viernes, 10 de octubre de 2014

(YeWook) One night -Oneshot-


Título del fanfic: One night

Parejas: YeWook (Yesung + Ryeowook)


Tipo: Yaoi.


Género: Lemon

Clasificación: NC-17

Advertencias: Puede considerarse el lemon una violación.

Descripción: YeSung es camarero en un lujoso bar, y una noche, tiene un cliente bastante especial...

Comentario del Autor/a: Este fic le pertenece a una amiga, que ya ha escrito un fic del YeWook y quería dejar este Oneshot lemon.


•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•




La gente entraba y salía del concurrido y elegante local. En aquel lugar, uno de los más caros de la ciudad, no encontrarías una sola persona que no fuera bien vestida. Paredes pintadas de colores claros y adornados con espejos y obras de arte. Sillones, sillas y mesas de tonos oscuros y una barra de mármol negro extendida a lo largo de una de las paredes. Señoras vistiendo sus complementos y vestidos más costosos, acompañadas de sus trajeados maridos. Jóvenes ricos y exitosos ligando con las chicas más hermosas que podrías encontrar. Todo eso y más era lo que YeSung tenía que soportar sábado tras otro tras la barra. Le pagaban bien, no podía negarlo. Pero detestaba a aquella gente y la superioridad con la que le hablaban y miraban. Cada vez que uno de ellos iba a pedirle una copa, tenía la sensación de que de algún modo se estaban compadeciendo de él y pensaban ''Oh, mira ese pobre tipo. Trabajando hasta altas horas por un segundo sueldo mientras nosotros no necesitamos ni uno porque nos salen billetes hasta de las orejas. ‘‘Los odiaba.

Aquella noche estaba resultando ser tan normal como las anteriores. Nada nuevo, nada interesante. Llevaba prácticamente dos horas de pie sirviendo a los clientes y era perfectamente consciente de que le quedaban algunas más por delante hasta poder sentarse y descansar en condiciones. Estaba dejando una de las botellas en el estante cuando una voz desconocida llamó su atención.

-Disculpe... ¿Podría ponerme una copa de lo más caro que tenga? -Preguntó el chico junto con una radiante sonrisa.

YeSung se sorprendió al escuchar el pedido, no pudiendo evitar reír por lo bajo antes de hablar.

-Lo más caro que tenemos es muy caro. -Le contestó, haciendo énfasis en la palabra ''Muy''. No lo decía con la intención de ofender, pero le extrañaba que alguien tan joven cómo se lo parecía aquel desconocido tuviera tanto dinero en su cartera. ¿Cuantos años tendría? ¿19? ¿20? No le echaba más de 25.

-No me importa. -El chico llevó la vista a sus pantalones y coló la mano en uno de sus bolsillos para sacar la cartera y de esta, la tarjeta de crédito.- Puedo pagarlo. -Anunció sosteniéndola en su mano y mostrándosela al mayor de los dos. Se veía tan feliz. Parecía la primera vez que podía permitirse algo de ese precio. Parecía... ilusionado.

YeSung asintió al ver la tarjeta y le dedicó una sonrisa.

-Está bien, enseguida se lo pongo.

Y tras unos segundos el joven tenía frente a él la bebida más cara del local más caro.

-¡Muchas gracias! -Exclamó el cliente.

YeSung frunció el ceño extrañado. ¿Le había agradecido? Vaya. Aquello no se veía mucho en un lugar así. Le sonrió con amabilidad a modo de respuesta y continuó con su trabajo cómo normalmente hacía.
Pasaban los minutos y él seguía sirviendo copas a la insoportable clientela. Y el chico seguía allí, observándolo todo, sentado solo y sin hablar con nadie. Ya había acabado su copa, pero allí seguía. No había vuelto a decir nada. No había pedido la cuenta ni una segunda ronda. Tan solo lo miraba todo cual niño curioso. YeSung no podía evitar estar pendiente de él de vez en cuando. Le parecía tan extraño. En el buen sentido de la palabra, pues era raro ver a alguien así entre esas personas. En cuanto tuvo una oportunidad, se acercó a él para preguntar.

-¿Desea algo más?

-No... Estoy bien así. -Sonrió. Siempre sonreía.

YeSung asintió y giró hacia otro lado, dispuesto a seguir con su tarea. Pero ahí estaba de nuevo su voz para llamar su atención.

-¿Y cómo te llamas?

