El ajetreo, las voces, los gritos, las peleas, el revuelo, el desorden y lo poco claro que estaba todo, la empezaba a volver loca. La agobiaban. La atormentaban. No aguantaba ni un momento más allí.
Salió del camerino donde todas estaban agitadas. Ella estaba
más que preparada, pero no estaba dispuesta a seguir aguantando esa situación. Escapó
por fin del barullo ¿dónde iba?
-¡Minzy! ¡El director quiere verte!
Mierda. Ahora tendría que verlo. Se sentía incomoda en su
presencia, pero era su jefe y no le quedaba otra. Fue directa hasta su
despacho, y resoplando, golpeó la amplia puerta, para, seguidamente, acceder a
estar tras abrirla.
-Bienvenida.
-¿Qué quiere? –Ella habló con desdén y sin ningunas ganas.
-Necesito que hagas algo –Kyuhyun se puso en pie. Se arregló
la chaqueta, y saliendo de detrás de su escritorio, se acercó hasta su
licorera. Minzy, se percató de su húmedo cabello y el olor fuerte a champú. Se acababa de dar
un baño, de eso estaba segura.
Sin decir nada, sacó dos copas, y en ellas, vertió algún
liquido con alcohol, que la chica no alcanzó a ver de que se trataba
exactamente. Kyuhyun solo cogió las dos copas, ya llenas, y le ofreció una a
ella. La sonrisa, pequeña, pero enigmatrica, que atravesaba su rostro, inquietó
a Minzy, que cogía la copa sin mucha confianza.
.Hoy, un gran amigo de mi familia e importante inversor,
visitara el club. Y necesito que quede totalmente complacido ¿entiendes?
-¿Y qué quieres con eso?
-Que le atiendas, que estés pendiente de él, y que su copa
esté siempre llena. Y le deleites con tu baile.
-¿Por qué no mandas a CL? Ella podrá hacerle más cosas y
quedará más complacido.
-Porque no.
Sus palabras resultaron tan duras y frías, que causaron en
Minzy una profunda curiosidad ¿había pasado algo entre CL y el director?
Ella o dijo nada más. Bajo su mirada atenta, bebió un sorbo
de la copa. Estaba extrañamente
delicioso. Pero con tan solo beber un trago, sentía ardes sus orejas y
mejillas. Sí que contenía alcohol aquella bebida.
-Lo vas a hacer tú, y no me vas a fallar.
Empezó a dar vueltas a su alrededor, como si se tratara de
un buitre. La observaba, analizándola completamente. Minzy se sentía intimidada.
Odiaba que la observaran de esa manera tan intensa e inquietante.
-Necesito que estés perfecta –Se colocó justo tras suya. Hundió
la nariz en su cuello, donde aspiraba su aroma con ganas, había llevado sus
manos hasta las caderas de ella, haciendo que estaba se pusiera alerta ante su
contacto.- Le servirás la copa, con el
mayor encanto y sensualidad que puedas mostrarle…
-¿Y si acaba pidiendo más?
-No lo hará, para ese
rato ya estará CL. A él le importa el precalentamiento, que es de lo que
te encargarás tú.
Con las manos, agarraba y apretaba las caderas de la chica. Minzy
contuvo la respiración. Tenía completamente el cuerpo del director pegado al
suyo, lo cual, le había causado un extraño escalofrío. No le daba buena espina
de estuvieran de esa manera.
-¿Y si no lo consigo?
-Lo sabrás hacer bien.
No quería que siguiera haciendo eso. Se escurrió entre sus
manos, separándose. Kyuhyun le observó, con una traviesa sonrisa dibujada en su
rostro. Sabía perfectamente que la había molestado, es más, era lo que había
estado buscando.
-Lo encontraras en una sección privadas, la orientada en el
ambiente indio. Ve. Estará esperando que vayas para verte, ya que ha estado
escuchando maravillas acerca de ti.
Con una mueca de indignación, bastante visible en el rostro,
Minzy salió de allí dando un portazo al salir ¿pero cómo podía ser así de
asqueroso con ella?
Sin detenerse mucho a pensar en las ganas de estrangular al
director, fue directa hasta la sección privada. Era una zona de habitaciones o
salas, preparadas para la privacidad del cliente. Había salas, normales, pero también
se encontraban unas especiales, con decoraciones ambientadas en diferentes
estilos o culturas. Y la que ella tenía que ir, era la dedicada a la cultura de
la India.
Nunca antes había entrado en eses salas especiales. Y sentía
algo de curiosidad, para que negarlo. Las chicas le habían comentado más de una
vez que ese lugar era tan hermoso y tranquilo, que te portaba confianza a ti
misma.
Pues lo comprobaría en ese momento. Ni titubeo a la hora de
abrir la puerta. Se sobrecogió al entrar. Todo rodeado de telas brillantes y coloridas. Un amplio
sillón redondo con una mesa baja en frente. Todo lleno de cómodos cojines, y un
leve olor a incienso rodeaba toda la instancia, como si te teletransportarse a
un sitio totalmente diferente.
