? Dime algo, por favor.
Esa voz... Cuando la chica se giró, levantando la cabeza, se apartó bruscamente.
-No me toques.
-Pero estás herida...
-¡No, suéltame! -Como pudo se puso en pie, con sangre y heridas en la cara y sus palmas de la mano, pero el chico no dejaba de insistir en ayudarla para que estuviera mejor.- ¡Zelo, que me sueltes!
Amber salió corriendo de nuevo, pero su cuerpo estaba tan agotado y magullado que no alcanzó a llegar muy lejos. Respiraba con dificultad y su pecho le dolía a horrores, por la falta de aire. Se sentía morir. Notó como ahora, alguien la abrazaba por la espalda. Sabía perfectamente quien era, pero por unos momento no dijo absolutamente nada, solo se limitó a sentir aquel fuerte abrazo ¿estaba sola? Aquel abrazo le demostraba que no, pero no podía dejar que eso fuera a más, era demasiado mayor, demasiada era la diferencia de edad.
-Zelo...
-Déjame que te ayude.
-Suéltame.
-Pero Amber...
-Zelo, por favor, acaba con esto ya, nada de esto tiene algún futuro.
La chica hizo que la soltara y sin girarse para mirarlo si quiera, se marchó de allí.
Zelo se quedó solo, observando como la chica, dolida, se marchaba. había visto, lo que había sucedido, perfectamente, y había acabado siguiéndola para poder ayudarla como fuese, pero se negaba a aceptar su ayuda. A él le dolía también con tan solo verla así. Puede que ella pensara que no tendría futuro, pero confiaba en ello y no dejaría de luchar por ella, por lo que sentía y porque le haría ver que ella podía sentir algo por él. Le demostraría que valía mucho más que aquel idiota de su ex novio que no la supo valorar, que no supo hacerla feliz, ni que supo amarla. De eso ya se encargaría él.
Apretó sus puños con rabia, se esforzaría al máximo por ello. No quería volver a ver a Amber ni una sola vez más hundida, derrotada y dolorida, como esa vez. No quería volver a verla llorar.
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