domingo, 15 de julio de 2018

(JenLisa) Sigh -Oneshot-


          Título: Sigh

          Personajes: JenLisa (Jennie + Lisa) [BLACKPINK]

          Tipo: Yuri

          Genero: Romance

          Clasificación: G/PG

          Advertencias: Ninguna.

          Notas: ¡Hola! Este es el último oneshot para nuestro evento de verano donde las tres escritoras hemos ido rotando nuestras historias y entre las tres hemos escrito tres preciosas historias ¿ya habéis leído las otras? Espero que os guste esta, donde las cosas que debía haber en la historia eran "Piscina", "Picnic" y "El Niño de la Pelota". ¡Decidnos si os gusta, vuestros comentarios son siempre bienvenidos!


          Era un caluroso día de verano, pocas ganas de separarse del aire acondicionado y tenía una amiga muy insistente. JiSoo se había pasado literalmente toda la tarde del día anterior avasallándola a mensajes para que la acompañase a la fiesta que hacía la chica nueva del pueblo en su piscina.

          A ella le importaba bien poco. No le gustaba las aglomeraciones de gente y tampoco la calor. Le dijo que si a JiSoo por no tener que aguantarla más a la espera de que al día siguiente se le pasara el berrinche. Para su desgracia no fue así. Así que ahora Jennie estaba detenida ante la majestuosa casa en la que vivía la chica nueva ¿Lisa se llamaba? No la había visto antes, mucho menos había hablado con ella y por eso mismo no se sentía cómoda. No la conocía de nada y se iba a presentar en una fiesta que organizaba a modo de bienvenida. Ella no pintaba nada allí.

          Estaba a punto de darse media vuelta e irse a pesar de ser las cuatro de la tarde, el calor que hacía y las ganas de piscina que tenía, cuando JiSoo apareció ante ella con una amplia y alegre sonrisa.

          —¡Vamos Jen! ¡Te estaba esperando! ¡Tienes que conocer a la anfitriona de la fiesta y su grande piscina! —Su oportunidad de salir de allí y volver a casa se esfumó cuando JiSoo le tomó de la mano y se la llevó al interior de la vivienda.

          Parecía que allí dentro estaba la gran mayoría del pueblo. Era como si la chica hubiese invitado a todo el pueblo para presumir de todo el lujo con el que convivía. La casa parecía una mansión y la decoración interior tenía una pinta de costar más de lo que pudieran imaginar. Todo el mundo allí en el interior estaba tomando algo, hablando o reía. Aunque la mayoría de todos los invitados estaban en la parte trasera de la vivienda donde una majestuosa piscina era el centro de atención. Jennie quedó prendada nada más verla. Con el calor que tenía un baño en esa limpia agua seguro que se estaba bastante bien.

          Mientras estaba en sus ensoñaciones, en su mundo donde solo estaba ella y el baño en la piscina tranquilo, una pelota de plástico le dio en la cabeza sacándola de ese mundo propio. Al mirar su procedencia vio a un niño que corría en busca de la dichosa pelota que tras golpearle acabó en el agua.

          —¡Jen! ¿Estás bien? —Preguntó a su lado JiSoo entre risas ¿le parecía gracioso? Porque ella se estaba agobiando desorbitadamente. Quería irse a casa.

          —Disculpa a mi primo, mis tíos me lo han dejado aquí justo hoy por desgracia. —Una dulce voz le habló por la espalda. Con mala gana se giró para encontrarse con una chica rubia que nunca antes había visto ¿era la chica nueva?

          —Lisa, a ti te estaba buscando. Ella es mi amiga Jennie, me ha costado traerla pero aquí está. —JiSoo las presentó con una simpática sonrisa en el rostro.— Esta es Lisa, la anfitriona. Le hablé de ti y se empeñó en que te invitara.

          —Encantada —Se limitó a decir Jennie, acompañando su saludo con una ligera inclinación. La otra le devolvió el saludo de la forma correspondiente.

          —Espero que pases una agradable estancia aquí Jennie. Puedes tomar algo del picnic que he montado entre otras cosas y si necesitas algo más me lo puedes pedir sin problema alguno. —Con una pequeña sonrisa, la rubia se marchó para hablar con otros de sus invitados.

          Ahora que volvía a estar a solas con JiSoo, le dirigió una asesina pero curiosa a la vez mirada.

          —¿Le has hablado de mí? —Preguntó directamente, visiblemente molesta por ello.

          —Bueno… —JiSoo se encogió de hombros haciéndose la tonta.— Yo solo le hablé que tenía una súper amiga y me comentó que quería conocerla. Nada más. —Divertida, JiSoo se marchó para dejarla sola con la duda. Otra cosa no, pero estaba segura Jennie de que le había dicho algo más que eso. Ahora la curiosidad la mataba por dentro.