Un hombre sentado sobre el sillón, clavó la mirada en ella. Por
la sonrisa que apareció en su rostro, pudo deducir que la estaba esperando con
ansias.
-Ya pensaba que no vendrías. Ponme una copa.
No le daba buena
espina. Esa situación le recordaba a su experiencia con Donghae. Se acercó
hasta la meso y vertió en una copa, el wiski de la botella. El olor a incienso,
se hacía más fuerte, tanto, que le atravesaba los pulmones, causando un pesado
ambiente sobre ellos.
-Siéntate a mi lado, muchacha.
No puso en duda sus
palabras, ni sus intenciones. Minzy se acomodó a su lado.
La situación era muy extraña. No tenía una buena impresión
de ese hombre, pero tampoco le llegaba a causar miedo.
-Háblame. Quiero saber cosas sobre ti.
-¿Perdón? –Minzy no se esperaba, que lo primero que le
dijese, fuera aquello. Ningún cliente pedía saber la historia de ellas.
-Quiero que me digas tu meta, porque trabajas aquí, que
quieres hacer en un futuro… esas cosas que las mujeres habláis como si os fuera
la vida en ello.
Él sostenía en su regordetes y arrugados dedos la copa que
le había servido. No la miraba directamente, pero ella lo estaba analizando,
hasta el último detalle. Manos llenas de anillos, ropas caras, perfume de la
mejor marca, pelo canoso repinado hacia atrás, cargado de gomina, y una fina cadena que colgaba de su cuello. Estaba
más que claro que ese hombre tenía mucho dinero, y posiblemente, muchas
influencias también. Puede que la ayudase. Así que se animó a hablar con él.
-Bueno, estoy aquí porque en ningún lado he sido aceptada
como bailarina y he tenido que rebajarme a esto.
Aquel hombre, no dijo nada, solo asintió ante el silencio de
ella.
-Siempre he querido alcanzar el nivel más alto. Ser la
mejor.
-¿Por qué motivo?
-Porque mi madre se merece una buena clínica y medicinas
para el tratamiento de su enfermedad.
¿En serio que estaba diciendo eso? Nadie, ni siquiera el
director sabia sus motivos. No quería decirlos.
No quería que lo supiera nadie. Y sin embargo, lo había dicho delante de aquel
extraño.
Él volvió a asentir sin decir nada. Bebía de su poca,
mientras un silencio incomodo los envolvía, dejando a la chica bastante
intranquila y sin seguridad.
-¿Cuál es tu relación con Kyuhyun?
-La normal. La de un jefe y su trabajadora.
-Sabes que no es verdad.
-¿Y cuál es la verdad?
-Eres su favorita.
-Supongo que será así, yo lo desconozco.
-Puede que incluso más que eso.
-¿A qué se refiere?
-Verás –Por primera vez, desde que estaba sentada a su lado,
ese hombre la miró. Con una voz bastante seria, prosiguió hablando.- Conozco a
Kyuhyun desde que era un crio. Siempre ha
sido muy orgulloso y creído. Pero ha tenido las ideas muy claras y fijas. No te
ha elegido a ti como su favorita, quitando a la otra que tenía antes, porque le
ha venido en gana.
-Entiendo… -Minzy lo intentaba, pero no podía imaginarse a
Kyuhyun de pequeño. De ninguna manera.
-Pero hay algo más. Le conozco tan bien que sé, por su
comportamiento, que ha visto algo en ti que no ha visto en nadie más.
-Explíquese –La curiosidad le picaba, esa información del
director del club le llamaba bastante la
atención.
-Eso se lo dejo a su cuenta, señorita –De un solo trago, el
hombre se tomó la copa entera, dejándola con tranquilidad en la mesilla.- Y
ahora, no sea tonta, y déjese llevar.
¿Qué se deje llevar?
¿A qué se refería con eso? Sin previo aviso, el hombre mayor se lanzó sobre
ella, directo a su cuello. Allí, comenzó a repartir besos, mientras que con una mano, acariciaba
uno de sus muslos, como si le fuera la vida en ello. Estaba siendo todo muy raro
y extraño. Se supone que aquello no debía suceder, y no tenía pinta de ello
hasta ese momento.
Estaba devorando su cuello, y ella no sabía que hacer. No podía
dañarle por ser alguien importante, y tampoco podía escapar, ya que estaba casi echado sobre su
cuerpo ¿qué hacía? Se encontraba atrapada. Se ahogaba, la estaba aplastando. Esto
no era lo adecuado, no lo era.
Una chillona alarma, comenzó a sonar, alarmando a todo el
mundo en el local, incluso a Minzy y su acompañante, el cual, asustado, se
quitó de encima suya, como si estuviera agobiado porque no sabía que estaba
pasado, pero de manera exagerada.