El mayor tardó unos instantes en reaccionar. Aquello sí que era algo sorprendente. Nadie en aquel lugar se había interesado por mantener una conversación con él. Nunca.

-YeSung... -Le sonrió al ver que él sonreía.- ¿Y tú?

-Me llamo RyeoWook.

-Encantado de conocerte.

-Igualmente.

Ambos chicos se sonrieron. YeSung sabía que tenía que ayudar a sus compañeros, pero por alguna razón que no llegaba a comprender, realmente le apetecía seguir conversando con él. Quizás fuera porque era la primera persona en aquel local que se había animado a hablarle, no darle simplemente ordenes cómo si fuera un robot.

-Y... ¿Has venido solo? -Le preguntó a RyeoWook con bastante interés.

El más joven asintió.

-Sí. Eso es algo que supongo habrás podido comprobar tú mismo.

-Por eso mismo te lo pregunto, porque me extraña.

Mientras hablaban YeSung sostenía una copa vacía en su mano y una botella en la otra. Así si se acercaba el jefe al menos podría disimular y fingir que estaba haciendo algo en vez de ''perder el tiempo'' cómo él lo llamaría. Y mientras los demás camareros tras la barra no le llamaran la atención, no pasaba nada.

-¿Te extraña? -RyeoWook lo miró con cierta curiosidad y una pequeña sonrisa ocupando sus labios.- ¿Por qué?

El más mayor se encogió de hombros y rio levemente antes de responder.

-No sé. Un chico tan joven, con tanto dinero, solo en un sitio así un sábado por la noche pudiendo estar por ahí disfrutando con sus amigos... ¿A ti no te extrañaría?

RyeoWook estuvo un momento en silencio, observándole, analizando sus palabras y pensando una respuesta.

-No. Supongo que ya me he acostumbrado y lo veo hasta normal. -Soltó una pequeña risa una vez dijo esto.

-¿Acaso no tienes amigos? -Bromeó, riendo después de hablar. Entonces se fijó en que la expresión del chico había cambiado a una más seria y se dio cuenta de que seguramente se había pasado y aquello le había molestado. Entonces, llamándose de todo a sí mismo mentalmente, no tardó mucho en disculparse arrepentido.- Lo siento... No debería haber dicho eso ni en broma. Tampoco es algo que me incumba.
RyeoWook, al ver el arrepentimiento en su rostro y palabras, sonrió de nuevo y negó ligeramente con la cabeza.- No importa, de verdad. Tampoco has dicho ninguna mentira.

-Pues a mí me has caído bien. -Soltó YeSung, casi sin pensárselo. Y era cierto. Aquel chico le hacía sentir de alguna manera cómodo.

El menor amplió su sonrisa ante la respuesta del otro.

-Y tú a mí, YeSung.

Se quedaron mirando durante unos instantes, sonriéndose una vez más el uno al otro.

-¿Y por qué no tomas algo conmigo? Tampoco pareces muy ocupado ahora ¿No? -Comentó RyeoWook.

-Me gustaría... Pero si me pillan ya puedo despedirme de esto.

-Va... Solo una copa. -Insistió.

YeSung se mantuvo observándole pensativo y después echó un rápido vistazo a su alrededor. Sí ¿Por qué no? No había señales del jefe y en aquel momento no había demasiada actividad en la barra.

-Bueno, está bien. Pero solo una. -Llenó la copa que tenía en la mano con el contenido de la botella que sostenía en la otra y de paso, rellenó la de RyeoWook.- A esta invita la casa. -Le miró y sonrió con picardía.

-¡YeSung! -Exclamaron desde el otro lado de la barra justo en el instante en el que terminaba de llenarle la copa al menor.- Necesito que vengas un momento.

Se apresuró a esconder su propia copa y girarse hasta el chico que lo había llamado reclamando su ayuda.

- Sí, sí. Ahora voy. -Se volvió de nuevo hacia RyeoWook.- No tardo nada. ¿Vale?

-Vale, te espero. -Murmuró tras asentir un poco con la cabeza y sonreírle.

YeSung tuvo que servir un par de copas antes de poder regresar con aquel chico que tanto le estaba interesando. Aunque no estaba cerca de él, de vez en cuando se distraía mirándole de reojo, allí, sentado tras la barra esperándole. ¿Cómo un chico así podía no tener amigos? Él, desde luego, no le veía nada malo. Todo lo contrario.

Al ver que regresaba, RyeoWook estiró el brazo hasta alcanzar la copa de YeSung y se la tendió con una amplia sonrisa.- Toma, tanto ella como yo te esperábamos impacientes.

