domingo, 19 de febrero de 2017

(YoonSeok) One More Night -Oneshot-


          Titulo: One More Night

          Pareja: YoonSeok (Suga + JHope) [BTS]

          Tipo: Yaoi

          Genero: Lemon

          Clasificación: NC-17

          Descripción: Hoseok ha sido invitado a una fiesta en la casa de su amigo, pero está tan aburrido que no puede dejar de beber y buscar algo de entretenimiento.

          Advertencias: Sexo duro, o por lo menos un intento de ello. (?)

          Notas: Esta pareja en BTS me encanta, creo que la que más, y tenía muchas ganas de hacer una escena de sexo entre los dos, porque si que es verdad que me inspiró la foto que es la portada para hacerlo ¡espero que lo disfrutéis!


          No sabía cómo había llegado hasta allí, como se dejó llevar por los comentarios de sus amigos, pero en aquella fiesta el aburrimiento le podía. Le dio un último trago a la copa que mantenía en su mano y la dejó en cualquier lado. Sintió el calor del alcohol en su rostro, como su cuerpo le pedía moverse.

          Estaba borracho, pero era consciente de lo que hacía aún. Y era por eso que quería otra copa. La gente a su alrededor bailaba, se divertía, pero él estaba allí solo para beber. Sintió una mirada en su cogote, una mirada que se le clavaba mientras buscaba algo más de beber. Se giró para buscar de donde procedía, y lo vio. Un chico al fondo de la sala, con una mirada oscura y una copa en la mano, lo observaba fijamente, de arriba abajo.

          Tal vez a él no le importara darle un trago de esa copa. Hoseok sonrió ladino y fue lentamente hasta ese chico. Beber acompañado era mucho mejor que hacerlo solo.

          -¡Hola! ¿Qué estás tomando? -se atrevió a preguntar directamente cuando estaba ante el chico, que no había apartado los ojos de él.

          -¿Quieres? -le tendió la copa que Hoseok tomó encantando. Mirándose los dos fijamente a los ojos, le dio un sorbo de su copa-. Pareces muy sediento.

          -Y tanto, y muy aburrido -se relamió los labios lentamente-. ¿Tienes algo con lo que pueda entretenerme?

          -Puedo hacer mucho más -el chico se terminó la copa y la dejó en el suelo. Al ponerse rectó, tomó a Hoseok por la barbilla y lo acerca para besarle los labios. No fue un simple beso, sus labios se movían como expertos sobre los suyos propios, Su lengua comenzó a lamerle los labios que sabían a alcohol.

          Sus lenguas se unieron, juguetonas. El húmedo y fogoso beso fue tomando ritmo. El chico era todo un experto moviendo sus labios y sabiendo que hacer, porque Hoseok estaba poniéndose excitado. Tanto que se atrevió a llevar la mano hasta la entrepierna del chico. Notó la sonrisa de disfrute en sus labios, pero no cortó el beso.

          El miembro del chico estaba duro, muy duro, conforme él seguía tocando. Palpaba que aquello era grande y muy vivaz y eso le gustó. Las ganas de jugar con él, cada vez iban en aumento.

          -Eres un poco fogoso -le dijo el chico sobre sus labios, le gustó escucharlo.

          -Es tú culpa. Me has encendido con un solo beso -apretó con sus dedos el miembro del chico. Parecía que tenía el control de la situación, pero lo que no sabía es que todo se le iba a volver encontrar.

          -Vamos a apagarte -le cogió la mano que tenía en su paquete y se llevó a Hoseok con él por la casa en la que se celebraba la fiesta. Por fin se le acabaría el aburrimiento.

          Pero Hoseok se vio cegado por un interminable placer al cabo de un rato, cuando encerrados en el cuarto de las escobas de la casa el otro chico tomó el control de la situación. Hoseok estaba contra la pared y el otro abrazándole por la espalda. Notaba su aliento en su oído, como respiraba entrecortadamente mientras lo presionaba con sus caderas, asegurándose que notara bien del bulto entre sus piernas.

          Sus manos se fueron a juguetear con sus pantalones, deshaciéndose de ellos como podía, mientras mordía su cuello. Hoseok suspiró ante ese mordisco y las siguientes lamidas que ascendían por toda su piel hasta llegar a su oreja. Mientras mordía su lóbulo arrancando más suspiros, sus manos habían pasado a toquetear su ya erecto miembro.

          -Sí, fogoso, muy fogoso y deseando que se le toque ¿verdad? -sus palabras cargadas de placer y de deseo por él, solo provocaron que aquella corriente de sentimientos y placer que lo invadía lo comenzaran a controlar.

