Notas: ¡Hola! Aquí os dejo un nuevo capítulo de este fanfic que poco a poco llega a su fin, pero no sin que antes pase lo que más estábamos esperando. e_e
Tenía que ser una mala broma. De todas las personas para tener de compañero había tenido que ser precisamente él.
Había conseguido un buen trabajo en una nueva empresa alemana que buscaba expandirse en su país. Creyó que debido a su falta de experiencia no iba a conseguir el puesto, pero por suerte había sido seleccionado y esa misma mañana empezaba con ilusión y ganas de comerse el mundo. Todas esas ganas se habían marchado volando por la ventana al ver a JongWoon sentado cerca de su mesa.
Su relación se había enfriado en los últimos meses debido a aquella pequeña discusión y la decepción del mayor respecto al rumbo que iban a tomar las cosas. Los dos habían intentado acercarse al otro, pero siempre todos sus intentos acababan siendo una situación incómoda para ambos.
Teniendo en cuenta el mal momento por el que estaban pasando... ¿cómo iba a poder ir a trabajar tranquilo sabiendo que iba a verle prácticamente todos los días e iba a pasar tantas horas junto a él?
El solo hecho de tenerle cerca le ponía nervioso y lo peor era no comprender el motivo. Cuando miraba a JongWoon se sentía extraño y cuando notaba que él era el observado, se inquietaba aunque luchase por ignorar esa insistente y profunda mirada sobre su cuerpo. Pero no, no comprendía por qué.
"Hay una cuenta pendiente entre nosotros" le dijo el mayor una vez, semanas atrás. Y quizás, tras pensar y pensar en ello, tuviera razón. Puede que entre ellos hubiera algo sin revolver que le estaba comiendo por dentro y por eso se sentía así, pero no podía evitarlo.
El día terminó sin apenas hablar con él, lo cual no le hizo sentir bien al regresar a casa. Sabía que JongWoon tampoco estaría cómodo con esa situación, pero ya lo habían intentado muchas veces... Esa amistad había dejado de ser pura. Los sentimientos habían interferido y eso había creado problemas irremediables entre ellos.
Pasaron alrededor de dos semanas más en las que RyeoWook se enteró de cotilleos realmente interesantes gracias a otros compañeros de trabajo. Al principio no había querido creerlos, pero no tardó mucho en ver las pruebas por sí mismo.
JongWoon estaba liado con nada más y nada menos que la joven y adinerada jefa, esa alemana estirada que había venido a encargarse de la empresa familiar en su país. El rumor se extendió rápidamente por la empresa hasta llegar a sus oídos y un día, les vio. Les vio besarse frente a sus narices cuando pensaban que nadie les estaría viendo. Desde ese momento había decidido que no iba ni a dirigirle el saludo ¿cómo se podía caer tan bajo? ¿Pensaba ganarse un aumento a base de polvos? Estaba realmente molesto y decepcionado con él.
Días más tarde se supo que esa relación había empezado antes de formar la empresa y que la pareja no se había conocido allí, sino que JongWoon ya había entrado a trabajar teniendo algo con ella. No sabía qué era peor, pues eso significaba que allí solo era un enchufado y que de otra forma quizás no habría conseguido el puesto en el que se encontraba.
No estaba enfadado con él por tener novia pues le había dicho incontables veces que hiciera su vida, pero al pensar en eso algo le revolvía el estómago. Sobre todo si se tenía en cuenta como habían sucedido los hechos ¿no podía haberse buscado a otra persona? Alguien ajeno a él, a quien no tuviera que ver contoneándose frente a todos día sí y día también, pavoneándose como una estúpida y para colmo, tener que obedecerla sin rechistar.
Cada vez que ella pasaba frente a sus mesas y les veía mirarse se ponía enfermo. Le costaba concentrarse teniendo que aguantar eso. Más de una vez su imaginación le jugaba malas pasadas, mostrándole imágenes de las que no quería saber nada. Esa tipeja y JongWoon, en el despacho de ella ahí haciendo sus sucias cosas... qué asco le daba pensar en eso y qué rabia sentía al no poder evitarlo.