-¿Impacientes? ¿Y eso? -Agarró la copa que el otro le había pasado y le dio un trago, pero si mirada seguía fija en el menor. Sus palabras le habían causado demasiada curiosidad.

-Te echábamos de menos. -Contestó RyeoWook antes de dar él mismo un trago a su bebida, sin apartar la vista de él tampoco.

-¿Me echabas de menos? -Respondió, con cierto tono de sorpresa en sus palabras. Eso sí que no se lo esperaba. Pero tampoco le disgustaba.

-Es agradable disfrutar de tu compañía.

YeSung no pudo evitar sonreír al escuchar su respuesta, volviendo a beber un poco más después.

-También lo es disfrutar de la tuya ¿Sabes?

-Me gusta saber eso. -La amable sonrisa que RyeoWook había estado mostrando durante la conversación había cambiado repentinamente a una ladina.

YeSung quedó un momento callado, sin responder. Repentinamente empezaba a sentir un leve mareo que lo descentró durante unos instantes de todo. Pero no le dio ninguna importancia y pensó en seguir hablando y bebiendo un poco más, la cosa empezaba a ponerse interesante y no iba a irse ahora por un mareíllo tonto.
-Eres bastante guapo... -Comentó RyeoWook antes de que a YeSung le diera tiempo a hablar de nuevo.
YeSung sonrió ante el cumplido, pero no dijo nada. El mareo seguía presente y no entendía por qué estaba yendo a más en cuestión de unos pocos segundos. ¿Por qué de repente el ambiente se había vuelto tan extraño? Tuvo que dejar su copa sobre la barra para poder apoyarse con las manos en esta y sostenerse antes de derrumbarse y caer al suelo. Agachó la cabeza y respiró profundamente. ¿Era necesario que su cuerpo lo traicionara así en momentos cómo aquel? Como pudo levantó la vista y la llevó a RyeoWook, quien lo observaba tan tranquilo. Bebiendo de su propia copa y mirándole cómo si nada estuviera pasando. ¿Es que acaso no le veía? Cerró los ojos y respiró hondo una vez más. Aquello no podía ir peor y parecía que al chico no le importaba lo más mínimo. ¿Qué había pasado con el amable joven con el que había estado charlando momentos antes?

RyeoWook se inclinó un poco sobre la barra para acercarse a YeSung, sonriendo cómo si aquello realmente le estuviera divirtiendo. Quería que le escuchara bien cuando le susurrara aquellas últimas palabras, justo antes de que el mayor perdiera el conocimiento y se desplomara contra el suelo.
-Nos vemos al otro lado.



Sus párpados pesaban demasiado y le impedían abrir los ojos. Pero empezaba a tener un poco de consciencia sobre lo que estaba ocurriendo. Notaba que estaba tumbado sobre algo más o menos blando ¿Un colchón? ¿Estaba en una cama? Quizás le habían llevado al hospital, pero... ¿Exactamente por qué? Le costaba recordar lo ocurrido. Intentaba poner sus pensamientos en orden pero todo estaba confuso y borroso. Intentó mover las manos un poco, las sentía dormidas y sus brazos dolían un poco. Entonces fue cuando se percató de que los tenía levantados y no podía moverse. Aquello lo alarmó. Lentamente, sin fuerzas, abrió sus ojos y miró hacia arriba. Pudo ver perfectamente qué era lo que estaba impidiendo sus movimientos. Estaba atado. Con esposas. En la cama de una habitación que no conocía y no, desde luego no parecía la habitación de un hospital. Recorrió rápidamente con la mirada el lugar. Era un dormitorio bastante lujoso. No había nadie cerca de él. Empezaba a asustarse. ¿Qué había pasado exactamente? ¿Por qué no conseguía recordar? Ese chico... ¿Cómo se llamaba? ¿RyeoWook? ¡Sí! Así era. ¿Dónde estaba? ¿Qué había pasado con él? No tardó mucho más en darse cuenta de que se encontraba completamente desnudo. Aquello ya era el colmo. Nervioso, sacó fuerzas de donde pudo y movió sus brazos con más ganas en un intento inútil de deshacerse del amarre de las esposas.

-¡Joder! -Gritó, enrabiado por pura impotencia.- ¡Sea quien sea quien ha hecho esto ya puede venir y sacarme de aquí! ¡Ahora!

