lunes, 24 de julio de 2017

(TaeHyun) Teach Me -Oneshot-



          Título: Teach Me

          Personajes: TaeHyun ( TaeHa + JoHyun ) [Berry Good]

          Tipo: Yuri

          Género: Fluff | AU

          Clasificación: G/PG

          Descripción: Johyun está estudiando la carrera de económicas y necesita una beca para poder seguir estudiando. Sin embargo, un examen suspenso se pone entre ella y su beca, y necesitara de un profesor que le ayude a recuperar ese examen...

          Advertencias: Ninguna. ^^

          Notas: Berry Good es un grupo muy poco conocido pero que con su canción Don't Believe me ganaron por completo. Por eso mismo quise escribir algo de ellas y así puedo darlas un poco a conocer ¡espero que os guste!

          Tenía un problema muy grande. Entre sus temblorosas manos sostenía su último examen y para colmo, estaba suspenso. Después de haber estudiado durante días, pensaba que estaría aprobado. Pero lo que tenía ante ella era un suspenso.

          -¿Qué voy a hacer ahora? No me van a dar la beca... -murmuró para sí misma completamente derrotada. Quería patalear, gritar, llorar y odiarse a sí misma.

          -Solo tienes que presentarte a la recuperación, no hay más -le dijo su compañera que al parecer estaba más pendiente de lo que la rodeaba que de lo que tenía que estar.

          -Voy a tener que estudiar muchísimo. Moriré.

          -Pues no se va a acabar el mundo porque hayas suspendido -parecía muy tranquila, lo que levantó sospechas en Johyun. Echó un disimulado vistazo al examen de su compañera. Suspenso también.

          -Yo no tengo la suerte de tener unos padres que se encarguen de pagarme la matrícula -susurró con una mueca de desagrado ante su pasividad.

          -Es lo que tiene ser la mejor -y con unos desbordantes aires de superioridad, su compañera se marchó, mientras Johyun le hacía burla imitándola con una voz muy cursi y repelente.

          Tenía ganas de golpearla a pesar de que tuviera toda la razón. Era una chica sin suerte, pero lo compensaba con esfuerzo y dedicación. No había más remedio que presentarse a esa recuperación y sacar el examen, pero no le iba a resultar muy fácil.

          Necesitaba a alguien de apoyo, así como un profesor que le explicara un poco mejor todo el temario para que pudiera entenderlo de una vez y conseguir recordarlo con perfección cuando fuera a hacer la recuperación ¿pero quién podría darle clases de la asignatura más complicada de toda la facultad de económicas?

          Sin ganas de nada, Johyun se fue de la clase. Se dedicó a pasear por los pasillos sin rumbo alguno, como alma en pena. Su mente estaba nublada, no era capaz de pensar con total claridad. Suspender la estaba martirizando. Con todo lo que se había esforzado y ahora se resumía en un estúpido suspenso.

          Acabó frente a un panel lleno de un sin fin de papeles sin saber cómo. Allí era donde los propios alumnos colgaban diferentes anuncios o carteles. Desde pisos que se compartían hasta la venta de apuntes. Tal vez entre todos esos anuncios encontraría alguno que vendiera unos buenos apuntes de su asignatura. Pero por desgracia, Johyun no encontró lo que estaba buscando. O eso pensaba hasta que su mirada se topó con una pequeña nota semi oculta entre las que la rodeaban.


"Profesora particular para las asignaturas del tercer curso de economía"


          Junto con el mensaje había un número de teléfono y un correo electrónico. Corriendo, sacó su propio teléfono y marcó el número de la susodicha profesora. Ni siquiera se había detenido a planteárselo, directamente se lanzó a ello.

          -Hola -escuchó una voz femenina al otro lado de la línea después de varios toques.

          -Hola ¿eres tú la chica que da clases de asignaturas del tercer curso del grado de económicas? ¿Podrías ser mi profesora para la asignatura de la profesora Kim? -de los nervios cogió velocidad hablando, tanto que la otra se tomó unos segundos para procesar sus palabras.

          -Sí, soy yo. Y también podría darte el temario de esa profesora en concreto.

          -¡Perfecto! ¿Dónde nos vemos? ¿Cuando podemos quedar? ¿Cuando te viene bien a ti? -Johyun no se percató que sus ansias estaba descolocando a la otra chica, de la cual no sabía ni su nombre-. Por cierto ¿cual es tu nombre?

          -Mi nombre está en el anuncio que imagino que habrás visto.

          Johyun terminó de leer el anuncio. Ponía el nombre de la chica tal y como le había indicado justo antes de sus datos de contacto. Taeha.

          -Vale, lo siento, Taeha. Es que no pensaba que fuera a encontrar a alguien que me pudiera ayudar con esta asignatura.

          -No pasa nada, entiendo tu comportamiento. Mándame tu horario para que vea cuando tienes libre por correo y ya te avisaré cuando nos podemos ver. Lo más seguro es que sea en tu Universidad ¿te parece bien o tienes algo que decir más?

