miércoles, 22 de octubre de 2014

(Zelo x girl) So stupid -Serial- Capitulo 4


-Princesito, buenos días.

Aquella irritante voz le provocaba dolores. No quería abrir los ojos. La cabeza le daba vueltas y su cuerpo, totalmente magullado ¿dónde había dormido? Tenía la espalda completamente destrozada.

-Cállate…

Como pudo, murmuró aquellas palabras. Su voz sonaba muy ronca, quebrada. Ni él mismo la reconocía y eso que era la suya. Por mucho que intentara abrir los ojos, no lo conseguía, de ninguna manera. Era como si tuviera dos piedras sobre ellos, y por mucho que intentara abrirlos, no podía. Que sensación tan horrible.

-No es por nada, pero estás en el calabozo, y yo soy tu hada madrina que ha venido a sacarte, para llevarte con tu familia, quien te va a dar una paliza de la que no saldrás vivo.

¿Calabozo? De un movimiento, se incorporó totalmente, abriendo los ojos, como nunca antes había abierto. Recorría el lugar, cada detalle. Y era verdad, estaba en el calabozo ¿Qué estaba haciendo allí? Aunque eso explicaba porque tenía tantos dolores en el cuerpo.

-Moon, ¿qué estoy haciendo aquí? –Zelo, como pudo, se puso en pie, acercándose a lo que parecían unos barrotes, porque no los veía bien, sus ojos no estaban tampoco muy bien. Pero a Moon  lo había reconocido al instante, su singular manera de despertar a alguien erala de todos los días.

-Pues que te pillaron en una fiesta ilegal –Moon fue directo. No dudó en responderle, ni siquiera titubeó.

El rostro incrédulo de Zelo, en cuestión de segundos, se encontraba a escasos centímetros de Moon, agarrado a los barrotes que los separaba.

-Yo no estaba en una fiesta ilegal.

-Lo estabas y por eso estás aquí.

-Pero yo no lo sabía… -Zelo calló un momento. Aquel sitio tan raro y tan poco conocido por él, y lo que ocurrió al final de la noche, encajó en su cabeza de pronto. Estuvo en una fiesta ilegal y sin que lo supiera.

-¿Y quién lo sabe? –Con un suspiro escapando de sus labios, Zelo se tranquilizó un poco, pero seguía bastante inquieto, debido a que estaba seguro de que estaba metido en un verdadero problema.  Ese no iba a ser nada con el escandalo anterior. No salía de uno, para meterse en otro peor...

-Pues verás, has salido en las noticias, y prensa. Posiblemente, se sepa ya hasta en otros países.

Zelo no volvió a decir nada. Estaba acabado, y le extrañaba que no estuviera allí su manager para regañarle por lo sucedido, y por la fama que se daría a su mismo, incluyendo al grupo.

Pensando en ello, algo se encendió en su cabeza. Sus ojos volvieron a abrirse totalmente y se puso de nuevo, nervioso, mucho.

-¿Dónde está ella?

-¿Quién? –Moon no entendía de quien le estaba hablando.- Nadie de los arrestados lo conozco, exceptuándote a ti, princesito.

-¿Entonces Yundae no está aquí?

-¿Estaba Yundae contigo?

-Eso es un no.

Zelo, aun así, se preguntaba dónde estaría la chica, que estaría haciendo. Y lo más importante, porque lo había abandonado allí, porque no estaba con él después de lo sucedido.

-¿Y cuándo podré salir de aquí? –Preguntó Zelo, ya asumiendo que la que le iba a caer encima cuando saliera, iba a ser peor que estar allí metido.

Un policía, que parecía estar trabajando allí, apareció, con un llavero en las manos. Parecía estar buscando una de las llaves, la cual, no tardó mucho en encontrar. Con esta, abrió la llave de la celda de Zelo, dejándolo salir.

Una vez fuera, Moon lo guio fuera, pero, en vez de salir por la puerta principal de la oficina, se lo llevó por una puerta trasera. Zelo no entendió porque, pero cuando al salir, e introducirse en el coche que los esperaba, vio, como, muchos de los periodistas esperaban a la entrada de la comisaria, para fotografiarle ¿Tan rápido había corrido la noticia? Casi tan rápido como la pólvora.

Mientras se marchaba en el coche, vio todos los que acampaban allí, y como los policías, intentaban hacerles marchar de ahí.