Pero sus gritos eran inútiles. Nadie aparecía y él seguía en aquella posición. Insistió un poco más, pero los minutos pasaban y YeSung se cansaba. Empezaba a rendirse y dar por hecho que estaba de verdad solo y nadie aparecería en su rescate. Y ni siquiera tenía fuerzas suficientes para soltarse él mismo por más que lo intentaba. Sus brazos dolían. Todo su cuerpo dolía. Y estaba asustado. Asustado y nervioso.

Entonces se oyó el sonido de una puerta abriéndose. Todo quedó en silencio, incluso él, que en cuanto escuchó el ruido se mantuvo callado, en alerta y mirando hacia el lugar de donde procedía.

RyeoWook apareció por la entrada del pequeño pasillo que había entre la puerta de la habitación de lo que parecía ser un hotel y el dormitorio. Parecía que simplemente vestía una bata de color blanco, atada, con nada bajo esta.

-Ya has despertado, por lo que veo. -Comentó RyeoWook. Sonreía ampliamente mientras dejaba las llaves de la habitación sobre la cómoda que se encontraba frente a la cama.

YeSung era incapaz de reaccionar. Su mirada de sorpresa seguía al menor allá a donde iba, cada uno de sus movimientos, con miedo. ¿Es que se había vuelto loco o qué?

-¿Te gusta? -Preguntó el más joven de los dos, refiriéndose a la habitación donde se encontraban.- Espero que sí. La elegí expresamente para nosotros. ¿No vas a decir nada?

Se acercó a la cama donde YeSung se hallaba tumbado y atado, mirándole sin creer lo que estaba viendo y retrocediendo todo lo que podía permitirse en cuando vio que el otro se acercaba.

RyeoWook rio al ver su atemorizada reacción y se sentó junto a su cuerpo completamente descubierto.

-Vamos, cariño. No tengas miedo. -Extendió un brazo y acercó la mano al rostro de YeSung. Pasó lentamente un solo dedo sobre sus labios y después lo apartó, observando su rostro con diversión.

-¿Qué cojones te crees que estás haciendo...? -Logró finalmente pronunciar el mayor, quien había intentado girar su rostro y apartarlo cuando RyeoWook tocó sus labios. Hablaba con cautela, pero sus ojos mostraban un gran enfado y ganas de patear a aquel tipo en cuanto tuviera la más mínima oportunidad de hacerlo.

El menor simplemente le sonrió cuando escuchó sus palabras. Sin decir nada, se movió hasta colocarse sobre las caderas de YeSung y acomodarse allí.

-¡Eh! ¡Quita de ahí!

YeSung movía desesperadamente su cuerpo de un lado a otro intentando deshacerse del chico y hacerle caer de encima suya, pero era imposible.

RyeoWook rio de nuevo, acto que a YeSung le resultó cuanto menos perturbador. Se inclinó un poco sobre él y colocó con firmeza una mano a cada lado del rostro del más mayor, obligándole a girarlo y mirarle.

-Cuanto más te resistas, peor será para ti. -Murmuró, dejando sus labios peligrosamente cerca de los de YeSung, quien hizo un esfuerzo por girar la cara una vez más.

-Estás loco. Jodidamente loco. -Soltó YeSung con desprecio.

-Todos estamos un poco locos.

La lengua del menor recorrió con lentitud parte de la mandíbula del otro, saboreándolo.

-¿Es que ya no estás tan cómodo con mi compañía? -Mientras hablaba empezaba a repartir pequeños besos a lo largo del cuello de YeSung mientras este hacía lo posible por apartarse.

-Me caías mejor cuando no sabía que tenías cómo entretenimiento secuestrar y violar hombres.

-¿Qué? -Exclamó RyeoWook en cuanto escuchó lo dicho por YeSung, incorporándose rápidamente.- ¿Secuestrar y violar hombres...? -Aquello le pareció tan gracioso que no pudo evitar echarse a reír. No. No era su ''entretenimiento'', cómo había dicho él. Los motivos iban mucho más allá.- YeSung... Sé quién eres. Lo sé todo de ti. Sé dónde vives, donde trabajas, los lugares que frecuentas, la gente que conoces... Llevaba tantísimo tiempo esperando y planeando este momento para poder ser tuyo...

El miedo se instaló una vez más en el cuerpo de YeSung. ¿Cuánto tiempo llevaba siguiéndole? Aquella persona cada vez lo estaba asustando más.

-Habrías ganado más intentando ligar conmigo por el método tradicional y no... Así.

