Por fin había acabado la hora punta. Donde toda la gente corría hacer las ultimas compras de la noche. Amber pensaba que ya había acabado. Por lo menos ya quedaba poca gente. Estaba terminando de ordenar una estantería, la cual le había llevado un buen rato ordenar. Le era un bastante pesado trabajar en aquel supermercado, pero era la única forma de conseguirse un dinerillo para comprarse sus caprichos.
-Amber, me marcho ya -una compañera se despidió de ella. Amber asintió con la cabeza, ella también había acabado por hoy. Se giró un momento para recoger una cosa, cuando oyó un estruendo detrás suya. Se volvió para ver que había pasado, y lo vio allí de pie. Key la miraba con una sonrisa tímida. A sus pies todo lo que ella había colocado, ahora estaba esparcido por el suelo.
-Gracias por hacerme quedar mas rato recogiendo esto, Key -Amber suspiró agachándose a empezar a recogerlo.
-Oh, de nada, a sido un placer -Key con su voz inocente le sonreía cuando ella alzo una mirada furiosa hacia él.
-¿Qué estas haciendo aquí?
-He venido a comprar unas cosas ¿Y tú que haces aquí?
-Trabajo.
-Oh, no lo sabía -Key se agacha a su lado ayudándola a recoger los botes de sopa y volverlos a colocarlos en la estantería.- Pero si trabajas aquí… ¿Sabrás donde esta los aperitivos, no?
-¿Qué?
-Ya sabes, los manises, los pistachos, las pipas, las patatas de bolsa y esas cosas.
-Si, se lo que es, pero eso esta en la otra punta ¿qué haces por esta zona?
-No sé -se encoge Key de hombros- Supongo que me habré perdido.
Amber terminó de colocar los pocos botes que ya le quedaban y le hizo una señal para que la siguiera.
Guió a Key hasta la zona que él estaba buscando. De verdad que era un chico extraño. Se lo estaba encontrando últimamente en todos lados ¿no la estaría persiguiendo no?
-Que oscuro esta esto -comentó Key pegándose un poco a la espalda de ella.
-Normal, estamos a punto de cerrar, y muchas luces se apagan.
-¿Y no podían esperarse a que yo me fuera?
Amber giró su cabeza lentamente hacia él. Este se empezó a reír al verla así. Que risa mas perfecta. Incluso bajo aquella poca luz veía las lineas que marcaban su rostro. Pero que hermoso era. Amber se dio cuenta de que lo estaba mirando embobada, y sonrojándose un poco sacudió la cabeza volviendo a andar hasta quedarse parada ante una estantería.
-Aquí tienes lo que buscabas.
-¿Así? -Key se acercó hasta ella. Amber pudo oler su delicioso aroma. Que bien olía.- Perfecto, gracias por ayudarme.
La joven se apartó un poco para que él tuviera espacio. Sin saber como su mirada acabó clavándose en el trasero de Key. Que trasero mas bonito tenia, daban ganas de agarrárselo… ¡¿Pero en que estaba pensando ella ?! Sacudió la cabeza mirando hacia otro lado. Su mente le jugó una mala pasada y volvió a imaginarse su trasero.
-Ya está ¿me acompañas a la salida? -la voz de Key la sacó de sorpresa de sus pensamientos.
-Si, claro.Los dos caminaban por un pasillo de vuelta. Amber se fijó en las cosas que había cogido él. Pero de dio cuenta que él la estaba mirando y dirigió su mirada al frente.
-Quisiera pedirte algo.
-¿Qué quieres? -Amber hablaba algo nerviosa ¿aquello era normal? O mejor dicho, ¿él era normal?
-Es que mi tío me ha invitado a su piscina, pero no quiero ir sólo y tampoco sé con quien ir, por eso quería pedirte que si querías venir conmigo.
-¿A la piscina?
-Claro.
-Oh, pues vale.
-¡¿Si?! Pues fantástico, maravilloso, mañana paso a buscarte a tu casa -con esto ultimo, Key empezó a correr hacia la caja para pagar.
Ella se quedó parada mirándolo desde lejos sin saber muy bien como reaccionar aún. Que chico mas raro.
***
Bien. Por fin ya salía de allí.
Había terminado de dejar todo en orden y había ido a cambiarse de ropa. Se ajustó su gorra y su chaqueta, la cual se dejó desabrochada para sentir como el aire de la fría noche tiraba un poco.
Caminaba por la calle cuando la imagen de Key volvió a su cabeza. De verdad que no lo entendía, pero cuando había estado con él, una extraña sensación había recorrido su cuerpo.
Tan distraída como iba pensando en él, que empezó a desviarse caminando por la acera. esquivó por los pelos una farola, pero no puedo evitar tropezar con un cubo de basura.
-Aish.
Cuando lo estaba colocando en su sitio algo llamó su atención. Miró con mas detenimiento y vio que todas las cosas que Key había comprado estaban allí. Ni si quiera las había empezado. Estaban nuevas.
Un escalofrío recorrió a la joven y dándose la vuelta siguió su camino haciendo como que no ha visto nada, aunque algo dentro de ella había despertado.
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