martes, 2 de mayo de 2017

(YeWook) Destiny -Serial- Capítulo 8


       Notas: El tiempo ha pasado y por fin, ¡el esperado reencuentro ha llegado! Aunque parece que no todo será como JongWoon esperaba que encontraría las cosas al volver.


       Hacía tiempo que no se sentía tan alterado como ese día. Ni siquiera cuando tomó el avión al extranjero para alejarse de todo lo que conocía.

       Por fin volvía a casa y esa vez para quedarse. Habían sido cuatro largos años pero finalmente llegó la hora de regresar a su hogar para no tener que volver a coger un avión de regreso a aquel lejano piso de estudiantes ¡Qué emocionado estaba!

       Había sido una experiencia inolvidable, eso ni loco lo negaba. La cantidad de cosas que había aprendido ya no solo en estudios sino a nivel personal, era enorme. Pero siempre preferiría volver a su pequeño pueblo junto a sus padres y otras personas que tenían una gran importancia en su vida.

       Su madre había preparado la comida favorita del chico por la ocasión especial. Durante aquel tiempo se habían visto alguna que otra vez, en vacaciones de verano o navidad, pero tener a su hijo de regreso en casa para quedarse era algo que la mujer ansiaba más que nada. Su ya no tan pequeño JongWoon por fin de nuevo con ella.

       Por supuesto su padre no se quedaba atrás y había comprado un enorme regalo de bienvenida, esa deseada moto que JongWoon había pedido incansablemente durante la adolescencia. Le costó muchísimo creerlo al verla aparcada frente a la casa esperándole y lo primero que le salió hacer fue abrazar a su padre con agradecimiento.

       La felicidad que le inundaba en esos momentos no podía ser mejor. Deshacer la maleta en su habitación sabiendo que no tendría que rehacerla más tarde fue una sensación de lo más reconfortante. Todo seguía como el día en el que se fue, sus padres no habían tocado absolutamente nada más allá de limpiar un poco el polvo de vez en cuando.

       La llegada estaba siendo perfecta pero aún había algo que le faltaba. O más bien, alguien.

       No podía esperar para reunirse con RyeoWook. Ahora que había vuelto a casa, era lo que más deseaba y no quería contenerse más para ir a verle a su nueva casa. No es que se hubieran mudado nuevamente, sino que el menor había decidido independizarse en un piso de alquiler, en la zona nueva del pueblo. Conociéndole como lo hacía no le sorprendía en absoluto, pues en realidad era un chico muy independiente y estaba claro que en cuanto tuviera la oportunidad iba a hacerlo.

       Durante ese tiempo habían hablado prácticamente a diario. No había día en el que no cruzaran mínimo unas palabras y si no era así, no estaban tranquilos. Le había contado todo sobre sus aventuras fuera del país y sus experiencias, soñando siempre despierto con su compañía. Al final no hubo persona a la que hubiera extrañado más que a RyeoWook y eso le había hecho reflexionar.

       Era consciente de lo inmaduro que había sido en el pasado. Había estado confundido y asustado de sus sentimientos, teniendo que alejarse durante lo que pareció una eternidad para darse cuenta de lo mucho que extrañaba algunas cosas que en un principio no debía extrañar.

       Se había arrepentido en incontables ocasiones de no haber sido más claro a la hora de expresar lo que sentía por el menor. Ese chico al final había logrado robarle el corazón de una forma menos familiar e inocente. Ahora lo tenía claro y volvía dispuesto a recuperar lo que en su momento había sido tan estúpido como para rechazar a causa de sus propias inseguridades.

       RyeoWook le había dado indicaciones claras de como llegar a su apartamento y no le costó mucho encontrarlo. No pudo evitar preocuparse por su imagen y no parar hasta verse lo suficientemente atractivo y aun así, cada vez que pasaba junto a un espejo se miraba nervioso por si acaso no todo estaba en su lugar.