-Pero eso le habría quitado diversión.

-Esto no es divertido.

-No para ti... -Volvió a inclinarse sobre él y a acercar el rostro al de YeSung.- Regálame solo una noche contigo. Después te prometo que podrás irte.

-Ni lo sueñes.

Ambos estaban cara a cara, con sus rostros a escasos centímetros el uno del otro. RyeoWook se había acercado tanto a él que sus labios casi podían rozarse.

-Si no quieres... Tengo otros métodos para convencerte. -Susurró sobre los labios del otro, sin apartar la vista de sus ojos.

-No lo conseguirás... -Le contestó YeSung, aguantándole la mirada.

-Eso ya lo veremos.

Se levantó de encima de él y se bajó de la cama. El mayor no podía hacer otra cosa más que observar lo que estaba haciendo y ver cómo se acercaba a una de las mesitas al lado de la cama y cogía una pequeña pastilla blanca.

-¿Qué piensas hacer con eso? -Preguntó alarmado.

RyeoWook simplemente se acercó a él, volvió a sentarse a su lado y sin darle tiempo a YeSung para reaccionar, con la mano libre agarró la nariz del mayor y la tapó para impedirle respirar por ahí y obligarle a abrir la boca. Al no esperárselo, YeSung lo hizo casi de inmediato y el menor coló la pastilla entre sus labios con rapidez, usando ahora la otra mano para taparle la boca y así evitar que la escupiera.

-Si no te la tragas será peor.

Los ojos de YeSung lo miraban suplicando que se detuviera mientras movía la cabeza a ambos lados intentando apartar sus manos y lanzar aquella pastilla lejos de él. Pero estaba débil y RyeoWook no parecía desistir. Al final, se rindió. Suponía que tampoco tenía más remedio que hacerlo y que pasara lo que tuviera que pasar después. Clavó su mirada en la de RyeoWook y lo miró con odio al tragar. No quería ni imaginarse las cosas que podría ser capaz de hacer si no obedecía. Lo había secuestrado, desnudado, atado, drogado, amenazado, seguido y pensaba violarlo. ¿Qué más podría hacer? Prefería no saberlo.
RyeoWook no apartó inmediatamente la mano de su rostro. Antes de retirarla le proporcionó una suave caricia en una de sus mejillas con las yemas de sus dedos.

-Bien... ¿Ves? Tampoco ha sido tan malo. -Sonriendo orgulloso, se inclinó un poco hacia él y dejó un beso sobre sus labios antes de que YeSung pudiera reaccionar y apartarse.- Vendré cuando estés más tranquilo y reflexiones mejor sobre mi propuesta. -Se levantó de la cama y sin decir ni una sola palabra más ni girarse para mirarle siquiera, se metió en el baño.

De nuevo solo. Los minutos pasaban y RyeoWook no salía del baño. Había intentado liberarse varias veces más, pero era imposible. Y empezaba a notar de nuevo aquel extraño mareo. Seguramente sería aquella odiosa pastilla. Pero esta vez la sensación era menor y no crecía tan rápido. Más que mareado estaba adormecido.

-He bajado un poco la dosis para que no pierdas el conocimiento de nuevo. Te necesito despierto. -Se escuchó a RyeoWook desde la puerta, observándolo atentamente.

-Detente ya con esto... Por favor... -Murmuró YeSung cómo pudo, luchando por mantener sus ojos abiertos.

-Te dije que tenía otros métodos. -Sonrió ampliamente y se acercó de nuevo a la cama. Por el camino, desató en nudo de su bata y la dejó caer al suelo, quedando él completamente desnudo al igual que el otro.- Deberías haberme hecho caso y no resistirte tanto desde un principio. -Se deslizó sobre la cama para quedar de nuevo sobre él.- Y quien sabe... Quizás no te habrías arrepentido después. -Se acomodó una vez más sobre sus caderas, sentándose sobre su miembro.- Además, sé que aunque ahora lo niegues, te gusto. ¿O crees que no me he dado cuenta de cómo me mirabas en el bar? -Mientras hablaba dirigía sus manos al torso del mayor, acariciándolo lentamente y disfrutando del contacto directo con su piel.