          Quiso responderle, pero su miembro esta ahora fuera, sin la presión de la ropa y entre las manos de ese chico que lo tocaba con maestría. Le acariciaba con el dedo pulgar su glande, con movimientos circulares y lentos, divirtiéndose por otro lado lamiendo y mordiendo su cuello.

          -Eres muy delicioso -lo escuchaba decir entre sus propios gemidos-. Quiero verte morir de placer por mí.

          Los dedos de su mano libre los llevó hasta los labios de Hoseok, para que se entretuviera lamiéndolos. De la borrachera que tenía y el placer, lo hizo encantado. Jugó con ellos como si de un caramelo se tratan, humedeciéndolos a la misma vez que gemía por el placer que le daba.

          Cuando el chico dio por suficientemente húmedos sus dedos, los sacó de su boca y los llevó al trasero de Hoseok. Tanteó buscando su entrada para introducir a continuación uno de esos dedos que acaba de estar en su boca.

          Una punzada de dolor fue lo que Hoseok sintió, pero nada más. Lo que le aconteció era un extasiante placer debido a que aquel chico estaba haciendo con sus dedos lo que quería. Entrando y saliendo de su cuerpo y arrancándole gruñidos al contenerse los gemidos.

          -Quieres más ¿verdad? -su voz lasciva provocaba constantes espasmos en su cuerpo.

          -Sí, por favor -suplicó. No le gustaba hacerlo, ni por nada ni por nadie, pero por él lo haría.

          -Pero vas a tener que pagar un precio antes -pasó la lengua por su oreja, muy lentamente a la misma vez que seguía estimulando aquella entrada de su trasero con su dedo.

          -Lo que haga falta, pero por favor, dame más -esas palabras abren una etapa que sufriría. El chico detuvo todo acto, sacó algo de su chaqueta que impregnó con su saliva. No quería girarse y ver que era exactamente, pero lo escuchaba.

          Acto seguido, sintió como con una mano le agarró un glúteo y lo separó. Ahogó un grito cuando sintió algo frío y duro entrando por su trasero hasta lo más hondo sin previo aviso.

          -Vamos a jugar -con sus palabras, aquello que había entrado en él comenzó a vibrar en su interior. Gimió, le temblaban las piernas-. Vas a salir ahí, y vas a buscarme algo de beber. Si lo consigues, me encargaré de ti.

          Hoseok salió del cuarto de las escobas donde estaban escondidos tras subirse los pantalones. Miró a un lado y a otro, nadie se percató de donde salía. Con el rostro colorado por la excitación que sentía. El consolador que tenía en su interior había dejado de vibrar, pero al andar lo sentía. Le costaba dar un paso, pero la presión que tenía en la entre pierna le obligaba a moverse con el fin de ir a más.

          Estaba siendo más fácil de lo que pensaba, vio a un camarero que estaba recargando las copas y se acercó, andando de forma rara hasta la copa. Solo tenía que cogerla y volver, y todo se acabaría. Sin embargo, cuando tomó la copa con la mano, el consolador comenzó a vibrar.

          Se mordió el labio inferior por no soltar un gemido delante de todos. Le temblaba todo el cuerpo, se encogió un poco cuando eso comenzaba a vibrar más. Joder, que placer estaba sintiendo, quería volver y dejarse llevar, pero apenas se podía mover.

          Le daba la sensación de que todo el mundo estaba mirándolo cuando no era así, pero es que Hoseok no podía ni moverse. Se estremecía. Estaba tan cachondo que allí mismo se dejaría follar, pero tenía que volver como fuese con la copa y con aquello vibrando entre sus piernas.

          Con pocas fuerzas sostuvo la copa en la mano y comenzó a caminar, muy lentamente. El consolador se detuvo, dándole un respiro. Aprovecho ese momento para cubrir todo el espacio que le quedaba hasta llegar al cuarto de las escobas. Pero no todo iba a ser tan fácil, cuando iba a entrar, el consolador volvió a vibrar, más que antes, y Hoseok cayó sobre sus piernas al suelo, gimiendo. Todo le temblaba.

          Presionaba los labios entre sí con fuerza para no gemir, no quería hacerlo allí aunque estuviera la música alta. Vislumbró como la puerta del cuarto de las escobas se abrió ligeramente. Subió la mirada y se encontró con los ojos divertidos del chico que lo estaba volviendo loco.

          Como pudo, Hoseok se arrastró hasta poder entrar. Quedó arrodillado en el suelo, ante él, pero es que no podía ponerse en pie ya que aquello seguía vibrando en su interior. Una vez allí dentro, sí que dejó que un gemido escapara de sus labios.