          -¡Sí, sí! Yo ahora mismo te lo envío y espero paciente tu respuesta.

          -Vale, pues voy a colgar ¿sí?

          Johyun cerró la llamada casi a la misma vez que Taeha. Estaba tan contenta de haber encontrado a alguien que la pudiera ayudar que se olvidó completamente de donde estaba cuando comenzó a dar saltos y voces de alegría. Se detuvo avergonzada cuando un chico que pasaba por allí la miró mal, como si estuviera loca. Y entonces fue cuando se puso a buscar su horario entre las imágenes de su móvil. Recordaba haberlo fotografiado en algún momento para tenerlo a mano cuando lo necesitara.

          En cuanto dio con la imagen, se la envió a Taeha al correo electrónico que indicaba en el anuncio. Johyun se impacientaba. No dejaba de recargar su bandeja de entrada esperando su respuesta. Era consciente que aún debía verlo y cuadrar su tiempo con el de ella, pero hasta que no cerrase una cita segura con la profesora, no se quedaría tranquila. No fuera a ser que cualquier cosa lo estropearse. Eso le daba pavor. La ayuda de Taeha la necesitaba sí o sí.

          Los siguientes minutos pasaron como hora, pero al final acabó recibiendo una llamada de Taeha.

          -Ya he podido ver que tenemos algunos ratos libres cada día. Tendría que ser por la tarde ¿tres horas? De lunes a viernes ¿qué opinas? -escuchó la voz de Taeha firme y decidida.

          -¡Perfecto! ¿Y podemos empezar mañana como muy tarde? -preguntó impaciente.

          -Sí, claro. Mañana iré a la biblioteca de tu Universidad. Llevaré un jersey rosa con un gran corazón morado, para que me reconozcas. A las 4 de la tarde.

          -¡Muy bien! ¡Ahí estaré! -y sin querer, Johyun colgó la llamada.

          Ahora sí que estaba contenta. Muchísimo. Parecía que era algo serio, que no habría problemas. Con una enorme sonrisa de oreja a oreja, Johyun volvió a su casa casi dando pequeños saltitos. Había suspendido, sí, pero ahora tendría una profesora para ella sola que le enseñaría bien para poder aprobar.


***


          ¿Y si no le gustaba? ¿Y si ella era una alumna tonta? ¿Y si no era demasiado buena la profesora? ¿Y si era una tomadura de pelo? Ahora Johyun no estaba demasiado segura de la decisión que tomó el día anterior sin pensarlo. Comenzaba a dudar, a plantearse no aparecer en la cita con Taeha. Pero había dicho que iría y no estaba bien dejar plantado a alguien.

          Lo mejor era aparecer, decirle que no estaba muy segura de seguir con esto adelante y no pasaría nada ¡pero le daba mucha vergüenza! ¿Y si directamente no aparecía? Haría como que se olvidó o que se había puesto mala. Aún no había llegado a la biblioteca, por lo que tenía la oportunidad de darse media vuelta y regresar a casa o esconderse en algún lugar. Johyun estaba muy confusa.

          Indecisa aún, llegó hasta la puerta de la biblioteca. Dudaba si entrar o no ¿Taeha estaría ya dentro esperándola? Por suerte le dijo como iría vestida, por lo que no tendría problema alguno en dar con ella. Como si fuera una espía, se pegó a la puerta de la biblioteca y se asomó por los pequeños cristales que tenía.

          En un principio no vio nada, pero entonces un jersey rosa le llamó la atención. Llevaba un corazón morado sobre su pecho. Esa era Taeha. Escondida, se asombró. No era para nada lo que se esperaba, o por lo menos lo que su voz transmitía. Era una muchacha muy guapa, con un rostro muy simpático y parecía tener una edad cercana a la suya.

          Tal vez no le fuera tan mal... Johyun tomó aire. Ya había tomado una decisión. Al menos se presentaría ante su profesora, a la cual había hecho ir hasta allí en un arrebato suyo de locura.

          Cuando entró en la biblioteca sintió que el suelo temblaba bajo sus pies. Sentía miles de ojos puestos en ella. Pero nadie estaba pendiente a Johyun, no era más que una sensación que provocaba la vergüenza de la situación. Aun así no estaba del todo cómoda.

          -Ho-hola... Soy Johyun, la chica que te llamó ayer... -murmuró muy bajito al llegar frente a Taeha. La chica se encontraba sentada en una de las amplias mesas de estudio con algunos cuadernos abiertos sobre esta.

          -Ah, sí. La insistente en que el diera clases de la asignatura de la profesora Kim. Siéntate -le dijo con una voz amable. Johyun estaba muy nerviosa, no sabía qué decir, por lo que se limitó a sentarse a su lado como le estaba indicando.

          -Mira, aquí tienes los apuntes que tengo sobre su asignatura -ante Johyun, Taeha puso una serie de cuadernos. Con una mano le indicó que le echara un vistazo, y así lo hizo.