¿Pero por qué luego le miraba a él? Eso era lo que más le confundía. Estaba saliendo con ella, todo la maldita empresa lo sabía ¿por qué luego le descubría mirándole a él varias veces al día o de vez en cuando le sonreía de esa forma tan encantadora? Actuaba como siempre había hecho aun teniendo algo con esa mujer...
Una mañana el teléfono vibró sobre el escritorio, haciéndole desviar la atención de sus obligaciones. Lo cogió desinteresado y sin tener pensado responder a quien fuera, solo leerlo. En cuanto vio el contenido del mensaje cambió totalmente de parecer y el corazón le dio un vuelco.
“Ven al almacén de la segunda planta, por favor... te estaré esperando aquí hasta las dos. Necesito hablar contigo”
¿Quién se creía que era para citarle de esa forma? Se había pasado toda la mañana volviéndole loco con sus miradas y ahora eso.
“Estoy trabajando. Mi novia no es la dueña de la empresa y no puedo hacer lo que me de la gana como tú, así que no me molestes”
Bufó molesto, intentando centrarse de nuevo en la pantalla del ordenador que tenía frente a él. JongWoon era un descarado. Rápidamente recibió una respuesta.
“Wook... vamos a dejarnos ya de tonterías ¿vale? Te echo de menos...”
Ni respondió. No pensaba darle el placer de obedecerlo igual que tenía que hacer con la otra, así que simplemente dejó el teléfono a un lado y siguió con su trabajo. Pero por más que lo intentaba ya era imposible concentrarse.
-Mierda. -Dijo para sí mismo, levantándose de su silla de mal humor.
¿Por qué estaba yendo hacia donde JongWoon quería? Eso no iba a traerle nada bueno, estaba seguro. Pero algo en su interior lo deseaba y anhelaba tener un poco de intimidad con él. Una pequeña conversación aunque fuera... Él también le echaba de menos aunque su corazón se negara a creerlo.
Entró a dicho almacén procurando no ser visto por nadie. Debería estar en su puesto de trabajo y no haciendo eso, no quería problemas. Dentro era más grande de lo que había imaginado que sería antes de entrar, pero no estaba bien iluminado. Entre los estantes en su mayoría ocupados por cajas, vio a aquel que le había suplicado que fuera. Le vio mirándole de reojo, sabiendo con ello que JongWoon era consciente de su presencia. Ahora no había marcha atrás y se estaba empezando a poner nervioso.
-¿Qué quieres? -Preguntó sin rodeos-. No tengo mucho tiempo, si yo no trabajo me despiden.
JongWoon suspiró. Estaba harto de esos comentarios causados por lo que pudiera tener con la dueña de la empresa. Él tampoco estaba allí sin hacer nada todo el día y sin riesgo de ser despedido. Pero en fin, no le había citado en el almacén para hablar de eso.
-Quiero acabar con esto de una vez. Wook, te echo de menos y te necesito en mi vida. Has estado conmigo desde siempre y me cuesta vivir tranquilo sin ti. No sé lo que es vivir sin ti. -Explicó con sinceridad y calma, teniendo claro lo que quería decirle. Había pensado muchas veces en esas palabras y ensayado su discurso otras tantas más. Estaba nervioso, su corazón latía apresurado, pero de alguna forma que ni él entendía como lograba verse tranquilo-. Cada vez que pasa un día más y veo que esto no cambia, me siento peor conmigo mismo. Quiero que volvamos a estar como siempre estuvimos, por favor...
Perfecto, ahora tenía ganas de echarse a llorar en sus brazos debido a las hermosas palabras del mayor. Siempre caía en lo mismo, eran como una trampa que nunca fallaba. Pero esa vez tenía algo más en la cabeza y no iba a ser tan fácil poder con él.
-Por eso sales con ella ¿no? -Dijo casi sin pensar en lo que estaba diciendo. Otra vez le confundía ¿por qué tenía que decirle esas cosas que le animaban a morir de amor cuando después se iba a la cama con la otra? Creía que había dejado claro que no quería sufrir más por él.