-¿Tanto se ha liado, Moon? –Preguntó Zelo, bastante preocupado, por lo que pudiera pasar con él, y con el grupo.

-Ya lo verás, una vez que estés en casa.

Las palabras de Moon, no lo tranquilizaron, ni mucho menos. Tenía miedo por lo que pudiera pasar, y no dejaba de pensar, en porque Yundae, lo volvió, lo dejó allí solo. Porque no lo acompañaba en esa desgracia suya.

La vuelta a casa, fue silenciosa. Zelo no preguntó sobre nada más. Lo único que quería, era que pasara todo lo más pronto posible. Pero al llegar a casa, también tuvo que entrar a escondidas, por la cochera, porque también los periodistas esperaban a las puertas del edificio, como  cazadores que acechan a sus presas, en pos de conseguir algo, en este caso, información, o cotilleos.

Al entrar, en su ansiado hogar, donde deseaba estar bien, todos los miembros del grupo, y el manager, lo esperaban allí, esperando una respuesta por su parte. No tenía muchas ganas de hablar de ello, pero debía hacerlo, ellos no merecían lo que estaba  pasando. Ni si quiera él, porque no lo buscaba a apropósito. Era como si el destino se la estuviera jugando.

-Zelo, me dijeron por qué cogiste mi coche, con un fin ¿pero por qué no fuiste a la empresa a decir lo que estaba pasando y fuiste a esa fiesta? –Yongguk, su apreciado líder, le miraba, fijamente. Zelo, pudo apreciar un ápice de decepción en su tono de voz, y en su mirada. Aquello fue como un puñal clavado en su pecho.

-Pues… Me encontré a Yundae, la hija del fotógrafo, y me dijo que ella ya se había encargado de ello. Que simplemente la siguiera y fue ella quien me dijo de ir a esa fiesta… -Zelo, no podía mantener las miradas de ninguno. Miraba al suelo, demasiado arrepentido.- Pero yo no tenía ni la más remota idea de donde iba.

-Lo siento, Zelo, pero ella no hizo eso –Dijo Himchan.

-¿Cómo qué no? Me dijo que lo hizo…

-Pues no, no ha llegado a la empresa ningún otro comunicado, que, estás con dos chicas a la vez. Jugando con una y con otra. ¿A qué juegas? -Daehyun hablaba buscando una explicación, fuera cual fuese, todos querían saber la verdad.  

-¿Con dos chicas? –Ahora sí que Zelo no  entendía. ¿Dos chicas? ¿Él? ¿Cuándo?

-Parece que la hija del fotógrafo dijo a la empresa, que era tu novia. Que a quien amabas era a ella. Por lo que la prensa está emitiendo que estás jugando con dos chicas a la vez –Comentó el manager, encendiendo la televisión, poniendo exactamente las noticas, para que el propio Zelo, pudiera ver con sus ojos, que lo que le estaban diciendo era cierto.

Y en efecto, en las noticias salía como Yundae anunciaba, que Zelo estaba con ella. Pero no era la única. La fan que había empezado a decir que era su novia, le contraatacaba, diciéndole que eso no era cierto, que la novia de Zelo era ella.

¿Qué estaba pasando? Esto se le iba de las manos, no entendía que ocurría. No creía que Yundae le hubiera podido hacer eso. Tenía que hacer algo, necesitaba una explicación de todo eso. Necesitaba hablar con ella.

Sabiendo donde podía encontrarla, no escuchó las protestas de los demás miembros y de su manager, cuando lo vieron darse la vuelta y marcharse por donde había venido.

Su necesidad por hablar con Yundae, le cegaba. Necesitaba saber.  Así que saliendo de nuevo por la cochera, donde no lo vieran, se puso la capucha de la chaqueta que llevaba, para pasar desapercibido mientras ahora recorría las calles, dirección al estudio fotógrafo del padre de Yundae.

Su móvil, comenzó a vibrar en su bolsillo. Al sacarlo, vio que le llamaban desde la empresa. Seguro que para pedirle algún tipo de explicación, así que volvió a aguardar el móvil, dejándolo hasta que se cansaran y cortaran la llamada. Antes de dar una explicación, él quería saber y aclarar lo que sucedía.

Creía ir lo suficientemente bien oculto con la capucha de su sudadera, pero no fue  así. Alguien le agarró del brazo, tiraba de él. Cuando quiso darse cuenta, tenía a su fan obsesa a su lado, hablando sin parar.