          Conforme iba pasando las páginas, Johyun iba quedando alucinada. Estaban perfectos, no faltaba ni el más mínimo detalle. Eran los mejores apuntes que había visto en su vida. Bien ordenados y muy claros. Qué maravilla.

          -¿Sabes que si los vendes te puedes sacar bastante dinero? -le comentó Johyun, pasando de un cuaderno a otro.

          -Si los vendiera perdería completamente todo el negocio. Además, me ha llevado mucho trabajo tenerlos así, no me hace gracia que acaben por toda la Universidad y la gente los tenga sin mucho esfuerzo. Una cosa es enseñar con ellos, y otra es venderlos -Taeha tenía toda la razón. A ella no le gustaría tampoco que sus apuntes que tanto le había costado tenerlos acabaran sin más por todo el mundo.

          -Me parece muy buena idea ¿es que ya has cursado esta carrera? -se atrevió a preguntar.

          -Sí, y mientras estoy en un trabajo a media jornada por las noches, doy clases por la tarde. A la mañana duermo -Taeha rebuscó entre sus papeles, hasta que dio con uno que le mostró-. Estas son mis tarifas, miratelas. El día de hoy es gratis completamente.

          Johyun siguió fascinada con la chica. Era muy barato para lo que ofrecía. Tanto que hasta ella misma podía costearselo con su trabajo en la cafetería. Ante ella apareció esa asignatura suspensa y la beca que necesitaba para cursar el siguiente año. Tal vez la única opción que tenía para salir adelante eran las clases con Taeha.

          -Vale, de acuerdo. Me parece bien cada día de lunes a viernes tres horas. Enséñame, Taeha -confirmó segura de lo que estaba diciendo. Esta vez no era una decisión precipitada. Estaba completamente segura de lo que estaba haciendo. Quería que Taeha le enseñara.


***


          Sinceramente Johyun no se había esperando que el tiempo hubiese pasado tan rápidamente. Tres semanas después de haber estado dando clases con Taeha, había hecho el examen de recuperación de esa dichosa asignatura. Y ahora se encontraba plantada ante la puerta del aula. Allí habían colgado una lista con las notas de la recuperación.

          Podía decir que llevaba cerca de cinco minutos plantada ante la lista pero no había sido capaz de buscar su nombre ¿y si estaba suspenso? ¿qué pasaría con ella? Johyun apretó los puños. No había marcha atrás ahora. Taeha le había dicho que le iría bien, y ella lo hizo bastante bien ¿cual era el problema? Además, necesitaba aprobar… No solo por la beca o los estudios, necesitaba que Taeha cumpliera una promesa que le hizo antes de ir a hacer el examen.

          Tragando saliva, por fin fue capaz de levantar la mirada y buscar su nombre y ver su nota... ¡estaba aprobada! ¡y con nota! Johyun contuvo un grito de felicidad. ¡No se lo creía! ¡Lo había conseguido! ¡Taeha tenía que saberlo!

          Corriendo como una loca, Johyun se recorrió la facultad hasta la puerta, donde su ex profesora particular la estaba esperando. Casi lloraba de alegría al recordar que estaba aprobada, y fue de alegría que cuando vio a Taeha se lanzó a abrazarla.

          -¡He aprobado! ¡He aprobado! -gritó Johyun, estrechándola entre sus brazos-. ¡Y todo gracias a ti!

          -¡Enhorabuena! Pero tú también has tenido parte en esto, que yo no he sido quien ha hecho el examen -Taeha la abrazaba con una amplia sonrisa posada sobre los labios.

          Lo cierto es que ambas se habían vuelto muy cercanas durante sus clases. Tres horas al día, cinco días a la semana y durante tres semanas, había hecho mucho. Incluso esa maravillosa promesa que cambiaría sus vidas.

          -Y ahora... ¿somos novias? -preguntó Johyun avergonzada al recordar la promesa que le hizo Taeha para que fuera con más ánimos a hacer el examen.

          -Eso parece ¿no quieres?

          -¡Claro que quiero!

          Ambas chicas se fundieron en un abrazo de nuevo, esta vez un abrazo cariñoso. La promesa había surgido en un momento en el que se acariciaban las manos en una de las sesiones de estudio. Unas caricias íntimas y tímidas. Johyun decía que no se veía capaz de aprobarlo y Taeha le prometió que si aprobaba, serían novias con el fin de motivarla.

          Y ahora que Johyun estaba abrazada a la otra chica no sabía que le causaba más alegría. Haber aprobado de una vez esa dichosa asignatura y poder conseguir la beca que le permitiría seguir estudiando o hacerlo y con una maravillosa novia además. Sin duda le hacía mucho más feliz que Taeha ahora fuera su compañera de buenos y malos momentos que solo su profesora a la que tenía que pagar para poder ver.

          Cogidas de la mano y contentas, Taeha y Johyun se marcharon del campus a celebrar que la menor hubiera aprobado y que comenzaban una bonita relación ¿duraría? Eso no podían saberlo, pero ambas esperaban que durara por mucho tiempo.


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