       Sentía que el corazón le iba a estallar de un momento a otro y todo por la emoción. Había esperado hasta ese momento porque no estaba seguro de querer comenzar algo en la distancia, pero ahora que estaba de regreso iba a por todas.

       Lo primero que hizo el menor al verle en su puerta fue abrazarle sin una sola palabra, pero con mucho sentimiento. Había anhelado su compañía desde el día en el que se fue y las veces que se vieron no fueron suficientes. Siempre acababa quedando con ganas de más y de marcharse con él en el avión de regreso al lugar donde vivía, pero eso ya no iba a pasar.

       -Por fin... -Fue lo único que pudo pronunciar cuando estuvo entre sus brazos, sintiendo lo mucho que el mayor le había echado de menos y siendo feliz con ello.

       -Lo sé. -Dijo, dándole a entender que comprendía el sentimiento que en ese momento invadía su cuerpo. Con una feliz sonrisa tuvo que separarse de él sin realmente querer hacerlo, pero no podían quedarse allí en medio del rellano.

       JongWoon tenía planes que proponer al menor para esa noche, pero primero quería tener una agradable y tranquila charla con él. Luego todo se descontrolaría, para bien o para mal.

       Le siguió hasta el salón, observando como tenía decorado aquel piso. Era tal y como imaginaba que sería, le conocía demasiado bien. Al llegar ambos se sentaron en el sofá un poco avergonzados y sin saber exactamente por qué. Parecía que intuían los pensamientos del otro sin realmente saber nada.

       -Estás cambiado. -Comentó RyeoWook para romper el hielo. Además, era verdad. Le veía diferente.

       -¿Por qué? -Preguntó curioso el mayor.

       -No lo sé, lo noto. Te veo más... -Hizo una leve pausa, buscando las palabras exactas que emplear-. Te veo más hombre, más maduro. En tu forma de vestir, tu cara...

       -Tú también pareces distinto. La última vez que nos vimos tenías dieciocho... En dos años has cambiado, aunque sigues teniendo cara de niño. -No podía evitar mantener una sonrisa, por pequeña que fuera, en su rostro cuando le hablaba y miraba.

       -Pero ya no lo soy. -Quería que lo tuviera muy presente.

       -Ya lo he visto. -Había algo en su forma de decirlo que no le gustaba, pero decidió dejarlo pasar. No pensaba estropear un momento tan maravilloso como ese.

       Tenía tantas cosas que contarle... En realidad ya le había hablado de la mayoría de ellas, pero no era lo mismo hacerlo en la distancia que cara a cara. Ahora que estaba frente a él, deseaba más que nunca hablarle de todo lo que había visto y vivido. A su vez estaba muy interesado en la vida de RyeoWook y ver personalmente como era todo ahora.

       Pasaron largo rato hablando entretenidos, sin darse cuenta de los minutos que pasaban al estar sumergidos en su propio mundo. Estar de vuelta en esa situación era como estar en el mismísimo cielo después de haber pasado por una larga y horrible temporada de anhelo. No había nada que pudiera arrebatar su felicidad, o al menos eso era lo que él creía.

       Se escuchó abrirse y cerrarse la puerta del apartamento para posteriormente, oír unos pasos que se acercaban sin prisa por el pasillo hasta donde ellos estaban. JongWoon se calló, atento a quien pudiera tener las llaves de la casa donde vivía el menor ¿Es que estaba viviendo con alguien más y no se lo había dicho? Eso le alarmó.

       Por la puerta del salón entró una joven de aspecto adorable y con un rostro bastante lindo. No era muy alta y tenía el cabello castaño cortado en una melenita que le llegaba a los hombros y que le quedaba bastante bien. Era muy bonita... demasiado bonita.

       -Ah, ya ha venido tu amigo. -Dijo en cuanto vio sentado a RyeoWook junto con quien para ella era un desconocido-. Encantada, me llamo SeoYeon. -Se presentó con una gran sonrisa.

       -Igualmente. -Dijo tras levantarse para presentarse como era debido, intentando mostrarse simpático ante ella.