          Ya que la fiesta había empezado, podía verse a los invitados junto a la zona de comida y alrededor de la piscina. No había mucha gente nadando, así que no le agobiaba meterse dentro de la piscina y refrescarse un poco.

          Dejó sus chanclas y su ropa seca en una tumbona que nadie estaba usando y se sentó en el borde de la piscina con las piernas sumergidas en el agua fresca, así se aclimataba a la temperatura. Cuando empezó a mover las piernas agitando el agua notó cómo alguien se sentaba a su lado imitándola.

          —Hola de nuevo — le saludó Lisa —. ¿Te molesta que me quede aquí un poco?

          Jennie no pudo evitar fijarse en que ahora Lisa iba en bañador y le quedaba genial. Pero no perdió el tiempo y negó con la cabeza, no quería parecer descentrada.

          —Tienes una casa muy bonita — dijo Jennie —. Y la fiesta parece que va genial.

          No se le daba bien entablar conversación con desconocidos, así que dijo lo primero que se le ocurrió. Pero, aunque fue torpe, Lisa sonrió ampliamente.

          —Me alegra que lo pienses, aunque yo apenas he hecho nada — Jennie asintió sin saber que añadir —. ¿Te apetece nadar?

          Lisa se arrastró hasta caer dentro del agua, salpicando un poco. Jennie dudó un momento, pero enseguida le siguió. Ambas notaron cómo sus cuerpos empezaron a agitarse por el agua fría e inevitablemente sonrieron mientras intentaban moverse para entrar en calor.

          —Creo que me he pasado con la temperatura, un poco más y esto parecería Titanic — comentó Lisa castañeando los dientes.

          Jennie se rió ya que tampoco era para tanto, lentamente se iba acostumbrando a la temperatura del agua y los temblores no tardaron en desaparecer.

          —Nos faltaría la tabla de madera y el barco — dijo Jennie siguiéndole el juego.

          —Y los violinistas, pero no había tanto presupuesto — admitió Lisa.

          Jennie volvió a reír. Ya no se sentía incómoda cerca de la anfitriona, cosa que le sorprendió. Después de eso ambas nadaron un rato y Lisa se fue para comprobar que todo iba bien y la gente se divertía.

          Entonces Jennie aprovechó para ir a picar algo del picnic, escogió un sándwich y una bebida y se sentó en su tumbona. Jisoo no tardó en aparecer y la menor de ambas no tardó en continuar la conversación que antes habían tenido.

          —Lisa ha sido muy amable conmigo, ¿seguro que no le has dicho nada más de mi? — preguntó suspicaz.

          —No le dije mucho, te lo prometo — insistió Jisoo —. Creo que siente genuina curiosidad por ti.

          —Pero creo que yo debería saber algo también de ella — le propuso —. Dime lo más importante solamente.

          Jisoo se quedó pensando un rato y cada segundo que pasaba sin responder Jennie se ponía más nerviosa. Al final, la mayor se encogió de hombros y le miró haciendo su mejor actuación del momento.

          —No la conozco apenas, me invitó a venir porque tenemos una amiga en común y ella nos presentó. — Jennie asintió escuchando atentamente —. Luego me acordé de ti y le pregunté si podía traer a una amiga. Eso es todo.

          Tras acabar Jisoo le sonrió intentando tranquilizarla. Intentó hablar de otras cosas y así dejar atrás el tema, hasta que su estómago empezó a gruñir exigiendo comida.

          —Iré a por algo de comer — anunció.

          —No tardes en volver — le pidió Jennie.

          —Tranquila, no te va a pasar nada.

          Y dicho esto se fue caminando en busca del picnic con una gran sonrisa plasmada en la cara. Jennie frunció el ceño unos segundos. La verdad era que el comportamiento de JiSoo le daba un poco de mala espina porque nunca antes se había comportado de esa forma y estaba siendo todo muy raro. No obstante, la chica trató de no pensar en eso. Después de todo, ya que había acabado allí y que al menos la anfitriona había sido bastante maja con ella, era mejor que tratara de relajarse hasta que se fuera. No tardaría mucho en irse, ya había cumplido lo suficiente. Solo esperaría hasta que JiSoo volviera junto a ella y después de pasar un rato más junto a la chica y después se despediría también de Lisa, para no parecer una maleducada.

          Pero por más que Jennie esperó a que JiSoo volviera, la chica no lo hizo.