-¿Y por qué no simplemente dejaste que surgiera...? Si lo sabías... Nada de esto era necesario... -Ya ni siquiera tenía fuerzas para intentar resistirse. No tenía otra que dejarse hacer hasta que el efecto pasara de nuevo. Pero entonces ya podría ser muy tarde. Y realmente no lo entendía. ¿Por qué? ¿Por qué hacerle eso si tan seguro estaba de que le atraía? Todo podría haber sido muy diferente si no hubiera actuado así.
-Me gusta, simplemente. Cada uno tiene sus fantasías y tenerte así por mí es la mía.

YeSung se removía levemente bajo el otro mientras sentía sus manos bajar lentamente hasta su vientre. Había acabado cerrando sus ojos e intentaba concentrarse en cualquier cosa que no fuera RyeoWook y sus insistentes caricias. No quería que su cuerpo acabara traicionándolo nuevamente.

-¿Así...?

El menor sonrió cuando YeSung preguntó. Se echó hacia delante un poco más y acercó los labios a uno de los oídos del otro, susurrando.- Suplicándome que pare... Pero al mismo tiempo jodidamente cachondo y deseando más. Quiero ver cómo, aunque lo intentes, no puedes resistirte a mí.

Levantó la cadera, separándose así un poco del cuerpo del otro para que nada le estorbara cuando bajó aún más una de sus manos y alcanzó con ella el miembro de YeSung. Lo rodeó con una de sus manos y empezó a masajearlo con movimientos suaves y lentos. Quería que se desesperara y verle contradecirse a sí mismo. Que lo deseara pero al mismo tiempo, lo evitara.

YeSung respiró con profundidad al sentir aquellos toques en su miembro. No. No estaba bien. Lo que le hacía no estaba nada bien. Pero estaba empezando a excitarse y nada podía detenerlo. Solo le quedaba suplicar.

-Para... Por favor... No me hagas esto...

El menor sonrió de nuevo con orgullo al escuchar sus súplicas y a la vez notar cómo el miembro del otro se iba endureciendo bajo su mano. Estaba consiguiendo lo que quería y aquello estaba haciendo en él mismo un gran efecto. Aún con los labios pegados a su oreja, los entreabrió y con la lengua empezó a lamer el lóbulo, mordisqueándolo también de vez en cuando. YeSung luchaba por resistirse pero no había forma de lograrlo. Trataba de mantener su concentración en otras cosas, pero sus caricias, su lengua... Era demasiado. Y lo fue aún más cuando la mano del más joven rodeó la extensión de su miembro y empezó a masturbarlo con aquella desesperante lentitud. Trató de evitarlo, pero un suspiro escapó de sus labios al sentirlo.

-¿Y tú eras el que no quería? -Se burló RyeoWook.- ¿A quién pretendes engañar? Mírate... Estás tan caliente y la tienes tan dura...

-Eres... asqueroso. -Susurró el más mayor, girando el rostro hacia el de RyeoWook para poder mirarle con desprecio.- Déjame en paz...

RyeoWook negó y se incorporó un poco, apartando la mano de su miembro y dejando de masturbarlo. El otro agradeció aquello. Pero sabía que la cosa no iba a acabarse allí y aquello le preocupaba.

-¿Qué haces ahora...? -Preguntó el mayor al verle moverse de nuevo por la cama, levantando su cabeza un poco para poder seguir bien sus movimientos.

Su cabeza volvió a caer sobre la almohada y sus ojos se cerraron en cuanto notó la húmeda y cálida lengua de RyeoWook recorrer la extensión de su miembro. ¿Por qué se sentía tan bien? Movió levemente su cadera para intentar esquivarlo pero una de los brazos del menor se posó sobre esta, sujetándolo e impidiendo que se moviera.

-No sigas... -Susurraba. Pero de nada le servía. Ya no había forma de volver a atrás.

RyeoWook levantó la vista hasta su rostro y esbozó una ladeada sonrisa. Le encantaba ver sus reacciones. Se sentía tan poderoso teniendo a aquel hombre a su merced de aquella forma. Desvió la mirada para dirigirla ahora hasta el miembro que tenía frente a su propio rostro, mirándolo con descaro. Repartió un par de besos a lo largo de la extensión, acabando en la punta, rodeándola delicadamente con los labios y succionando. Se lo estaba pasando demasiado bien, y sentir a YeSung retorcerse de placer y desesperación bajo él a pesar de su insistencia porque se detuviera, le estaba calentando de sobremanera y provocando que él mismo acabara excitado y deseando más de su cuerpo. Con la mano libre rodeó esta vez sus testículos y empezó a estimularlos de la misma forma que había hecho antes con su miembro, mientras con la lengua seguía encargándose de darle placer. YeSung suspiró de nuevo y se estremeció bajo lo que le hacía.
En un último intento por liberarse de aquello, movió sus caderas con toda la fuerza que podía permitirse en aquel estado y alejó su entrepierna de RyeoWook, quien levantó la mirada de nuevo para poder observar su cara en cuanto el mayor hizo aquel movimiento. Lentamente se incorporó y volvió a poner la cabeza a la altura de la de YeSung, sonriéndole divertido.