-Me dijiste que intentara rehacer mi vida y eso es lo que he estado haciendo. Pero no me siento bien y no creo que lo mío con ella dure mucho más. Seguir con la relación solo sería engañarme a mí mismo y a ella de paso, algo de lo que no me siento muy orgulloso. -Le explicó tratando de mantener la compostura-. Nos conocimos durante los años que pasé estudiando fuera y nunca me sentí atraído por ella. En ese momento te juro que solo podía pensar en ti y para mí ella no era más que una más de entre todo el montón de gente que conocí. Me la volví a encontrar por aquí hace unos meses y pensé en intentar algo con ella porque sabía que estaba interesada en mí, sin importarme los planes que ella tuviera en nuestro país. Pero no puedo seguir con esta mentira. Es guapa, simpática, me llevo bien con ella y puede que haya una mínima atracción y una amistad, pero nada más.
-Ya, pues ahora le vas a dar un buen disgusto. -Recordó RyeoWook, con sentimientos encontrados en su interior. Por una parte no le parecía del todo bien lo que le había contado el mayor, pero por la otra no sentía ninguna pena porque ella no le tuviera entre sus feuchas garras y en cierto modo, comprendía que él mismo había arrastrado a JongWoon a eso.
-Lo sé, pero poco más puedo hacer. -Y así era. Prefería decírselo ahora cuando todavía no llegaban ni al año de relación que más tarde.
-¿Y por qué me dices todo esto ahora? -Preguntó tras unos segundos en silencio, pensativo. Con la conversación ya ni recordaba el trabajo, solo podía pensar en las palabras de JongWoon, notando como se clavaban en lo más hondo de su ser por momentos.
-Porque verte todos los días y no poder acercarme a ti como me gustaría es una tortura. -Llegados a ese punto, no le importaba nada. Tenía cosas importantes que decirle y nunca había tenido la valentía suficiente de hacerlo, pero ya estaba harto de tener que esconderlo.
Él se sentía igual. Había intentado con todas sus fuerzas retener esos sentimientos pero las cosas eran tal y como JongWoon las estaba describiendo. ¿Por qué tenían que seguir peleados como dos críos? Ya no eran los adolescentes atontados y confundidos que una vez fueron, aquellos incapaces de expresar sus sentimientos como debía ser. Lo que estaban haciendo era algo muy infantil.
-Yo también te echo de menos ¿sabes...? -Se atrevió a decir, bajando un poco la mirada al no verse capaz de dirigirla a sus penetrantes ojos. Al final se había rendido a él-. También me duele estar así contigo y volver cada día a casa después de pasar las horas intentando evitarte me hace sentir muy mal. Sabes que eres alguien muy importante para mí y lo vas a seguir siendo aunque no hablemos...
Los brazos de JongWoon rodeándole provocaron que no fuera capaz de seguir pronunciando esas sinceras palabras, dejándole sin habla, sin respiración. Como había extrañado sentir su calor... Pasó los brazos alrededor de su cintura para corresponderle y se apretó contra su cuerpo, sintiéndole y olvidando todo por un instante.
-No quiero seguir así contigo después de todo lo que hemos pasado juntos. -Murmuró JongWoon con los labios pegados al cuello del menor, provocando a este un leve escalofrío al sentir su respiración tan cercana.
-Yo tampoco quiero eso. -Le aseguró, apretándole más entre sus brazos, no queriendo volver a separarse de él nunca más. Le necesitaba, por mucho que pudiera enfadarse con él por un motivo u otro.
Sentía la mano de JongWoon acariciar el cabello de la parte trasera de su cabeza, haciéndole cerrar los ojos y disfrutar de esas caricias. Aquella simple acción le transportaba a aquellos tiempos en los que era feliz con solo tenerle cerca, con una mirada suya, una sonrisa... Joder, cuánto le amaba.
-Te quiero... -Dijo sin pensar, sin esperar respuesta. Tan solo porque quería decirle y expresarle al más mayor lo que sentía con esas palabras.
-Yo te amo. -Por fin. Por fin había tenido lo necesario para decirlo. Estaba asustado por la respuesta y no esperaba nada positivo, pero no quería vivir toda su vida ocultando un sentimiento tan fuerte a alguien tan importante.
JongWoon empezó a impacientarse rápidamente. Sus nervios crecían conforme pasaban los segundos en silencio, sin una sola respuesta por parte del otro. ¿Qué significaba ese silencio? Nada bueno, seguro... Pronto empezaron a atacarle las dudas ¿Y si había hecho mal? ¿No habría sido mejor callarse? Le había llamado decidido a confesar sus sentimientos y de golpe toda esa seguridad estaba desapareciendo.
