viernes, 23 de noviembre de 2012

(KeyBer) Extraño -Serial- Capitulo 8


Esa misma tarde hacía un maravilloso sol. Este brillaba con fuerza en el cielo. aquel parque estaba arrebosar de vida. Niños jugando, adultos paseando, otros descansando, o simplemente pasando un buen rato.

Un joven payaso se entretenía divirtiendo a los niños con sus globos, haciendo diferentes formas con ellos. Bueno, se entretenía, o eso por lo menos parecía. El joven que se encontraba debajo de aquel disfraz estaba sudoroso debido a la calor que se había acumulando dentro del traje. Tampoco sabía que hacer, sólo repartir globos hasta que la viera a ella.

Otra joven, sentada en un banco algo más alejada, lo observaba con detenimiento. Una sonría divertida se dibujo en su rostro al ver como un pequeño crío se enganchaba a una de las piernas de aquel payaso. ¿Porqué estaba ella haciendo esto?¿por qué lo ayudaba? Ni ella lo sabía simplemente quería volver a verlo sonreír, como antaño.

¿Cuanto rato llevaba así?¿Horas?¿Donde estaba? Él se encontraba ya muy cansado, sólo quería sentarse a descansar, pero parece que los niños no dejaban de venir a buscarlo, queriendo jugar con él. ¿No se cansaban? Que energías tenían.

Ella seguía observándolo, no podía dejar de mirarlo con deseo incluso bajo aquel disfraz. ¿No había aprendido nada durante todo aquel tiempo? De pronto vio como el payaso salía corriendo en una dirección ¿acaso había visto algo? Y en efecto era así, el joven payaso corría detrás de aquella joven que tantas noches en vela lo había tenido. Esta vez no la dejaría escapar, nunca más. Cuando la vio, se armo de suficiente valor para correr hacía ella. Pero ... ¿Y si lo rechazaba?¿y si lo odiaba?¿Y si no quería volver a saber nada más de él? No pasa nada, tenía que intentarlo una vez más.

Al llegar a una plaza, después de haber dejado a unos pequeños niños llorando porque el payaso se había ido corriendo, tuvo que parar. La había perdido de vista ¿donde estaba ahora? Allí se acumulaba mucha gente, demasiada para poder encontrar tan siquiera a alguien. Buscó con la mirada un lugar donde poder subirse para poder observarlo todo desde arriba. Encontró un pequeño lugar donde poder subirse. Con un pequeño salto, se subió, pudiendo controlar cada rincón de aquella plaza con la vista. Y allí la vio. Dirigiéndose por el camino que llevaba hasta las pistas polideportivas. Saltando de aquel lugar, empezó de nuevo a correr en aquella dirección.

Mientras corría, tropezó sin querer con una joven pareja que tomaban unos delicioso helado, haciendo que estos cayeran sobre su ropa, manchandola. Ignoró aquello, él tenía algo mejor que hacer, pero la pareja protestaba, el chico le gritaba algo con furia por haberlos manchado. Incluso estuvo a punto de arroyar un carro con su bebé dentro, pero cuando se quiso dar cuenta, ya la había perdido de vista otra vez.

Estuvo todo el resto del día buscándola, por todos lados. El sol se estaba poniendo ya, apenas alumbraba ya tanto. Cansado y rendido, se dejó caer en un banco. Un pesado suspiro atravesó sus labios. Ni ganas tenía de quitarse aquella cabeza de payaso patético. Apoyando la cabeza en sus manos se resignó a que la noche cayera sobre él. Ella había estado planeando todo aquello para que pudiera solucionarlo todo y lo había fastidiado, como un experto.

Cuando se quiso dar cuenta, había inflado uno de los globos y había formado un gracioso corazón con este. Una sonrisa bastante tonta y torpe se dibujo en su rostro, por suerte para él, nadie podría verla. Entonces fue cuando reconoció aquel perfume. Era suyo. Levantó la cabeza despertando de su ensoñación para comprobar de quien era el olor tan dulce. No se habría confundido en la vida. Ella acababa de pasar justo enfrente de él y ni se había dado cuenta. Se puso en pie de un salto y corrió a ponerse justo enfrente de ella ofreciéndole el globo con forma de corazón.

-Em... Esto... -la mirada de ella se movía rápida hacia el payaso que se le había presentado justo enfrente en un segundo y el globo que le estaba ofreciendo. ¿Qué estaba haciendo aquel individuo allí? Lo había visto sentado en el banco y le dio algo de pena, pensó que estaba solo o que no había conseguido dinero o que incluso lo podían haber despedido. Llegó a pensar en sentarse con él para conversar, pero había seguido adelante como si nada.

El payaso seguía insistiendo por que cogiera el corazón, así que lo cogió y le sonrió como pudo.

-Gracias -Aquel payaso tenía algo extraño ¿qué sería?- ¿Te conozco de algo?

-Perdón -fue lo único que el joven payaso alcanzó a decir.

-¿Perdón porque?

-Por no darte una explicación.

-No sé a que es lo que te refieres.

-Simple -El joven empezó a quitarse la cabeza de payaso, dejando al descubierto su rostro, dejando sorprendida a la chica.- Amber, verás, lo que viste hace un año no era así, fue Krystal la que lió todo aquello, la misma Krystal que me ha sacado de mi prisión para armarme de valor y poder venir a buscarte... Yo... Te he echado mucho en falta... Y eso.. -empezaba a ponerse algo nervioso intentando mantenerle la mirada.

-Key... -Amber se quedó tan solamente mirándolo Estaba muy sorprendida por aquello, no se lo hubiera esperado nunca.

-Entonces... ¿Me perdonas?


2 comentarios:

  1. OMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMG! *-* SIIIII GRACIIIIIIIIIIIIIAAAS! GRACIAS este capi 8 esta espectacular! por fin key se armo de valor :3 sigueloo!

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