       -JongWoon ¿verdad? RyeoWook me habló bastante de ti. -Le explicó sin dejarle decir mucho más. De primeras ya le pareció una persona bastante habladora y sociable-. Seguro que estarías deseando llegar ya a tu casa ¿no? Tanto tiempo fuera... yo no sé si podría hacer eso, eh.

       JongWoon le dedicó una pequeña sonrisa antes de responder, por simpatía.

       -Bueno, ha tenido sus pequeñas cosas buenas.

       -Seguro que sí. -La joven se giró hacia RyeoWook y dejó un cariñoso beso en su mejilla, dejando totalmente perplejo al mayor ¿Qué acababa de ver?-. Empezaré a preparar la cena. JongWoon ¿te quedas con nosotros?

       Le costó un poco poder pronunciar alguna palabra, teniendo aún en mente la imagen de ese beso inesperado.

       -No, lo siento. Tengo otros planes para hoy. -Se disculpó al regresar de estar unos pocos segundos perdido en sus pensamientos, dolido. De repente no tenía ningunas ganas de proponer nada al menor y empezaba a sentir la necesidad de desaparecer de allí.

       -Bueno, otro día quizás. Os dejo a solas. -Y dicho aquello, se fue por la puerta por la que había entrado.

       Un silencio incómodo se creó entre los dos chicos. RyeoWook no sabía exactamente a qué se debía, pero desde luego había notado el cambio de actitud del mayor. Le observó atentamente, viendo que su mirada estaba perdida en algún punto del salón, pensativo. No le gustaba esa expresión que tan bien conocía.

       -¿Qué pasa? -Preguntó directamente.

       -No me dijiste que tenías novia.

       Los ojos de RyeoWook se abrieron de par en par al escuchar esa afirmación. ¿Que tenía novia? Vaya, eso era una novedad hasta para él mismo.

       -No es mi novia, solo compartimos piso por los gastos. Si lo dices por el beso es porque SeoYeon es muy cariñosa con la gente que aprecia y somos amigos, no porque tengamos algo. -Contó de forma inmediata y seria, pues no quería que siguiera con esa idea en la cabeza. Al ver que el mayor no se iba a dignar ni a responder a esa explicación, habló de nuevo-. ¿Es que estás celoso? -Preguntó con calma pero manteniendo la seriedad en su voz.

       JongWoon llevó la mirada hacia él por primera vez desde que SeoYeon abandonó el lugar ¿Lo estaba?

       -Sí. Sí estoy celoso. -Admitió, apartando enseguida la mirada de nuevo al no verse capaz de mantenerla en él. La sensación que sentía era una mezcla entre vergüenza y rabia-. ¿Por qué no me dijiste que no estabas viviendo solo?

       -No surgió ni lo vi relevante. -Explicó sin apartar la mirada del chico ¿Realmente acababa de decirle que estaba celoso de su compañera de piso y que había creído que era su novia?-. ¿Me puedes explicar por qué sientes celos ahora de esa chica? Sabes que ni siquiera me gustan.

       Quería hablar. Quería reunir de nuevo todas las fuerzas que había tenido hacía tan solo unos minutos, pero ya no estaba tan seguro. No entendía el motivo ya que realmente no había pasado nada grave como para sentir desconfianza o inseguridad, pero si no le había contado ese detalle supuestamente irrelevante ¿qué otras cosas no le habría dicho? ¿Ya habría estado con alguien más? ¿Se habría enamorado mientras él estaba alejado?

       -¿Vas a responder? -Insistió el menor al no ver a JongWoon con intenciones de hablar. Necesitaba una respuesta clara y no iba a esperar más para tenerla.

       -Estuve pensando. -Comenzó, dudoso. Volvió la mirada hacia él aun sabiendo lo mucho que le iba a costar no apartarla, mientras empezaba a notarse más nervioso de lo que debería estar-. Me di cuenta de cosas mientras estuve allí.