La puerta, se abrió de golpe, y una de las bailarinas, se
asomó, con una expresión en el rostro contraída. Se ahogaba.
-¡Hay un incendio! ¡Por favor, salgan, con cuidado y sin
armar mucho alboroto!
No dijo nada más, ya que se fue dejando la puerta abierta de
par en par. Afuera, en el pasillo, un bullicio de personas que salían corriendo,
gritando, asustados. Menos mal que la chica iba diciendo que fuera con cuidado
y sin armar alboroto, pensó Minzy.
El hombre que la acompañaba, agarró su mano y tiró de
ella hasta el pasillo, internándose
entre toda esa cantidad de gente.
La empujaban y la arrastraban de un lado para otro. Él tiraba
de ella, pero no alcanzaba a verlo. Miraba a todos lados, donde de todas las
salas salían cada vez más personas al pasillo asustadas por lo ocurrido.
Se supone que el edificio estaba hecho de tal manera, que
una evacuación fuera fácil y sin problemas, pero Minzy se empezaba a
marear al verse rodeada de tanta gente. Se
sentía perdida en el pasillo, sin orientación ¿y la mano? El cliente con el que
estaba, la había soltado.
Seguían empujándola, hasta que quedó contra la pared. Un momento.
Cuando hay un incendio, huele a quemado y hay humo. Pero allí ni olía ni había
humo. Eso si que era extraño. Tras recorrer con la mirada, donde estaba, se
localizó dentro del local. Pero al hacerlo, vio a Donghae, saliendo del cuarto
de mantenimiento, donde estaban todos los controles ¿Por qué estaba él allí
dentro?
Le pareció tan sospechoso, que no dudó en dirigirse hasta el
despacho de Kyuhyun, para ver si se lo encontraba allí y decirle lo que había visto y que no creía que hubiera
fuego. Pasando entre la gente, se encaminó hasta la robusta puerta que había
sufrido más de una vez su rabia por culpa del director. Pero la puerta no
estaba cerrada como siempre. Que raro
todo. Siempre estaba cerrada totalmente.
Cuando fue a abrirla, recorrió con la mirada toda la
estancia, y para su sorpresa, había una persona, pero no era el director. CL se
encontraba ante lo que parecía una caja fuerte, y sacaba las cosas del interior
para meterlas en una bolsa. Estaba robando al propio Kyuhyun.
-CL ¿qué estás haciendo? –La voz de la chica percató a la
otra de su presencia. La había pillado en pleno acto, así que una excusa no
valdría de mucho.
-Eres la favorita, si quiero sobrevivir, tengo que buscar
mis propios métodos.
-Deja de hacer eso, no está bien.
-Habló. No eres una santa, eres más ladrona que yo.
-Yo no he robado nada.
-Claro que sí. Me robaste el puesto de favorita –CL, por un momento,
dejó a un lado lo que estaba haciendo, y se acercó hasta Minzy, con la mirada
clavada en ella.- Pero acabarás siendo una más, mientras yo te superaré.
-No, cuando Kyuhyun se entere de esto.
-¿Cuándo me entere de qué? –La voz del director sonó tras
las dos, observando la escena, sin entender lo que estaba pasando.
-Ay, querido, esta fulana, estaba intentando robarte. Ha
planeado todo, para quedarse con tu dinero, pero yo he intentado detenerla,
pero ha sido muy cruel –CL, fue más lista, y se adelantó a Minzy. Su rostro,
mostraba toda la inocencia del mundo, y miraba a Kyuhyun como arrepentida. Pero
la más joven, no daba crédito a lo que estaba escuchando. Pero estaba segura
que Kyuhyun no la creería. Pero se equivocó.
-¿Es eso cierto?
-¡Claro que no! ¡Ha sido ella!
-Y ahora intenta culparme… -Ella seguía haciéndose la víctima.
Mientras Minzy, ardía por dentro, de lo falsa que estaba siendo, pero Kyuhyun no la podía creer ¿verdad?
Este observaba su despacho, y como CL lloraba
desconsoladamente.
-Está bien. Minzy, sal de aquí. Y no vuelvas hasta que seas
avisada.
-¿Pero qué?
-He dicho que te vayas de mi club –Las palabras tan duras de
Kyuhyun, la sacaron de la parálisis que tenía. No le creía y la estaba echando.
La ira comenzaba a hacerse visible en ella. No tenía culpa
de nada. Ella no había hecho nada, y no le creían, y todo por culpa de esa
maldita CL. Con la fuerza que tenía en sus brazos, le atesto un puñetazo en la
cara a CL. Si te tenía que ir, no iba a ser sin hacer nada.
No se detuvo ante las
palabras de Kyuhyun, y se marchó de allí. La rabia la recorría entera, porque
la culpaban de algo que no había hecho, pero se iba tras haber cumplido algo
que llevaba tiempo deseando hacer.
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