-¿Aún intentas resistirte? Admite de una vez que quieres follarme cómo un animal. O haré que me folles. Vas a acabar haciéndolo quieras o no. -Al decir esto, con un tono amenazador, con una sola mano agarró el rostro de YeSung y se lo giró dirección al suyo propio, obligándole a mirarle.

YeSung no dijo nada en respuesta a aquello. ¿Quería? No. Por supuesto que no. No al menos en aquellas condiciones... Con lo cual ¿Seguro que no lo estaba deseando? Desde luego su cuerpo no decía lo mismo. Se sentía completamente excitado y su miembro le exigía más de la atención del menor. En su interior algo le decía que no debía aceptar y dejarse llevar así. Que RyeoWook no lo merecía después de lo que le había hecho pasar y que debía estar muy enfadado con él. Pero joder, cómo deseaba partirlo en dos a embestidas.

Al no recibir respuesta y cansándose de esperar, RyeoWook no vio más opción que la de actuar por sí mismo. Se movió hasta colocarse de nuevo encima de él, dejando una pierna apoyada a cada lado de las caderas del más mayor, de forma que su trasero quedaba justo encima del erecto miembro de YeSung. Apoyó una de sus manos sobre la cadera del mayor y la presionó contra la cama para evitar que se moviera y dirigió su mirada a los oscuros y sorprendidos ojos del otro, observándolos con lujuria.

Pero... No le detuvo. El deseo había vencido a la razón y no se lo impidió. Ni siquiera hizo el intento de moverse para alejar la punta de su miembro de la entrada del menor cuando este la acomodó allí él mismo, dispuesto a hacer que le penetrara. RyeoWook sonrió al darse cuenta de que no iba a pararle.

-Te lo dije. Estás deseando hacerlo ¿Verdad? -Sin apartar la mirada de sus ojos, no pudo evitar morderse él mismo el labio inferior, excitado ante el roce en aquella delicada parte de su cuerpo.- Y sin prepararme ni nada... Seguro que estoy deliciosamente estrecho.

La poca cordura que le quedaba a YeSung se perdió con aquellas palabras. Sí. Definitivamente sí. Lo estaba deseando. Aquel chico lo había calentado de tal manera que sería imposible negarlo a aquellas alturas. Ya le daba completamente igual todo. Lo iba a hacer. Iba a hacerlo suyo y lo que viniera después ya no le importaba. Y el modo en el que se había mordido el labio, y la excitación con la que había pronunciado aquello... Ahora era él quien se estaba volviendo loco.

-Hazlo. -Ordenó, sin pensárselo más.- Hazlo ya. Haz que te folle cómo nunca te lo han hecho y desaparece de mi vida.

A decir verdad, RyeoWook no se esperaba aquello. Y le gustó. Le pudo la desesperación y rudeza con la que YeSung le había pedido que lo hiciera. Y sin poder controlarse ni un instante más, bajó sus caderas, provocando que se adentrara en él, con algo de dificultad, pero de una sola vez. Cómo era de esperar, le dolió. Soltó un gemido a causa de esto y se detuvo una vez el miembro del otro había penetrado en él por completo. Necesitaba acostumbrarse un poco. Pero YeSung no pensaba ser bueno con él después de todo. Y sentir su miembro tan apretado en aquel cálido lugar estaba haciéndole perder la cabeza. Así que sin aviso, movió un poco sus caderas, provocando que RyeoWook levantara las suyas y le hiciera salir un poco para después, darle una fuerte estocada que hizo gemir al menor con fuerza y sorpresa.

Tras esto RyeoWook tampoco pudo contenerse más. Aquella sensación había sido demasiado placentera. Dolorosa también, cierto. Pero placentera al fin y al cabo. Al principio con cuidado, comenzó a mover sus caderas de arriba hacia abajo, provocando con aquellos movimientos que el miembro de YeSung entrara y saliera de su cuerpo, aunque no por completo. Sus labios no tardaron en mantenerse entreabiertos en todo momento, soltando suspiros y jadeos de puro placer al sentir la forma en la que se deslizaba en su interior.
-Es mejor de lo que había imaginado... -Pensó en voz alta entre suspiros, casi sin darse cuenta. Aquello hizo sonreír a YeSung con orgullo, quien acompañaba a los movimientos de su cadera con los suyos propios, recibiendo ahora encantado todo el placer que le estaba provocando.

