(KeyBer) Extraño -Serial- Capitulo 2

-¡Tu camiseta!

Esa voz la había asustado nada más abrir la puerta. Key, el joven del otro día se encontraba allí, delante de ella, sonriendo ampliamente. Un momento…¿Cómo había llegado hasta allí?

-¿Qué haces aquí? -preguntó Amber algo asustada y sorprendida a a vez.

-He venido a traerte tu camiseta, como te dije.

-Si, pero ¿cómo has sabido donde vivía?

-Es que yo soy mago ¿sabías? Y puedo adivinar muchas cosas.

-Ya… -Amber no sabia que decir. Aquel chico le daba algo de miedo, pero ahora que se fijaba, tenía una hermosa sonrisa.

-Quiero que me acompañes.

-¿Qué te acompañe a donde?

-Si, venga -Key le agarró de un brazo y tiró de ella hacía la calle sacándola de la casa, sin importarle las protestas que ella decía.

La joven no conseguía aceptar aquello. Su mente no asimilaba la actitud de aquel chico, ni los actos que lo arrebataban.

-Necesito tu ayuda, es que no se cuales elegir -Key hablaba con rapidez mientras caminaba por la calle con un paso ligero.

-¿Elegir el que? -con andares torpes, Amber era arrastrada hasta una tienda de zapatos. Nada mas ver el aspecto de esta, pudo apreciar que era bastante cara, muy lujosa, y tenia unos grandes ventanales que dejaba entrar la mayoría de la luz, dejando un espacio iluminado.

-Espera aquí -Key la dejó de pie, desapareciendo él detrás de una columna. Amber se quedo mirando a todos lados, sin ningún interés. Esperaba que su madre estuviera en casa cuando vuelva, por que no le había dado tiempo a coger las llaves. Estaba sorprendida por la rebeldía que aquel chico guardaba, pero después de lo ocurrido el otro día, se podía esperar de todo. O no.

Unas zapatillas en una estantería algo más apartada, llamó su atención, sus colores tan vivos la atrajeron. Los tomó con sus manos observándolos maravillada, pero tuvo que dejarlos enseguida donde estaban por que Key volvía con unas cajas.

-Mira, mira -le muestra unas zapatillas negras y plateadas algo brillantes, dejando las cajas aun lado- Estas me gustan mucho, pero estas también molan -saca otras zapatillas esta vez verde y blancas- ¿Tú cual escogerías?

-Ambos pares están bastantes bien, pero me quedaría con las negras.

-Guay -Key guardó las zapatillas negras en su caja- Las verdes entonces.

-Pero…-¿enserio? Negó con la cabeza Amber prefiriendo quedarse callada.

-Espérame fuera, pero no te vayas a ir sin mi -cuando el chico hubo desaparecido la joven, con paso tranquilo y las manos en los bolsillos de sus pantalones, salió afuera a la puerta. Se apoyó en una pared, observando como la gente pasaba. Con sus vidas tranquilas, vidas ajetreadas. Pero con vidas ¿Ella tenía vida? Claro que si, pero a lo mejor no tan completa como la de otros.

-Ya estoy aquí -Key apareció por detrás suya con dos bolsas, una en cada mano- Al final he comprado los dos pares.

Otra vez esa sonrisa dibujada en su cara. Esa sonrisa que ahora se clavaba dentro de ella.

-Te acompaño un poco hasta casa -Key le cogió de la mano y tiró de ella por las calles- Quisiera darte las gracias por acompañarme, no quería venir solo, mejor estar acompañado, y mas si es buena compañía.

Amber asentía sin decir nada. Aun pensaba en la sonrisa de Key, era demasiado bonita.

Ya caminado sola hasta su casa, vio a lo lejos que su madre ya había llegado. Nada mas abrirle la puerta, la madre de Amber le planta a ésta delante una caja.

-Acaba de llegar, hija -con curiosidad, la joven lo abre. Por un momento se quedo sin respiración al ver aquellas zapatillas. Las mismas que había visto en la tienda estaban ahora en sus manos y eras suyas ¿pero como?

Oculto tras una esquina. Key observaba la imagen. Se mordía el labio inferior ligeramente sonriendo por la cara de emoción de Amber. Lo había vuelto a conseguir.

-Espero que mamá no se enfade por los gasto de la tarjeta- Se dijo a sí mismo dándose la vuelta, marchándose, ya era bastante por se día.- Amber… -susurro casi en un soplo de aire- Serás mía…