Después de haber pasado toda la tarde durmiendo y de la charla que Sungmin le había dado, Ryeowook había pasado un buen rato meditando, asumiendo todo lo ocurrido desde días anteriores. Ojeaba y leía aquel libro de vampiros tan extraño. Sobre su forma de vida, sobre todo lo relacionado con sus mitades, sobre su comportamiento, incluso los diferentes clanes que había. El sello de uno de ellos le llamó la atención. Una calavera con serpientes. la había visto antes, en sueños, en sus recientes desmayos y en el anillo que Yesung llevaba. Se quedó mirándolo fijamente, curioso, cuando la puerta de la calle se abrió de una sola vez.
-¡Kyu!¡Estás aquí! -Sungmin, feliz y sonriendo, se giró al ver entrar al vampiro, pero se sorprendió cuando vio que tras él, había otro vampiro totalmente desconocido para él. Una vez que ambos se encontraban dentro de la casa y con la puerta cerrada tras ellos, el nuevo vampiro se lanzó sobre Ryeowook, quedando ambos echados sobre el sillón color marfil.