-¿RyeoWook...? -Justo después de pronunciar su nombre, se escuchó un débil sollozo por parte del chico. Aquello le sorprendió-. ¿Estás llorando?
Lo había hecho. Al final lo había hecho... Tantos años esperando por escuchar esas palabras exactas... Había intentado resistirse a ello una vez, pero tras pasar el tiempo, tras creer que él mismo le había lanzado a los brazos de otra persona y que ya todo estaba perdido, después de todo...
-No, qué va. -Mintió sabiendo desde un principio que no iba a creerle. Sin darse cuenta, ya estaba sonriendo con ilusión.
JongWoon se separó de él lo suficiente como para poder mirarle a la cara, comprobando que efectivamente los ojos del chico estaban enrojecidos y llorosos. Antes de que pudiera decir nada y preguntar a qué se debían sus lágrimas, RyeoWook dio una explicación a la reacción inesperada.
-Es que me he emocionado... -De repente se sentía pequeñito y avergonzado, seguramente con sus mejillas como tomates. Qué tonto que debía parecer en ese momento.
Los labios de JongWoon se pegaron a los de él en un cálido y tierno beso, sin previo aviso. Ay... Otra vez...
Esta vez no iba a quedarse como un tonto sin reaccionar. Cerró sus ojos y empezó a mover sus propios labios sobre los del mayor de forma lenta y delicada, dejándose llevar por ese ansiado beso, saboreándolo y disfrutándolo como tantas veces había soñado despierto.
La sensación que recorrió a JongWoon al verse correspondido con aquel beso fue un subidón total. Sonrió sobre los labios del menor mientras seguía devorándolos con amor y emoción. No quería soltarlos, más bien seguir besándolos hasta desgastarlos, pero aún no era el momento.
-Tengo que hacer algo... -Murmuró sobre los enrojecidos y húmedos labios del chico-. Vuelve ahora al trabajo y te prometo que luego nos veremos.
¡El trabajo! Ya ni se acordaba. Pero no quería separarse de él ahora... Dejó un besito sobre sus labios, todavía costándole creer que la situación era real.
-Bueno... pues luego nos vemos. -Dijo con una boba sonrisa que causó otra igual por parte de JongWoon.
Salió de allí a duras penas. Quería volver a entrar y comérselo enterito. Esos labios... qué besos... Se sentía flotando sobre una nube.
***
-¡Desgraciado! ¡Hijo de puta!
Los escandalosos gritos de la mujer llamaron la atención de los trabajadores de toda la planta, incluido RyeoWook.
-¡Desaparece de mi vista! ¡No vuelvas por aquí, idiota!
Venían del despacho de su jefa, la cual se escuchaba realmente alterada y furiosa por algún motivo que RyeoWook intuyó rápidamente, inquietándole un poco. A su alrededor toda la gente comentaba y murmuraba lo que escuchaban, haciendo incluso bromas sobre el escándalo formado en un momento. Algunos incluso tuvieron la poca vergüenza de acercarse a ver si se enteraba mejor. Él por su parte permaneció en su asiento, nervioso.
JongWoon cruzó a paso rápido el pasillo desde el despacho de la joven hasta su mesa, sin dirigirle la palabra a nadie a pesar de los comentarios a su alrededor. Simplemente los ignoró y empezó a recoger sus cosas mientras la otra seguía insultándole desquiciada desde la distancia.
RyeoWook no podía hacer más que observar la escena alucinado ¿Realmente la había dejado ya? ¿Y de qué iba ella montándole un numerito así en medio de la empresa?
No se acercó a JongWoon para ayudarle o darle algún tipo de apoyo, pues sabía que era mejor no intervenir en un momento así. Luego quedarían y hablarían de lo que tuvieran que hablar, JongWoon seguro le daría todos los detalles.
Por un momento temió por su propio puesto de trabajo, pero al ver que pasaban los minutos y allí nadie iba a decirle nada, supo que JongWoon había tenido la consideración de no meterle aunque él fuera en parte el motivo. ¿Debía sentir lástima por ella? Quizás, pero no lo sentía. JongWoon siempre había sido su hombre, no el suyo. Simplemente había regresado donde siempre tuvo que estar. A su lado.
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