No tardó en aumentar la velocidad, moviéndose con más ganas, una vez tras otra, sin parar. Apoyó las manos en el torso del más mayor, clavando los dedos y pasándolos por su piel, gimiendo de vez en cuando, extasiado.

YeSung estaba dispuesto a dejar salir su instinto más animal con él. Ya casi había olvidado por completo todo el miedo que le había hecho pasar hace menos de una hora. Ahora simplemente se dejaba llevar por todas aquellas sensaciones tan excitantes y placenteras. Flexionó un poco sus piernas, apoyando los pies sobre el colchón para darse más impulso y poder moverse con más comodidad y fuerza. Fuerza... ¿El efecto de la pastilla estaba pasando? Ya le daba igual. Ahora solo tenía en mente la imagen que RyeoWook le estaba ofreciendo, sobre él, gimiendo con aquellas expresiones tan tentadoras y la sensación de tener su propio miembro entrando y saliendo de entre sus glúteos.

Los gemidos de RyeoWook se hacían más sonoros y profundos conforme la velocidad y la intensidad de las embestidas aumentaban. Si seguía así no aguantaría mucho más y acabaría por llegar a un orgasmo que era prácticamente inminente. Y así fue. Tan solo un par de estocadas más tarde sintió que por su cuerpo recorría una fuerte descarga de placer que acabó en un intenso orgasmo, manchando el torso del otro con su esencia.

Al sentir los músculos de la entrada del menor contraerse de aquella forma tan placentera alrededor de su miembro en cuanto terminó, él mismo acabó llegando también y marcando a RyeoWook cómo suyo al terminar en su interior, acompañando al orgasmo con un profundo y prolongado jadeo.



-¿Me vas a soltar ya? -Insistió YeSung, mirando de reojo a RyeoWook quien estaba recostado a su lado sobre la cama, observando el techo con una boba sonrisa y perdido en su mundo.- Eh, te estoy hablando.
El menor reaccionó a sus palabras y giró la cabeza en su dirección para mirarle, con expresión pensativa.

-¿Vas a hacerlo o no? Ya tienes lo que querías. Ahora cumple con tu parte. -Se estaba desesperando. Llevaban así minutos y él aún seguía con las manos atadas a la cama.

-¿Por qué debería hacerlo? -Dijo finalmente RyeoWook.

Los ojos de YeSung se abrieron bastante, sorprendidos. ¿Qué? ¿Cómo? ¿Qué quería decir exactamente con eso?

-RyeoWook, suéltame ya y deja que me vaya. O esta vez serás tú quien lo pase muy mal.
Sin decir nada, RyeoWook se levantó de la cama de un salto y se acercó a una maleta que había junto a la cama. Se agachó para rebuscar en ella y sacó algo de ropa para vestirse ante la atenta y preocupada mirada de YeSung.

-¿Qué te crees que estás haciendo?

No creía lo que estaba viendo. ¿En serio? ¿En serio iba a irse y dejarle allí?

Cuando terminó de vestirse, cerró de nuevo la maleta y la cogió con una de sus manos. Se acercó a una de las mesitas y recogió la cartera, el móvil y cualquier prueba que le incriminara.

-Lo siento... -Se giró hacia YeSung, quien permanecía atado y sin ropa.- Pero no puedo arriesgarme. No te preocupes, te acabarán encontrando. -Le sonrió y rápidamente se agachó para dejar un besito sobre sus labios. YeSung le miraba perplejo.- Me lo he pasado muy bien. -Amplió su sonrisa aún más.- Pero ahora tengo que irme. Quizás algún día volvamos a vernos.

Dicho esto le guiñó un ojo junto con una radiante sonrisa, cogió sus cosas y desapareció por la puerta de la habitación para no volver.

Y allí quedó YeSung. Sin saber qué decirle antes de que se fuera. Sin saber qué pensar de todo lo que había ocurrido aquella noche. Extremadamente confundido, atado, desnudo y sin poder hacer otra cosa más que esperar a que alguien apareciera y se lo encontrara... así.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Tus comentarios son importantes para que el blog siga creciendo!