          Se estaba haciendo ya un poco tarde, así que, Jennie decidió que lo mejor que podía hacer era darse una vuelta por aquella casa desconocida para tratar de encontrar a su amiga y, al menos, poder avisarla de que se iba porque, como era normal, para ir a una fiesta en una piscina, no se habían llevado sus teléfonos móviles por si acaso ocurría un desgraciado accidente. Así, Jennie terminó de secarse con la toalla y después guardó todas sus cosas para buscar a JiSoo.

          Dio unas cuantas de vueltas por el lugar, desde el jardín y la piscina en los que había bastante gente, hasta la zona del picnic, donde se suponía que había ido su amiga; pero allí no se encontraba. Jennie se adentró entonces en la casa de la anfitriona, buscando por la planta baja a JiSoo, pero en lugar de encontrarla a ella, se encontró con Lisa, que estaba sentada en la mesa de la cocina con su móvil, moviendo los dedos rápidamente por la pantalla. Jennie quiso irse del tranquilo lugar para no molestarla, pero antes de que pudiera hacerlo la otra alzó su mirada del móvil y sus ojos se encontraron. Inmediatamente después, una sonrisa encantadora se instaló en el rostro de Lisa y Jennie le devolvió la sonrisa.

          —¿Qué haces por aquí? — le preguntó Lisa —. Este lugar es el más aburrido y tranquilo de la casa, deberías estar divirtiéndote fuera.

          —Estaba buscando a JiSoo para decirle que me iba — respondió Jennie.

          Lisa entonces la miró sorprendida, probablemente porque estaría pensando que su fiesta era un fracaso ya que ella se quería ir… aunque no era así realmente. La fiesta estaba bien, el único problema era que Jennie no conocía a nadie más que a JiSoo — y esta la había dejado completamente abandonada a su suerte todo el día — y que ella misma era un poco rancia, por lo que se le daba fatal eso de hacer nuevos amigos. No era culpa de la fiesta ni de Lisa.

          —He visto antes cómo se encontraba con Rosé y ambas se iban — le comentó la otra chica, haciendo que Jennie frunciera su nariz. JiSoo la había abandonado a su suerte.

          —Entonces ya no tengo que despedirme de ella — murmuró con una sonrisa, tratando de ser un poco positiva ante esa situación inesperada.

          —Pero… ¿tienes que irte de verdad?

          Jennie la miró en silencio, debatiendo que debía decirle realmente. Quería marcharse a casa porque en cierta manera sentía que allí no pintaba nada, pero por otro lado la insistencia de la anfitriona le incitaba a quedarse. Al menos un poco más.

          —No sé… —comenzó a decir. Aunque la realidad es que no sabía tampoco que decir.

          —Déjame que al menos te preparé un té helado para que te lo tomes en mi compañía. —sin dejarle tiempo a declinar o aceptar su oferta, Lisa fue directa a la nevera de la cocina. En un abrir y cerrar de ojos, la chica ya había preparado dos vasos que olían a menta y limón. Uno de ellos se lo tendió.— Toma, lo preparo yo misma.

          —Gracias… —Tras analizar el contenido del vaso, Jennie le dio un leve trago. El líquido pasó por su boca dejando un agradable y refrescante sabor. Era lo más delicioso que había probado.— ¡Está muy rico!

          —¿Sí? ¿Te gusta? —La chica parecía de lo más feliz al escuchar que le había gustado. Jennie seguía bebiendo bajo la atenta mirada de Lisa. Al bebérselo casi a lo poco y de un tiro, Jennie le dedicó una amplia y sincera sonrisa.

          —Gracias por dejarme venir a la fiesta y por este té. Pero de verdad, he de irme. —No estaba del todo incomoda en presencia de la anfitriona de la fiesta, pero algo en su cuerpo le decía que se marchara ya a casa antes de que acabara liándose por pasar más tiempo allí rodeada de tanta gente.

          —Jo, bueno… —Sin darle tiempo a reaccionar, Lisa se acercó a ella.

          Con una suavidad que ni en sus mejores sueños, la chica dejó un beso muy cerca de sus labios. Se había acercado sin pensárselo dos veces y besó su comisura con total confianza. Ese hecho dejó a Jennie congelada. La había pillado completamente con las defensas bajas. Ahora las mejillas le ardían.

          —Ha sido un placer haberte conocido y espero volver a verte muy pronto. —Esas fueron las últimas palabras de Lisa antes de marcharse con una traviesa sonrisa posada en sus labios.

          Lo único que Jennie fue capaz de hacer a continuación fue dejar escapar un suspiro entre sus labios. Pero no un suspiro cualquiera. Era un suspiro cargado de emoción y miles de sensaciones que se habían mezclado con el gesto de una chica que acababa de conocer ese mismo día. Un suspiro que marcaba el inicio de unos sentimientos que no se irían tan fácilmente. Al final no había ido tan mal ese día después de lo mal que comenzó.




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