       A RyeoWook no le hacía falta que siguiera dando su explicación para saber a qué se refería. Había soñado con esa confesión durante años, llegando a llorar por no poder escuchar esas palabras que tanto necesitaba. Y ahora que por lo visto por fin lo tenía, lo que estaba sintiendo no era la felicidad que imaginó incontables veces que le llenaría llegado el momento.

       -Más vale tarde que nunca, supongo. -No era capaz de esbozar ni una pequeña sonrisa que hiciera sentir bien al mayor con sus palabras. Le había costado muchísimo tiempo y esfuerzo dejar de sufrir por él, convencido de que su amor jamás sería correspondido. Y ahora de nuevo con lo mismo, sin ninguna señal previa que le hubiera hecho imaginarlo. No sabía si estaba dispuesto a meterse otra vez en la boca del lobo y que sus sentimientos volvieran a aflorar al cien por cien para después posiblemente volver a verse decepcionado porque el otro tuviera alguna duda.

       JongWoon le miró expectante, aunque no tardó en darse cuenta de que las cosas no iban como había imaginado cuando estaba muerto por verle y confesar sus sentimientos. Ahora sí que tenía ganas de marcharse de allí.

       La mirada devastada del mayor le estaba partiendo el alma, obligándole a apartar la suya propia con la culpabilidad creciendo en su interior. Pero no podía echarse atrás cuando le había costado tantísimo pasar página. Era definitivo.

       -Lo siento… Pero tuviste tiempo de sobra para decirme estas cosas. -Mirando hacia otro lado e intentando no ser demasiado duro, luchaba por mantenerse estable ante la situación.

       -Dijiste que me estarías esperando…

       Esas palabras fueron como un puñal clavándose dolorosamente en su corazón. De repente se sentía la peor persona del mundo y nada podía hacer contra ello.

       -Y aquí estoy ¿no? No concreté en qué sentido lo haría. -Aunque dijera eso para defenderse, lo cierto es que recordaba muy bien lo que pensó al jurar algo así. En aquel momento habría esperado por su amor durante toda la vida si hubiera hecho falta.

       -Entiendo. -¿Qué más podía decirle? La respuesta le había dejado helado y destrozado. Estaba sin palabras. Sin ganas de vivir. Sin nada-. Creo que será mejor que me vaya.

       -¿Por qué? ¿Es que no vas a ser ni mi amigo? -Preguntó molesto por la situación y un poco a la defensiva por lo atacado que se había sentido-. Yo he estado contigo todo este tiempo aunque no quisieras nada y ahora que te digo que quien no quiere nada soy yo ¿te vas?

       -No es eso. -Dijo en voz baja, preparándose para marcharse con toda la calma que podía permitirse y aunque por dentro estuviera rompiéndose en pedazos-. Necesito estar solo.

       -Ya. Pues ahí tienes la puerta -Si no quería quedarse no iba a rogarle lo contrario. Que hiciera lo que le diera la maldita gana, como siempre.

       Cuando el mayor se fue sin siquiera un abrazo o decirle que hablarían más tarde, tuvo ganas de romper lo primero que tuviera a mano. Si se controló fue por el hecho de no estar solo en casa, SeoYeon no merecía verse envuelta en su lamentable vida amorosa. Intentaría calmarse y cuando lo lograra, iría a echarse unas risas con ella y pasar de todo. Sí, eso sería lo mejor que podía hacer. Ya estaba acostumbrado a vivir en un intento constante por distraerse.

2 comentarios:

  1. Vale... hay un punto donde te llegas a cansar por alguna señal o algo que indique que tu le interesas a alguien mas allá de una amistad. Es triste y frustrante, porque parece amor no correspondido (en este caso no), aunque no lo sea, es un poco complicado.
    Cansa esperar algo que nunca llega, y cuando llega, a veces es un poco tarde. Espero que Jong al menos no sea tan tonto de darse por vencido y conquistar a Wook.

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    Respuestas
    1. Me alegra ver que has entendido justamente lo que buscaba transmitir con este capítulo. Eso significa que no lo hago tan mal (?) jajajaja

      ¡Gracias por comentar!

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