          -Veo que has conseguido la copa -Hoseok le alzó la bebida que le pido-. Entonces creo que tengo que darte lo prometido ¿no?

          -Tienes que hacerlo, no puede dejarme así -pudo decir con la voz ahogada.

          -Sí que puedo, pero no lo haré -con su sonrisa de triunfo, el chico se deshizo de sus pantalones y todo lo que con llevaba hasta dejar su erecto miembro ante los ojos de Hoseok-. Creo que ya sabes que hacer a continuación.

          Aquello tan grande y tan vivo lo estaba llamando a gritos. El consolador había dejado de vibrar en su interior, así que aprovechó para devolverle un poco de placer. Agarró su miembro por la base con su mano, para dirigirse su glande hasta los labios. Lo beso, muy lentamente, pendiente de la expresión que tenía en el rostro. Paulatinamente, entreabrió los labios para dar paso a su extrovertida lengua que tenía muchas ganas de degustar su sabor.

          Cuando su húmeda lengua entró en contacto con su miembro, el chico suspiró. Hoseok podía percibir desde su posición que estaba deseando que siguiera, por lo que siguió lamiéndole como antes había hecho con sus dedos. Para su suerte, estaba volviendo loco a ese chico, que volvió a reactivar el consolador dentro de él.

          A pesar de tener la boca ocupada, pilló por sorpresa a Hoseok, que gimió. No podía negar que estaba disfrutando como un perro de la situación.

          -Joder, por qué no te habré conocido antes -escuchó decir al chico cuando le agarró por el cabello y le hizo mirarle-. Abre bien tu boquita porque pienso follártela. Pero dejaré que no sea solo -el contenido de la copa que él mismo había ido a buscar, lo vertió sobre su propio miembro para que Hoseok tuviera más motivos para chupetear todo. Era tan tentador, ese gran miembro bañado en alcohol, que no lo dudó. Enseguida se lanzó a devorar aquella cosa que está aclamando su atención.

          Lo que no se esperaba es que el chico comenzara a mover las caderas contra suya, buscando más contacto. Eso le hizo sentirse poderoso, estaba disfrutando del placer que solo él le estaba dando, y parecía que era mucho por sus constantes gruñidos cargados de placer.

          Pero él mismo se tuvo que llevar una mano a su propia entrepierna que le dolía por lo desatendida que la tenía. Mientras se masturba a sí mismo, el miembro del otro chico entraba y salía de su boca a sus anchas. Cada vez con movimientos más profundos, y mientras aquella cosa vibraba dentro de su cuerpo.

          Hoseok se vio cegado por el placer durante un momento, supo que había llegado el momento para él. Aligeró el movimiento de su mano en sí mismo, hasta que entre una cosa y otra, acabó llegando a un orgasmo que le provocó temblores en todo el cuerpo. Se corrió manchando el suelo sin que le importarse mucho.

          El chico que estaba ante él pareció percatarse de ello.

          -Bien, ahora toda tu atención está en mi -volvió a agarrar su cabello, echó su cabeza hacia atrás para mirarle bien y puso el glande de su miembro sobre sus labios entreabiertos-. Chúpame como lo estabas haciendo antes.

          Hoseok hizo lo que le pidió, con su lengua volvió a lamerle. Con una mano de él, se masturbaba. Hoseok sabía lo que se avecinaba cuando el rostro del chico se descomponía a cada movimiento. Al cabo de unos minutos, el otro se corrió en su boca. Toda su esencia corría por sus labios. Se aseguró que toda su esencia acabara en sus labios, hasta la última gota y que acabase cubriendo toda su boca, que degustara bien su sabor.

          No podía negarlo, aquello le gustó a Hoseok más de lo que hubiera imaginado. Se relamió los labios, no quería desperdiciar nada del líquido que le había regalado, era delicioso.

          El misterioso chico le hizo una señal para que se pusiera de pie. Él lo hizo, quedando muy pegado a su cuerpo que emanaba un olor a sexo y a sudor, que lo estaba excitando de nuevo inevitablemente.

          -No tengo intenciones de sacar eso que tienes en tu lindo trasero. Vas a pasar toda la noche con ello dentro de ti.

          -Solo si después tendré una recompensa -sus palabras sacaron una socarrona sonrisa al otro.

          -Si quieres recompensas por tener eso dentro de ti, creo que se quedará toda la vida -y con un beso, sellaron ese acuerdo, que sin querer, los llevarían más de una excitante situación.

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