-Te he estado buscando, querido mío. La tipa esa se cree que podrá robarte de mis brazos, pero tú eres mío, y de nadie más. Nuestro amor sobre pasará los límites.

Con voz chillona, rostro demasiado maquillado, labios rojos, ropa rosa, de marca, y sus cabellos sueltos, la chica caminaba a su lado, risueña, como si llevaran así un buen rato. Zelo, no sabía que decirle.

-Ay, querido, quítate esa capucha, no sé ve tu hermoso rostro –Sin que pudiera reaccionar, ella tiró de su capucha, descubriendo su rostro ante todos. Y justo en ese omento, doblaban una esquina, donde un grupo de reporteros, parecían estar esperándolos. Como si ya hubieran sido avisados de ello.

Lo confirmó, cuando  vio a esa chica hacerse la sorprendida, posando ante las cámaras y las cientos de fotografías que le estaban haciendo. Zelo sentía los flases en él, constantemente, uno tras otro. No podía ver a penas nada. Ni si quiera, cuando ella le cogió de la ropa y le besó en los labios, manteniendo sus labios unidos, mientras las fotos seguían haciéndose.

Cuando Zelo pudo reaccionar, se separó de ella, pero para correr por donde habían llegado hasta allí. Pensaba que los periodistas se quedarían allí. Pero se equivocó. Le siguieron, corrían tras él, con sus cámaras en la mano.

Como si un grupo de policías, persiguieran a un ladrón, como una manada persiguiendo a una presa. Pero en este caso, no dejaría que le dieran caza. Zelo corría con todas sus fuerzas, esquivaba a la gente, como podía, intentaba no tropezar con nada.

Buscaba una manera de despistarlos ¿pero cómo? Solo corría, sin un rumbo, mientras, los periodistas no se detenían. Ni cesaban de seguirlo.

Tal vez si se metía en algún edificio grande, los despistaría. Había un centro comercial cerca, pero desde donde estaba, tendría que cruzar una carretera. Al mirar en frente, la vio apenas unos metros de él, e incluso el semáforo. Pero este estaba cambiando. Y no se podía detener ahora.

Apretando el paso, corriendo lo más rápido que pudo, cruzó la carretera, esquivando por suerte un coche, que estuvo a punto de atropellarlo. Pero el coche se detuvo, interponiéndose entre él y los periodistas.

El conductor del coche gritaba algo que no alcanzaba a escuchar, tampoco le importaba, le había servido para ganar tiempo y ocultarse en el centro comercial, al cual, no tardó mucho en llegar, entrando al edifico, con normalidad. La que podía, porque su pecho, subía y bajaba salvajemente, por la falta de respiración.

Respiraba con dificultad, cuando volvía a colocarse la capucha. ¿A dónde iba allí dentro? Aprovecharía, daría un paseo por allí dentro, y cuando hubiese pasado un rato, y los periodistas se hubieran ido, saldría, a buscar a Yundae.

Se había olvidado de ella por un rato, pero su recuerdo y lo que le hizo le vino a su mente de nuevo ¿por qué lo hizo? ¿y por qué se sentía tan culpable él mismo? ¿acaso sentía algo por ella?

Al pasar por la zona de electrónica, una de las paredes, estaba cubierta de distintos televisores, pero en todos ellos había lo mismo, las noticias. Exactamente, fotos suyas con la chica de hace un rato, besándose.

¿Tan rápido corrían las noticias cuando se trataba de desmantelar a un idol? ¿Y ahora que hacía? Su imagen y la de su grupo se iba al garete. Y todo sin que pudiera hacer nada. Suspiró, pesadamente, sin apartar la mirada de los televisores.

Parece que entrevistaron a la chica los periodistas que no optaron por seguirlo a él. Ella solo decía que los argumentos de Yundae eran falsos y que ella acaba de demostrar que Zelo era suyo. Pero los periodistas, decía, que solo juagaba con las dos, que se aprovechaba de dos jóvenes fans.

-Estás cogiendo mala imagen eh.

Escuchó una voz a su lado, y por lo que decía,  supuso que se refería a él. Cuando giró el rostro, para poder ver a la persona de la que procedía esa suave voz, el corazón se le encogió, y su respiración se detuvo, por unos escasos segundos.

-Yundae…



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